lunes, marzo 29, 2004

Mirando canciones (IV): Youth of America

Los Melvins tienen la extraña costumbre de homenajear a los grupos que admiran versionándolos e invariablemente rompiéndoles el culo con sus versiones. Ya sea Flipper, Black Sabbath, The Germs, Cows, Throbbing Gristle o el que sea, después de que los Melvins hacen un cover de uno de sus temas, la versión original pasa a ser simplemente la versión original y la de los Melvins la definitiva. Inclusive me animo a afirmar que si no se hubieran mandado el chiste de poner al limado de Leif Garret encargado de la voz en su versión de “Smells Like Teen Spirit”, hubieran opacado para siempre el mayor éxito de sus discípulos.

El secreto de las versiones de los Melvins es que no tienen ningún secreto; los tipos agarran un tema y lo hacen exactamente igual al original, solo que imprimiéndole el toque Melvins, que consiste en acelerar levemente el tempo e interpretar la canción con una ferocidad y firmeza increíble. No necesitan agregar distorsiones extra, desarrollos instrumentales, arreglos inesperados ni nada por el estilo, solo la rabia eterna que irradia el grupo y que impregna todo lo que tocan, y su maestría instrumental.

De todos los magníficos covers que se han mandado los Melvins, tal vez el mejor sea el del tema de los WipersYouth of America” (1981), incluido en Electroretard (2001), un disco que parece un huracán. Greg Sage debe estar todavía viviendo de los derechos de autor del tema que le grabara Nirvana, pero como casi todo lo que hizo Cobain (excepto matarse), seguramente estaba inspirado en la melomanía de los Melvins y su pasión por grupos oscuros o subvalorados. La canción de Sage es una excentricidad total y una de las pruebas más evidentes de que lo de Melvins & Cobain con los Wipers no era un mero capricho. Como es mi costumbre, transcribo la lyric.

Youth of America is living in the jungle / fighting for survival / but there’s no place to go / Youth of America / there’s pressure all around / the walls are crumbling down / the walls are coming down on you.

It is time we rectify this now / we got to see it now / got to see it now / now / now

They attack you from the right side / down the left side / down the middle till you don’t know who you are. / Stay around / think it don’t really matter / they’re trying to to put you six feet under the ground.

It is time we rectify this now / we got to feel this now / got to feel this now / now / now. It is time we rectify this now / we got to heal it now / got to heal it now / now / now

Youth of America / is living in the jungla / fighting for survival / but there’s no place to go / no place to go / no place to go
The rich get richer and the poor get poorer / now there’s no place left to go / got to get off this rot / Do you want to be born here again? / I don’t want to be bored here again / there just ain’t no resistance / Beware of those guys in disguise / We’re living in the jungle / fighting for survival / can’t wait much longer / Hurry

They attack you from the right side / down the left side / down the middle till you don’t know who you are. / Stay around / think it don’t really matter / they’re trying to to put you six feet under the ground.

It is time we rectify this now / we got to hear it now / got to hear it now / now / now
Youth / Youth / Youth / Youth


Como pueden ver, el “Youth of America” de Sage se proponía conscientemente y desde el título como un himno generacional, y podría haberlo sido, si no fuera porque es una de las canciones más inadecuadas para himno que existan. En primer lugar por la sencilla razón de que dura cerca de diez minutos, lo cual era una demencia absoluta para una banda de la escena punk de aquel entonces. Tengamos en cuenta que fue editada el mismo año que el Damaged de Black Flag, y es anterior a Minor Threat o al “Recurring Dreams” de Hüsker Dü. La estructura musical es también muy poco punk; arranca con un riff muy similar al de “Killing an Arab”, aprieta el acelerador en un staccato bastante heavy, pasa a un estribillo épico de tres acordes y luego a un puente (?) larguísimo en el que Sage/Osborne le prenden fuego a sus respectivas guitarras como para demostrarle su imbecilidad por enésima vez a los gansos que creen que en el punk no hay lugar para grandes instrumentistas (en pleno siglo XXI siguen habiendo giles que piensan eso). El color general es más de hard rock setentista que de hardcore, pero más allá de la mala producción sonora (del original, los Melvins son dioses grabando) no hay señales de época muy evidentes. La letra sí es bastante típica del punk del U.S.A. de Reagan, con su política difusa, sus juegos de palabras simplones y su confusión paranoica. También irradia una urgencia y una sinceridad notables. Sage pertenecía a la que Mike Watt definía como “la última generación que pensaba que podían ser los nuevos Beatles”, algo que explica tanto el salto en el vacío estético de “Youth of America” (según Sage inspirada en un sueño sobre un paraíso de sonido de guitarra eléctrica -!!!!-), como su angustiado voluntarismo. “Youth of America” es una canción que cree en sí misma, en su importancia y en su esperanza, lo cual a la luz del fracaso de los Wipers le da un plus melancólico.


(guachos fotogénicos)

Los Melvins, al contrario que los Wipers y la primera generación hardcore, deben ser una de las bandas más escépticas y poco gregarias de la historia. Inventaron el grunge como efecto residual de su oscuro poder y fueron la única banda del estado de Washington que no pudo subirse al tren de lo que habían inventado. Suele debatirse sobre la injusticia de que mientras Pearl Jam o Soundgarden se llenaban de oro los Melvins eran ignorados. Es una polémica estúpida, alcanza con escuchar un par de temas o incluso ver una foto de los Melvins para darse cuenta de que su fracaso es completamente deliberado. Si no hacés nada para tener éxito masivo, no tenés éxito masivo y evidentemente a los Melvins el éxito masivo les importa un carajo. Son gente fea que hace música fea con un amor tamaño dinosaurio; también son, desde hace diez años por lo menos, una de las cinco mejores bandas de rock en actividad.

“Youth of America” no es a primera vista un tema que combine con la poderosa negatividad de los Melvins, que podrían con facilidad haber elegido alguna canción más áspera para homenajear a Sage, inclusive su ideología pseudo-revolucionaria no se lleva muy bien con el más bien conservador talante de la banda (su aspecto menos simpático, la verdad) y la ingenuidad de algunos de sus versos suena extraña en boca de un letrista excelente como Buzz Osborne. Pero es tal vez esta incoherencia la que convierte a “Youth of America” en la grabación más conmovedora de Melvins. Como todos los covers de Melvins es fiel a la versión original pero extrañamente el humor corrosivo y negativo de King Buzzo no se filtra en su interpretación vocal (algo que en otras versiones ocurre en forma automática), realizada con una convicción sorprendente viniendo de quien viene. Pero también sorprendente teniendo en cuenta el cuándo es enunciada; cuando Sage compone y lanza “Youth of America” podía albergar la idea de que a pesar de sus excentricidades el tema se volviera un himno generacional, tal vez hasta capaz de influir sobre el contexto que lo inspiró. 20 años después, King Buzzo sabe perfectamente que eso no sucedió y que no va a suceder, por lo que la emoción con la que lo canta puede interpretarse tanto como un homenaje a la emotividad original de Sage o como un raro paréntesis en la oscuridad general de la melvinmanía. Una canción enorme interpretada en forma enorme y que después de haber sido ninguneada hace veinte años, volvió a ser ignorada dos décadas después. Qué importa, un himno no es realmente más himno porque lo canten más personas, y el Buzzo vale por muchos miles de linkinparkeros y detritus similares.

Por último, tengo que reconocer que mi pasión por los Melvins es tardía y posiblemente contagiada por el guitarrista A.A., devoto incondicional de los de Aberdeen. Cuando la gran explosión de Seattle y el grunge a principios de los noventa, ignoré olímpicamente a los Melvins, más interesado por los méritos menores pero más llamativos de Mudhoney, Nirvana y Screaming Trees. Posiblemente era demasiado joven para apreciar el secreto grado de belleza que hay detrás de tanta obsesión por la fealdad. Por suerte he recuperado el tiempo perdido e intento humildemente, con este post al menos, difundir su olvidada palabra entre los amantes del indy. Hail thee o mighty Buzzo, un gran saludo a tu noche americana.





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