viernes, enero 28, 2005

Happy Hour 3 (last encore)

Bien, dije que iba a traducir algunas cosas más de Bill Hicks y aquí están. Me divertía intentarlo. Escuchando el Rant in E-Minor o el Arizona Bay, me doy cuenta de que la principales sensaciones que transmite son de furia y exasperación, algunas cosas son un poco evidentes (de este lado del mundo al menos), algunas no. No me parece que Hicks sea tan gracioso como Richard Pryor, a quién uno puede literalmente ver hacer sus rutinas aunque sólo lo esté escuchando, tan refinado y lleno de recursos como Alfredo Casero o un genio casi situacionista como Andy Kaufman. Inclusive para los que prefieran un humor más actual están por allí los discos de David Cross, a quién siempre es un placer escuchar referirse a Bush como un "fucking asshole". Pero Hicks tiene una violencia única y su "comedy of hate" es lisa y llanamente punk-rock sin música.

En el monólogo sobre Vanilla Ice, MC Hammer y las estrellas de rock vendidas, los nombres son claramente sustituíbles sin que el texto pierda energía. En cambio vale la pena señalar que el tipo estaba furioso porque figuras claramente pop como Michael Jackson hicieran reclames para Pepsi. Me gustaría saber qué pensaría al ver en Uruguay a los rockeros legitimarse mediante un concurso auspiciado y dirigido por dicha gaseosa. Rebel, rebel, you torn your dress...



Yo no quiero sonar amargo, frío o cruel. Pero lo soy. Y así es como sale.

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¿Qué les parece si probamos algunas ideas nuevas sobre la vida? No quiero ser redundante sobre el aborto, puede ser un problema real, puede que no, no me importa. Lo que me importa es que si creés en la santidad de la vida entonces creés en ella para la vida de todas las edades. Eso es lo que odio de este síndrome de adoración de los niños que hay en la actualidad. “¡Salven a los niños! ¡Están matando niños! ¿Cuántos niños había en Waco? ¡Están matando niños!” ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué cuando llegan a cierta edad quedan afuera de tu puta lista del amor? Qué se vayan a cagar tus niños, y si así es como pensás entonces andá a cagar vos también. O amás a la gente de todas las edades o cerrás la puta boca.

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El nacimiento de un niño no es más milagroso que comer comida y que salga un sorete de tu culo.

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Voy a decirles como solucionar este asunto del aborto ahora mismo… Esos bebés no-deseados que las mujeres dejan en los callejones y los basurales… dejen al menos 12 de ellos en los escalones de la Suprema Corte. Y esto se acabó. Así nomás. “Ustedes dijeron que teníamos que tenerlos, bueno entonces CRÍENLOS USTEDES LA PUTA QUE LOS PARIÓ! Críenlos, USTEDES críenlos puta madre. USTEDES críenlos. Ustedes dijeron que yo tenía que tenerlo, entonces es suyo, puta madre, es suyo. ¡Agarrenlo!”

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Nunca me llevé bien con mi padre. Cuando era niño otros niños me decían "mi papá puede reventar a tu papá", y yo decía "¿Sí?, ¿cuándo puede ser?"

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(A una persona del público) ¿Cuántos cigarrillos fumás? ¿Dos paquetes por día...? ¿Por qué no te ponés un vestido y te ponés a barrer, marica? Yo voy por dos encendedores por día...

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La gente dice las cosas más pelotudas a veces, “Loco, si dejás de fumar vas a recuperar tu sentido del olfato”. Yo vivo en New York City, te tengo noticias: No quiero mi sentido del olfato de vuelta. (Olfatea) ¿Es eso orina? (Olfatea) ¡Creo que puedo oler a un tipo muerto! ¡Mirá nena, un tipo muerto! ¡Fijate, está cubierto de orina! Alguien le acaba de mear encima, está fresco. Te das cuenta, ¡si hubiera seguido fumando nunca lo hubiera encontrado! Un muerto cubierto de orina, ¿quién lo hubiera dicho? ¡Gracias a Dios que dejé de fumar, ahora puedo disfrutar las maravillas de New York, nena, viste!

Soy Bill Hicks y estoy muerto porque fumaba cigarrillos. Los cigarrillos no me mataron, una barra de no-fumadores me cagó a patadas un día. Traté de correr, ellos tenían más energía que yo. Traté de esconderme, me escucharon tratando de recuperar el aliento. Muchos de ellos me olfatearon. (Olfatea) “¡Ahí está, agárrenlo!” (patada) “Oh, apenas se mueve, ¡esto es patético!” (patada) “Miren, aún trata de zafar, es como una cucaracha, ¡písenlo!” (patada) “¡aplástenlo!” “Vamos a matarlo y a mear sobre él. ¡Sí!”

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No es la hora de dejar de fumar, ja ja ja, pero, la mierda, lo conseguí. Y sí, los extraño. Es difícil dejar de fumar. Cada uno de ellos me parece buenísimo ahora. Cada cigarrillo parece como si hubiera sido hecho por Dios, enrollado por Jesús y humedecido para cerrarlo con la concha de Claudia Schiffer.

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La gente está llevando escopetas a los avistamientos de OVNIS en Fife, Alabama. Le pregunté a un tipo, “¿Por qué traés un arma a un avistamiento de OVNIS?” El tipo me dijo, “Ehh, no queremos ser ab-duu-cidos”. Si yo viviera en Fife, Alabama, estaría de rodillas todas las noches rezando por que me abducieran.

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La semana pasada yo estaba en Nashville, Tennessee. Después del show fui a un tienda de waffles. No es que eso me ponga orgulloso, pero estaba hambriento. Y estoy sentado ahí comiendo y estoy leyendo un libro, ¿no? Estoy solo, no conozco a nadie. Bien. ¿No? La moza se acerca… “¿Para qué estás leyendo? Yo dijo “Wow, nunca me preguntaron eso. Por Dios, me dejaste estupefacto!” No QUÉ estoy leyendo, sino PARA QUÉ estoy leyendo? Bueno, supongo que leo por muchas razones, pero una de las principales es para no terminar siendo una puta moza en una tienda de waffles. Sí, ese motivo debe estar arriba en mi lista. Entonces un camionero de la mesa de al lado se levanta y dice “bueeeeeno, parece que tenemos aquí a un lector”. ¿Qué carajo está pasando aquí? Es como si hubiera entrado a una reunión del Ku-Klux-Klan vestido como Boy George…

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En muchas partes de nuestro problemático mundo, la gente está gritando “¡REVOLUCIÓN!”. En Tennessee están gritando “¡EVOLUCIÓN! ¡Queremos nuestros pulgares!”

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Personalmente no creo en quemar la bandera. Es una creencia personal, pero les voy a decir algo, creo que la gente está sobre-reaccionando, al menos un poquito. “Amigo, mi papá murió por esa bandera” Bueno, yo compré la mía. Qué le vamos a hacer. Mirá las venden en el K-Mart por tres mangos, entrás, salís, bandera nueva, no hay necesidad de violencia. “Amigo, mi papá murió en la guerra de Corea por esa bandera”. Qué coincidencia - ¡mi bandera fue hecha en Corea!

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El cristianismo tiene construido un sistema de defensa: cualquier cosa que cuestione una creencia, no importa qué tan lógico sea el argumento, es el trabajo del Diablo por el mismo hecho de que te hace cuestionar una creencia. Es un mecanismo de defensa interesante y la única forma de superarlo –y créanme, yo fui educado como bautista sureño- es tomar cantidades masivas de hongos, sentarte en un campo y decir: “A ver”.

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Yo adoro al Papa, me encanta verlo en su Papa-movil, su vidrio a prueba de balas de un metro de ancho. ¡Eso es la fe en acción amigos! Uno sabe que él tiene a Dios de su parte.

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La gente me pregunta que es lo que pienso sobre lo de las mujeres curas. ¿Cómo, una mujer-cura? Mujeres-curas. Genial, genial. Ahora hay curas de ambos sexos a los que no escucho.

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¿Por qué será que la gente cuando pira siempre se cree Jesús? ¿Por qué no Buda? Particularmente aquí en Estados Unidos, donde la gente se parece más a Buda que a Jesús.

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Yo estuve en Australia en Pascua, lo cual fue interesante. Fue interesante notar que celebran la Pascua de la misma manera que nosotros: conmemorando la muerte y la resurrección de Jesús… diciendole a nuestros hijos que un conejo gigante dejó huevos de chocolate en la noche. Bueno, me pregunto por qué estamos hechos mierda como raza. ¿Alguien tiene alguna pista? ¿De dónde piensan que viene esa mierda? ¿Por qué esas dos cosas? ¿Por qué no un pez de colores dejando soretes en tu cajón de las medias? Si estamos inventando cualquiera, seamos jugados, no? Al menos un pez de colores con un sorete sobre la espalda caminando por el piso de tu cuarto hacia tu cajón de las medias tiene una cierta connotación milagrosa. “¡Mamá, me desperté hoy y había un sorete en mi cajón de las medias!” “¡Esa es la historia de Jesús!”

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Uno de los mayores miedos de mi vida es que me muero, saben, y mis padres vienen a limpiar mi apartamento y encuentran la estantería de porno que he ido acumulando por años. Va a haber dos funerales ese día. Puedo ver a mi madre revisando mis cosas. “Mirá, cariño, acá está Bill cuando era un boy-scout. Miren qué lindo que es mi bebé. Sus pantaloncitos cortos, su sombrerito. Mirá que lindo era mi bebé. Me pregunto que hay en esta caja. ¿‘Entrada trasera’, volúmenes 1 al 40? Ahhhh…., CRASH…!” El único tipo que pasó las puertas del Cielo con su madre dándole una paliza.

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Les digo que yo vivo en New York ahora, y la guerra de las drogas está en un alto al fuego allí, quiero decir, es increíble. Venden drogas a los gritos por la calle. “¡Heroína, heroína!” “¡Cocaína, cocaína!” “¡Porro, porro!” “¡Heroína, heroína”! Esos tipos me rompen las pelotas. Voy caminando por la calle y adelante mío va otro tipo, pasa por al lado de uno de esos dealers, él lo mira, y le dice, “Heroína, heroína, heroína!”. Paso yo y él dice, “¡Pegamento!”
… Yo puedo pagar heroína, la concha de tu madre. Voy a lavar la ropa ahora. Apenas saque mi camisa de la máquina, voy a volver y voy a comprarte un poco! Quiero decir, el tipo me avergonzó, yo estaba mortificado. Pegamento. La concha de tu madre. ¿Dónde hay un cajero automático? ¡Venga para acá! ¡Venga para acá, señor transa, venga para acá! ¡Te voy a mostrar mi cuenta! ¡Y después le voy a comprar heroína a ese pequeño niño de enfrente! ¡Andá a cagar!

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¿Por qué le tememos a esas cosas? Yo no entiendo. Personalmente creo que una actitud compasiva nos ayudaría mucho más que el miedo. ¿Saben? Y se me ocurrió una forma de dejar a todo el mundo contento con respecto a las drogas ¿están listos? ¿Qué les parece esto? Esta es la forma en que podemos hacerlo, que podemos dejar a todo el mundo contento. Para aquellos que creen que las drogas deberían ser legales, legalicenlas. Y, para aquellos que creen que no deberían serlo, que no lo sean, nunca lo fueron, no se preocupen. ¡Ahí está! Ahora todo el mundo está feliz.

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Ustedes están en un partido, están en un concierto, si alguien está realmente violento, agresivo y ofensivo ¿está borracho o fumando porro? Borracho. Nunca vi que gente que estuviera de la cabeza se pusiera violenta porque… es IMPOSIBLE. “¿Qué te pasa?” “¿Cómo, cómo…” “Uhhh…” Fin de la discusión. ¿Y si tenés un accidente de auto y estuviste fumando porro? Estabas yendo sólo a 12 kilómetros por hora… Crashh “Mierda, chocamos con algo” “Loco, te olvidaste de abrir la puerta del garage…”

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Sí, la he pasado muy bien drogado. También la he pasado muy mal drogado. Quiero decir, la mierda, miren este corte de pelo…

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¿Y todos esos músicos actuales que no toman drogas y además hablan en contra de ellas? Loco, ¡son horribles! ¡Qué coincidencia! Sin huevos, sin alma, pequeñas putas corporativas sin espíritu, chupadores de la pija del Diablo, todos y cada uno de ellos. (Gnorr). “Somos estrellas de rock y estamos contra las drogas porque es lo que el presidente quiere”. Ah, chúpenle la pija al Diablo. ¿No es eso lo que queremos, rock’n’roll aprobado por el gobierno? Guau ¡Estamos de fiesta ahora! “Somos estrellas de rock que hacemos comerciales de Pepsi Cola”. (Gnorr). Chupenle la pija al Diablo. Metanse esa gran poronga escamosa en el esófago. Bébanse esa negra acabada de gusano. ¡Bébansela! Llenen sus pequeños vientres. Ja Ja Ja. Manden a Vanilla Ice. Hola Vanilla. Por lo que dice aquí en tu solicitud, no tenés talento, pero de cualquier forma querés ser una estrella. Creo que se puede arreglar algo. Whuu. Chupale la pija al Diablo. (Gnorrr). Voy a bajar los niveles de calidad de la Tierra. Voy a poner 56 canales de Gladiadores Americanos en cada televisor. Voy a poner todo el dinero en las manos de las chicas de 14 años. Ellas van a pensar que sos carismático, profundo y con onda. (Gnoooooooor). Hacé pasar a MC Hammer cuando salgas.

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ESTE es mi pensamiento final. Sobre las drogas, sobre el alcohol, pornografía o lo que séa. ¿QUÉ tiene que ver con ustedes lo que yo haga, lea, compre, mire o me meta en el cuerpo mientras no cause daño a otro ser humano en este planeta? Y para los de ustedes que tengan algún pequeño problema moral en sus cabezas, sobre cómo responder esa pregunta, la responderé por ustedes. No tiene que ver un CARAJO. Lleven eso al banco, métanlo en su cuenta y tómense unas putas vacaciones afuera de mi vida.

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El mundo es como una vuelta en un parque de diversiones. Y cuando decidís darla vos pensás que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. Y la vuelta va para arriba y abajo y da giros y giros. Tiene emociones y sustos y colores muy brillantes y es muy ruidosa y es divertida, por un rato. Algunos han estado en esa vuelta por un largo tiempo y empiezan a preguntarse: “¿Es esto real, o es sólo una vuelta en un parque de diversiones?” Y otras personas han recordado, y ellas vuelven con nosotros, y dicen, “Ey, no te preocupes, no te asustes, nunca, porque sólo es una vuelta, un paseo”. Y nosotros matamos a esas personas.

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That's all folks, ahora volvemos con nuestra programación habitual de comentarios musicales, politiquería atorrante y pequeños rencores.

jueves, enero 27, 2005

Happy Hour 2 (explicado)

En vista de lo populares y bienvenidas que han resultado mis traducciones de Bill Hicks, voy a hacer dos entregas más de las mismas; la primera de ellas son un par de monólogos que me parecen de los más notables de la carrera del cómico de Georgia, pero que necesitan una cierta contextualización para los rioplatenses, motivo por el cual no los incluí en la selección anterior y por lo que voy a dedicar tres cuartas partes de este post a aportar algunos datos, supongo que para muchos de los lectores innecesarios, sobre la temática de los mismos.

El primero de estos monólogos es parte de la batalla de Hicks contra el creacionismo, concepto que conviene aclarar ya que, como bien me señala sigmur, para los latinoamericanos el creacionismo es más que nada una corriente poética inventada por Vicente Huidobro. Pero para Hicks y los yanquis se trata de esa teoría fundamentalista cristiana según la cual el origen del mundo fue exactamente igual a como es relatado en la Biblia y Darwin era un subversivo que fumaba crack e inventó la teoría de la evolución para ayudar a su amigo Satanás. Reírse de un cristiano creacionista, desde estas sociedades más o menos agnósticas cuya parte cristiana más o menos se inclina por un catolicismo que más o menos ha aceptado la evolución de las especies, puede parecer algo cruel, como reírse de alguien con retraso mental, sin embargo vale la pena recordar que en el país más poderoso del mundo el creacionismo es una corriente con millones de adherentes, entre los que se encuentra el born again George W. Bush, quién, aunque prefiere no extenderse mucho sobre el tema para no quedar como un subnormal frente a los pocos yanquis civilizados, está en firme campaña para que esa versión del origen del mundo sea enseñada en las escuelas como una versión tanto o más válida que la de Darwin. Y conviene recordar que la gente que cree en esas cosas es la más poderosa y más armada del planeta. Este es una de las varias ocasiones en que Hicks se acordó del tema. (Vale la pena señalar que el comediante fue apaleado en Alabama por dos cristianos a los que no les gustó lo que dijo en este monólogo).



El cristianismo fundamentalista – qué fascinante. Esa gente de verdad cree que el mundo tiene 12.000 años de edad. Les juro por Dios. ¿Basados en qué?, les pregunté. “Bueno nos fijamos en toda la gente en la Biblia y fuimos sumando sus edades hasta Adán y Eva: 12.000 años” Puta, qué científico, genial. Yo no sabía que se habían tomado tanto trabajo. Qué bárbaro. ¿Ustedes creen que el mundo tiene 12.000 años de edad? “En efecto”. Bueno, tengo sólo una pregunta que hacerles, ¿una palabra, puede ser? “Ajá”. Dinosaurios.

Ustedes saben que el mundo tiene 12.000 años de edad y que los dinosaurios existieron, que existieron en ese lapso de tiempo, ustedes tendrían que pensar que deberían estar mencionados en la puta Biblia en algún momento.

“Y he aquí que Jesús y sus discípulos caminaron hasta Nazaret, pero la senda estaba bloqueada por un gigantesco brontosaurio… que tenía una astilla clavada en su garra. Y los discípulos corrieron berreando: ‘¡La mierda, qué lagarto enorme, oh mi Señor!’. Pero Jesús no se amedrentó y él quitó la espina de la garra del brontosaurio y el lagarto enorme se hizo su amigo”

“Y Jesús lo envío a Escocia, donde viviría en un loch por oh tantos años, invitando a miles de turistas estadounidenses a que trajeran sus putas familias gordas y sus gordas cuentas de dólares. Y Escocia agradeció al Señor. Gracias Señor, gracias Señor. Gracias Señor”


El otro texto es uno de sus speeches más -o el más- violentos y agresivos que haya escrito y, por lo que voy a detallar a continuación, es hoy en día uno de los más populares en su país de origen.

Rush Limbaugh no es un personaje muy conocido en estas latitudes, sin embargo es tal vez –o sin tal vez- una figura cuyas opiniones repercuten en estos, y todos, los países más que las de cualquier otro columnista mediático. Limbaugh es el más influyente y más escuchado de los conductores radiales de U.S.A. Todas las semanas lo escuchan 20 millones de oyentes en 600 estaciones, gana 285 millones de dólares por año y es un fascista que hace parecer a Baby Echecopar o a Heber Pintos unos revolucionarios de izquierda. Racista, belicista, homofóbico, enemigo jurado del aborto y las drogas (aunque hace un año se le descubrió una notoria adicción a los calmantes), defensor de la pena de muerte y de la tortura…. Limbaugh es la voz del ugly american y la voz que ha festejado y apoyado cada invasión y cada bombardeo emprendido por los Estados Unidos desde hace veinte años. En los noventa fue el principal cruzado mediático de la primera guerra del Golfo, hoy en día cumple una función con respecto a Bush Jr. similar a la que Bernardo Neustadt cumplía con Menem. Y siendo el columnista político más influyente en su país, tiene el raro mérito de ser de los pocos periodistas (?) cuyas opiniones cuestan vidas.

Obviamente no le caía bien a Hicks, que en su período final –cuando ya le importaban más bien poco las consecuencias de sus palabras- decía esto sobre Limbaugh. Se puede decir que no es realmente una argumentación en contra de ese hijo de puta (que por desgracia ha sobrevivido a Hicks) y que se limita meramente a insultarlo, pero es un insulto tan poderoso y divertido que vale la pena reproducirlo.



¿No les recuerda Rush Limbaugh a uno de esos gays de los clubes sado-maso a los que les gusta acostarse en una bañera mientras otros hombres le mean encima? ¿No pueden imaginarse a su cuerpo gordo en una bañera mientras Reagan, Quail y Bush están parados a su alrededor meando sobre él? ¿Y que su pijita de chanchito picarón no se le para? “Unh… Unh…, no se me para, Reagan, ¡meame en la boca!” “¿Así está bien, Rush?” Todavía no se le para, así que llaman a Barbara Bush. Ella se saca las perlas, se las mete a él en el culo, entonces se acuclilla sobre él y se suelta la faja; sus arrugados, fláccidos labios vaginales se desenrollan hasta que le llegan a medio camino de las rodillas, como si fueran un escroto sin pelotas. “¡Unh! ¡Unh! ¡Unh!”. Ella exprime un sorete dentro de la boca de él y finalmente su pija se le para a medias. “¡Ohhhhh!!!!” Una pequeña y transparente burbuja se le forma en la punta con un gusano adentro. El gusano pincha la burbuja y sale corriendo para unirse a algún grupo anti-aborto en alguna parte. ¿Soy el único que se imagina eso? Gracias a Dios que no estoy solo.

hi ho, próxima y última entrega en un par de días...

domingo, enero 23, 2005

Happy Hour

El año pasado salió un curioso artefacto, un disco de monólogos chistosos llamado Shock and Awe (sí, como la invasión de Bagdad) en el que un joven cómico norteamericano se burlaba con ferocidad del gobierno republicano de los Bush, de los neo-conservadores, del discurso anti-drogas, de los no-fumadores, de la decadencia cultural actual y de todo el discurso único del fundamentalismo cristiano-capitalista de occidente. Lo curioso del disco no era solo lo furioso y arriesgado de su discurso, una verdadero mojón –hilarante además- de disidencia y anti-conformismo en una época de cobardes, sino que su autor y protagonista acababa de cumplir 10 años muerto. Bill Hicks murió en 1994 de un cáncer de páncreas a los 33 años, en momentos en que era el más jugado y talentoso de los cómicos de Estados Unidos. Autodefinido como “un Chomsky que cuenta chistes sobre pijas”, nunca llegó a ser un comediante realmente exitoso hasta que la llegada de George Bush Jr. a la presidencia lo puso inesperadamente de moda nuevamente, lo cual no es de extrañarse ya que su discurso ganó nueva actualidad por los hechos que todos conocemos, y posiblemente no haya ningún equivalente actual con tantos huevos y talento combinados. Es significativo que la casi totalidad de los discos que recogen las actuaciones de Hicks hayan sido editados en forma póstuma y en los últimos cuatro añós.

Como regalo de lectura de verano, este honorable blogger se ha tomado el trabajo (y el placer, a pesar de que sigue siendo difícil trasladar un sentido del humor de un lenguaje a otro) de traducir algunas de las citas y rutinas más conocidas de Hicks, algunas de ellas muy próximas a la habitual ideología de FYT, esperando que encuentren tanta satisfacción malhumorada y libertina como la que yo encontré en estas noches de verano en las que me he reído como un insano mental, escuchando a este sujeto despotricar contra cosas que eran odiosas en los noventa y son aterradoras hoy en día. Para los que dominan el inglés aclaro que es facilísimo pescar los discos de Hicks en la web y que es más divertido escucharlo que leerlo, pero el tipo habla a la velocidad de Pinti y generalmente en slang, así que no se confíen mucho de sus coquetos títulos enmarcados, porque si no están realmente familiarizados con el idioma no van a entender un joraca.




Siempre es divertido hasta que alguien se lastima. Ahí se pone hilarante.

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Yo fumo. Si esto le preocupa a alguno, le sugiero que mire alrededor al mundo en que vivimos y que cierre la puta boca.

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Me doy cuenta ahora de que fumo sólo por una simple razón, y es por rencor. Los odio a ustedes no-fumadores con todo mi pequeño negro corazón de mierda, ustedes, ofensivos, creídos, pequeños soretes protestones. Mi mayor miedo es que si dejo de fumar, voy a volverme uno de ustedes… No me malentiendan. Tengo algo que decirles a los no-fumadores sobre un hecho que ustedes no conocen y sobre el que yo creo que es mi deber informar en todo momento. ¿Están listos?.... Todos los días mueren no-fumadores…. Disfruten la velada. Miren, yo sé que ustedes están entretenidos con esa fantasía de vida eterna porque eligieron no fumar, pero déjenme ser el primero en pincharles esa burbuja y traerlos rápidamente de nuevo a la realidad…. Ustedes están muertos también.

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La peor clase de no-fumadores son los que se te acercan y tosen. Eso es bastante cruel ¿no es cierto? ¿Ustedes también van al lado de los lisiados y se ponen a bailar?

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Los niños son mucho más inteligentes que cualquiera de nosotros. Yo no conozco ni a un niño que trabaje ocho horas y tenga niños.

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Yo puedo hablar por cada hombre en este lugar esta noche: Muchachos, si uno pudiera chuparsela a sí mismo, las damas estarían solas en esta sala. Mirando un escenario vacío.

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Si escuchan uno de los discos de New Kids on the Block al revés, suena mejor. “Dale Bill, son los New Kids, no te burles de ellos, son tan buenos, tan prolijos y son una buena imagen para los niños•”. A la mierda con todo eso. ¿Desde cuando la mediocridad y la banalidad son una buena imagen para tus niños? Yo quiero que mis niños escuchen a gente que rockaba para el carajo. No me importa si se murieron en charcos de su propio vómito. Quiero a alguien que toca con el puto corazón. “Mami, mami, el hombre que Bill me dijo que escuchara tiene una burbuja de sangre en la nariz!” ¡Callate y escuchalo tocar! ¡Los New Kids…! “Hola somos los New Kids y somos tan buenos y tan prolijos!” (sonido de succión) “Somos tan prolijos!” Seig Heil! Heil! Heil! (más sonidos de succión) ¡A la mierda con eso! ¡Yo quiero muertas a mis estrellas de rock! ¡Yo quiero que toquen para el carajo con una mano y que en la otra puta mano tengan un revólver y digan “Espero que les guste el show”! (ruido de disparo) Si! Si! Toquen con el puto corazón!

…. Hablando de eso, estoy disponible para fiestas infantiles.

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Si ustedes no creen que las drogas han hecho cosas buenas por nosotros, entonces vayan a sus casas y quemen todos sus discos, todos sus casetes y todos sus CDs porque ¿saben cómo estaban todos y cada uno de esos artistas que hicieron música brillante y enriquecieron nuestras vidas? Recontra-colocados de drogas. Los Beatles estaban tan colocados que hasta dejaron que Ringo cantara algunas canciones…

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No, de cualquier forma yo ya no tomo drogas. Pero les voy a decir algo sobre las drogas. Yo solía tomar drogas, pero les voy a decir algo honestamente sobre las drogas, honestamente, y sé que no es una idea muy popular, uno no la escucha muy seguido, pero es la verdad: la pasé bárbaro tomando drogas. Qué le voy a hacer. Nunca maté a nadie, nunca robé a nadie, nunca violé a nadie, nunca perdí un trabajo, un auto, una casa una esposa o hijos, me cagué de la risa, y seguí en lo mío. Perdón. Ahora, ¿dónde está mi anuncio? ¿por qué no me dan un anuncio? ¿por qué le dan siempre el anuncio al otro tipo? “Perdí mi trabajo, luego mi mujer, luego mis hijos. No tomen drogas” Bueno, definitivamente no voy a tomar drogas CONTIGO, la concha de tu madre!!! Loco, qué mal viaje, qué bajón, sáquenlo de acá!!

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No todas las drogas son buenas. Algunas… son grandiosas.

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“Estamos perdiendo la guerra con las drogas” ¿Entienden lo que eso implica? Se está combatiendo una guerra y la gente con drogas la está ganando. ¿Qué es lo que eso les dice sobre las drogas? Que debe haber gente muy viva y creativa de ese lado: están ganando una guerra, ¡y están recontra-drogados!

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Ellos mienten sobre la marihuana. Te dicen que fumar porro te desmotiva. ¡Mentira! Cuando estás de la cabeza podés hacer cualquier cosa que hacés normalmente, e igual de bien. Lo que pasa es que te das cuenta de que no vale la pena el puto esfuerzo. Hay una diferencia.

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Siempre es la misma historia sobre el LSD en las noticias. “Joven bajo el efecto del ácido piensa que puede volar. Salta de un edificio.” Qué tragedia. Es un idiota, está muerto, ¡Bárbaro! Un pelotudo menos en el mundo. Guau, qué puta tragedia. Supongo que va a haber un auto menos mañana en el tráfico. ¿Qué les parecería una historia positiva sobre el LSD? Eso sí que sería un notición, ¿no les parece? ¿A alguno se le ocurrió? ¿Escuchar una historia positiva sobre el LSD al menos una vez…? “HOY UN JOVEN TOMÓ ÁCIDO, SE DIO CUENTA DE QUE TODA LA MATERIA ES MERAMENTE ENERGÍA CONDENSADA A UNA BAJA VIBRACIÓN. QUE TODOS SOMOS UNA CONCIENCIA EXPERIMENTANDO SU PROPIA SUBJETIVIDAD. QUE NO HAY ALGO LLAMADO MUERTE. QUE LA VIDA ES SÓLO UN SUEÑO. Y QUE SOMOS LA IMAGINACIÓN DE NOSOSTROS MISMOS. Y ahora vamos con Tom y el pronóstico del tiempo…”

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Yo estaba en Australia y todo el mundo me preguntaba “¿estás orgulloso de ser estadounidense?”. Y yo les decía, “Uy, no sé, no tuve mucho que ver con eso. Miren, mis padres garcharon ahí, eso es todo. Miren, yo estaba en el reino espiritual en esos momentos, diciendo “¡GARCHEN EN PARIS! ¡GARCHEN EN PARIS!”, pero no podían escucharme, porque yo no tenía una boca. Yo era un espíritu sin pulmones ni boca, ni cuerdas vocales. Garcharon acá. Sí, todo bien, estoy orgulloso.

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La gente me pregunta a menudo cual es mi posición política. No es que yo esté en desacuerdo con la política económica de Bush o con su política exterior, sino que creo que es un hijo de Satanás que vino a destruir la Tierra.

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¿Alguna vez se dieron cuenta de que la gente que cree en el Creacionismo parece realmente poco evolucionada? Ojos pegados uno con los otros, cejijuntos, grandes manos y pies peludos… “Yo creo que Dios me creó en un día” Sí, claro, y parece que estaba realmente apurado…

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Algunos de mis amigos, por ejemplo, piensan que esta gente de los grupos anti-aborto son unos idiotas insoportables. Otros de mis amigos, piensan que la gente de los grupos anti-aborto son unos malvados de mierda. ¿Cómo vamos a llegar a un consenso? Deberían escuchar las discusiones en mi casa. “¡Son insoportables!” “¡Son idiotas!” “¡Son malvados!” “¡Son una mierda!” Hermanos, hermanas, vengan todos. ¿No podemos por una vez darnos la mano y pensar en ellos como malvados e insoportables idiotas de mierda?

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Cuando Jesús vuelva a la Tierra, lo último que va a querer ver es una cruz.

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Si hacés un comercial estás afuera de cualquier círculo artístico, todo lo que digas es sospechoso; sos una puta corporativa y uh… fin de la historia.

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Hablando de eso, si alguno de los presentes trabaja en publicidad o marketing, mátense. Gracias, gracias. Es una pequeña idea. Estoy tratando de plantar semillas. Tal vez algún día echen raíces, yo qué se. Inténtenlo. Se hace lo que se puede. Mátense. En serio, si estan en eso, háganlo. No, en serio, no hay racionalización para lo que ustedes hacen, y ustedes son los pequeños ayudantes de Satanás. ¿Puede ser? Mátense, en serio, no, no es un chiste. “Debe venir un chiste ahora…” No hay ningún puto chiste, ustedes son engendros de Satanás, llenando el mundo de bilis y basura, ustedes están recontra-cojidos y nos están cogiendo, mátense, es la única forma en la que pueden salvar sus putas almas. Mátense. Yo sé lo que están pensando ahora todos los que están en marketing: “Oh, sabés lo que Bill está haciendo? Está buscando el dólar anti-marketing. Es un buen mercado. Él es muy vivo”. Locos, no, no estoy haciendo eso, putas basuras malignas…

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Estoy muy cansado, muy cansado de viajar, y muy cansado de hacer comedia, y muy cansado de mirar sus caras inexpresivas mirándome, deseando que yo llene sus vidas vacías con un humor que ustedes jamás podrían pensar por sí mismos. Buenas noches.

martes, enero 18, 2005

Me sigue gustando el número tres

En Entrada Libre, programa medio infame que dan los domingos en Canal 10, veo un amable "debate" entre los directores de teatro Hugo Blandamuro y Jorge Denevi, responsables ambos de cosas que prefiero no recordar. Sin embargo rescato dos momentos de sinceridad interesantes; en un momento Denevi le pregunta Blandamuro si su pasaje al mundo del carnaval, pasaje bastante habitual entre la gente de teatro, había sido por dinero o por amor a esta fiesta popular que, hipertrofiada por su carácter comercial, ha pasado de ser una parranda de tres días a una cuidadosa puesta en escena teatral que dura cuarenta días. Blandamuro le contestó que sí, que el pasarse al carnaval, había sido en un principio por dinero, lo cual -si no fuera porque ya estamos acostumbrados a que el dinero sea una excusa válida para cualquier cosa- sería una afirmación bastante sorprendente. Al menos en relación a lo que uno supondría que es el carnaval y la festividad espontánea y popular del dios Momo. Sí, me estoy haciendo el gil.

Pero más interesante aún fue una observación de Denevi, responsable de algunos programas cómicos televisivos que no menciono por respeto al lector. Ante una pregunta del moderador acerca de si había notado mucha diferencia entre su trabajo como director/guionista de programas humorísticos durante la dictadura y luego en democracia, Denevi contestó (estoy citando de memoria y tal vez lo mejore, aunque creo ser fiel a lo esencial de la declaración): "sí, había mucha diferencia; en la dictadura uno sabía que había cosas que no podían decirse y que apenas se podían sugerir y uno hacía las cosas así, con una guiñada, en cambio en democracia los políticos civiles eran todos amigos de los directores de los canales, así que había cosas que no se podían decir, ni se podían sugerir, ni nada, porque te estabas metiendo con los amigos de los jefes y no les gustaba nada". Repito, interesante.... ahora, nombres nunca, ¿no?

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Cuando el empresario de espectáculos Daniel Grinbank dijo que lo de República Cromañon era, para el mundo del rock, como un 9/11 hizo una observación bastante lúcida y al igual que con los atentados a las torres, los efectos de la tragedia siguen dejando efectos tóxicos y extendiéndose en formas inesperadas, dando pie a conductas represivas unilaterales y sirviéndo de excusa para cualquier cosa. Luego de la payasada de hacer pagar a justos por pecadores suspendiendo actividades musicales totalmente ajenas a las conductas y lugares riesgosos, sucede esta historia que sería graciosa si no fuera por algunas cosas que implica. Como suele hacer cada vez que se empeda/endurece al destartalado SayNoMore se le ocurrió salir de su niebla tóxica de José Ignacio para aproximarse hasta "Punta Rock", un mini-festival en el que La Garcha de Rolando, los Ratones Paralímpicos y no sé quién más tocaba para la beautiful-monada. Como es su costumbre, a Charly, se le ocurrió que quería subirse al escenario para hacer el ganso un rato; aunque la nota de Página 12 a la que le hice el link no lo consigna, al parecer los Ratones se brotaron y declararon que si el fool of the hill oficial del Río de la Plata se subía al escenario, ellos no lo hacían. Como resultado, los organizadores del evento decidieron interceptar al desdentado rocker e impedirle su breve apoteósis; la excusa argucida no fue que los Ratones estaban fastidiosos ni nada por el estilo, sino que la infraestructura de seguridad del festival -un recital en la playa de Piedras del Chileno para unas 10.000 personas- no iba a soportar el ingreso de una figura del fuste de García y le dijeron “No nos metas un Cromañón en Punta del Este”.

Más allá de chistes que se podrían hacer con la frase, más allá de conjeturas acerca de si una hecatombe de chetos sería algo realmente malo y más allá de que posiblemente le hicieron un favor al público, me parece que esta prohibición ridícula es un buen ejemplo de que lo de Cromañon va a servir como comodín para reprimir cualquier actividad masiva o notoria que por algún motivo moleste a alguien, sea a los Ratones Ultraparanoicos, al intendente de Punta del Este o a Patti. Puede ser educativo para los que pedían "seguridad" indiscriminadamente en lugar de fijarse en las causas y efectos reales; cuidado con lo que deseen porque sus deseos pueden cumplirse.

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En Pitchfork leo la noticia, tal vez más simbólica que otra cosa, de que Guided By Voices -en rigor desde hace bastante tiempo un nombre para la carrera solista de Robert Pollard- se disolvió definitivamente. La nota al respecto, mucho mejor que la media de la denostada pero ineludible Pitchfork, repasaba las características alcohólicas de un show tipo de GBV (algo que ya no vamos a ver, sigmur) y demuestra una tristeza por parte de su cronista con la que, por unos segundo, me resultó extraño sentir tanta empatía. GBV era un gusto sutil, a pesar de tener al mejor compositor y melodista desde, yo qué sé, ¿Ray Davies?, no era una banda de originalidad rutilante, no era una bandera de un movimiento -ni siquiera del low-fi- y sus epígonos seguro son menor número, o menos evidentes, que los de otras bandas totem del indie como Pavement, Pixies, Sonic Youth, Pussy Galore o Dinosaur Jr. Además fueron en cierta forma, aunque estuvieran formados y componiendo desde el año del mono, una banda tardía para el indie norteamericano de fines de los ochenta, principios de los noventa. Recuerdo que cuando aparecieron no parecían tener la estatura mítica de las bandas arriba mencionadas, eran más bien unos veteranos borrachines haciendo una cantidad enorme de canciones grabadas como el orto y no mucho más... aunque, puta, ¿por qué eran tan perfectas esas canciones? ¿por qué a uno le pegaba en la garganta aquello de "On the Tundra" o las misteriosas "Deeds of Fertile Jim"? ¿O cuántas canciones indie tenían la potencia de "Motor Away", o la alegría emotiva de "Glad Girls"? En fin, basta de preguntas retóricas y de tratar de explicar lo que todos saben.

Hacía tiempo que no le daba mucha pelota a los GBV, pero me gustaba pensar que era como un bar que iba a estar abierto cuando se me ocurriera volver, pero destaco unas declaraciones de Pollard recogidas en la nota y que me parecen fascinantes. En primer lugar el belicoso epígrafe del señor de la cerveza: "If the guy next to you ever bought a Counting Crows album, punch him in the face!". En segundo lugar el mortivo dado para la separación: ""That's it; you can't be the Rolling Stones" y por último su arrogante conclusión: "You've gotta quit while you're relatively handsome...We are the kings of indie rock. When we quit, indie rock will die."

Puta, ahora me doy cuenta de que es cierto.

viernes, enero 14, 2005

Mis discos de primavera

Como me desagradan las listas de fin de año, me había escamoteado mi lista de discos de estación, que en esta ocasión son los de primavera, pero pasada ya la urgencia evaluadora que altera a la gente en diciembre, presento una vez más los diez discos que escuché más durante la estación de las flores y las erecciones inesperadas. Extrañamente, teniendo en cuenta mi tendencia cada vez más regresiva, hay dos discos editados este año –lo cual para mí es mucho- pero se compensa con la presencia repetida de cierta banda fea y oscura que me hace muy feliz. Ya sé que no es una colección precisamente muy florida, ni primaveral, ni trendy pero… ¿qué me ven? ¿cara de hippie patasucia…? Vayan a fumarse una cáscara de banana seca y dejenme escuchar lo que se me cante...


Melvins & Lustmord – Pigs of the Roman Empire: Se ha hecho moda últimamente tratar a los Melvins como un respetable artefacto del pasado –tal vez la más radical y genuina de las bandas surgidas de los alrededores de Seattle a principios de los noventa- que por desgracia se ha vuelto totalmente autoindulgente y por ende innecesario. Verga merecen esas opiniones: los Melvins nunca dejaron de evolucionar y si quieren decirle “autoindulgencia” al cagarse olímpicamente en la opinión de críticos, público y colegas exitosos y dedicarse solo a hacer las formas de rock más extremas, inclasificables y bien tocadas, entonces bienvenida sea la autoindulgencia de Buzz Osborne y cía. La verdad es que los Melvins provienen, aunque no tengan un carajo que ver, de una escena – el grunge- que aún no ha sido reivindicada por la rueda kármica de lo cool, y a la mentalidad crítica que se deshace en elogios ante cada garcha firmada por Timbaland o los productores de soretes de moda no le entra en la cabeza el que unos cuarentones puedan estar rockeando no solo más fuerte y mejor que cualquier garagero de peluquería, sino que sigan a la vanguardia, lo cual parecería violar alguna ley natural. Esta banda “autoindulgente”, lo cual si el término no me engaña significaría un ombliguismo absoluto, se ha caracterizado en sus últimos tiempos por ser asombrosamente expansiva y colaborar con un sinnúmero de excelentes músicos –generalmente fuera de moda- con el objetivo de seguir en la elaboración de su enorme y continuada sinfonía de bellísima fealdad y gigantesco poder. En los últimos tiempos han trabajado con David Yow, Hank Williams III, Mike Patton, Foetus, Tool y otros varios. Este año sacaron un disco con el imprescindible Jello Biafra y otro con el oscuro pope del ambient dark Lustmord. Si en el disco con Biafra predominaba (lógicamente) la personalidad y verba del ex DK, en el Pigs of the Roman Empire la relación es más simbiótica, con Lustmord enmarcando de siniestros colchones sonoros la violencia ralentizada de los Melvins. El primer tema, en rigor una intro, es una perfecta muestra de lo fértil de este casamiento, construyéndose a partir de negrísimos drones que van subiendo de intensidad más y más hasta que son cortados por la batería de Dale Crover, quién prueba que si el dictamen de Joe Strummer de que una banda de rock es tan buena como su baterista, entonces los Melvins son la mejor banda de rock del mundo. Voy a volver a hablar de los Melvins antes de que este post concluya.


Captain Beefheart & Frank Zappa – Bongo Fury: Siempre le escapé a este disco por la prejuiciosa sospecha de que Zappa debía arruinar el trabajo del Captain. Hoy en día estoy reconciliado nuevamente con Zappa gracias a mi renacida fascinación con su trabajo instrumental y particularmente con su talento en la guitarra –para mí el bigotudo era uno de los mejores guitarristas de la historia del rock, muy superior a gente más reconocida como Hendrix, Clapton o su discípulo Steve Vai, a quién Zappa –vaya uno a saber por qué- consideraba mejor violero. Esta reconciliación me permite disfrutar particularmente de este disco en vivo en el cual Zappa no sólo no interfiere con el talento infinito del Captain, sino que le otorga el marco de una banda distinta a la Magic Band, una banda más jazzera (de las mejores que ha tenido Zappa) y posiblemente más virtuosa, y que calza a la perfección con los monólogos surrealistas de Don Van Vliet, personaje que tendría que tener una estatua en cada plaza.


Alice Cooper – From the Inside: Tuve este disco hace unos quince años, en una regia edición de vinilo con una tapa que se abría para mostrar la sala de un hospital psiquiátrico en la cual a su vez había una puertita que al abrirla mostraba al Cooper sonriendo maléficamente en un cuarto acolchado. Estrictamente es un disco malo, que apenas remonta el papelón del anterior Lace & Whisky, parte del período más decadente y alcoholizado del cantante, período en el cual sin embargo, y a diferencia de los discos de su renacer heavy de fines de los ochentas, se pueden aún rastrear algunas perlas entre la mugre. From the Inside está inspirado en las experiencias de Cooper en sus internaciones a causa de su notorio alcoholismo, y está compuesto a medias con Bernie Taupin, el partenaire compositivo y letrista de Elton John. Si bien es un disco irregular, excesivamente teatral y, a pesar de su conceptualismo, bastante fuera de foco, tiene algunas piezas geniales de heavy-glam histriónico y algún gran éxito como la balada “How You Gonna See Me Now”, una canción nada excepcional pero sentida que aún es pieza frecuente en las FM montevideanas, preferentemente en horarios nocturnos. Pero las joyas son dos de los temas que abren el disco, el ciclotímico “The Quiet Room”, que alterna candidez y ferocidad como si fuera el abuelo de Frank Black y en el que describe con desolación el estar enchalecado en una habitación donde “i just can’t get these damn wrists to bleed”, y el soberbio “From the Inside” y su prodigioso estribillo, que tiene un arreglo de voces que todavía no termino de entender pero que funciona de maravillas.

Melvins – Leech: Segunda entrada de los Melvins en mi Top Ten primaveral, en este caso se trata de un pirata semi-oficial o algo así, que reúne algunos de los innumerables temas que los Melvins dejaron dispersos en simples y recopilaciones durante sus períodos de hiper-actividad. Hay algunas piezas originales perdidas que están dentro de los mejor de la banda como el tema “Instant Larry”, compuesto para la banda de sonido de una perdida película de terror (la brillante Demon Knight)o el aptamente titulado "Anal Satan", pero el principal atractivo del Leech es que recopila muchas de las brillantes versiones realizadas por los Melvins, banda que se caracteriza por romperle violentamente el culo a las bandas que versionea. En este disco repasan dos temas de sus ídolos Flipper (“Love Canal” y “Way of the World”), uno de MC5 (“Rocket Reducer #62”), uno de Mudhoney –que posiblemente, teniendo en cuenta su poderío en cámara lenta, estuviera inspirado en la música de King Buzzo y cía- (“Sweet Young Thing Ain’t Sweet No More”), uno de Pussy Galore (“Adolescent Wet Dream”) y uno de Kiss (“God of Thunder”). Pero las palmas y aplausos se los llevan otras dos versiones. Por un lado su desopilante cover de “Venus in Furs”, que comienza fiel a la original de Velvet hasta que Buzz la empieza a cantar y al llegar a la tercer palabra (“leather”) estalla en un sostenido aullido heavy y la banda cae en un prolongado caos noise del cual ya no vuelve: un chiste perfecto y una perfecta demostración de poderío sónico. Por otro lado está su definitiva interpretación del genial “Lexicon Devil” de los Germs; aunque son muy parecidas después de escuchar esta lectura es imposible volver a la original, ya que en manos de los Melvins el tema alcanza su potencia máxima; no se puede tocar el tema con mayor ferocidad, simplemente no se puede.


The Fiery Furnaces – Blueberry Boat: Tengo que reconocer que soy tan reaccionario que cuando Ezek me pasó este disco, colado dentro de un compilado de electrónica, no le presté mucha atención, convencido de que era otro bluff neoyorquino, otro dúo similar a los Moldy Peaches, copiándole a los Frogs sin mucho talento, es decir, otros giles del East Village que se creen mucho más vivos que los demás; como las guionistas de Sex & the City. Nada que ver, la verdad es que los Furnaces son de verdad y aunque tienen textos elaborados le prestan más atención a la música, llena de cambios, arreglos inesperados y melodías perfectas. Han sido comparados por críticos entusiastas con Os Mutantes y otros vanguardistas pop de los sesenta; algo de eso (y mucho de psicodelia inglesa) hay. Como la mayoría de las bandas que me gustan, los Furnaces no le tienen miedo al minutero y sus articuladas canciones pop suelen extenderse bastante más allá de la frontera de los tres minutos, sin embargo mi canción favorita de este disco es la más breve: “Catamaran Man”, que evoca en melodía, letra y clima al maravilloso "Banana Boat" de Serge Gainsbourg sin permitir, extrañamente, ninguna acusación de plagio.


Bruce Cockburn – Stealing Fire: Otro disco que volvió de mi pasado; Cockburn es bastante ignorado en estas latitudes, pero en su momento supo ser uno de los principales songwriter de Canadá. Hace muchos años y tras haber escuchado elogios enormes de su disco Dancing on the Dragon’s Jaws (que recién escuché por primera vez este año) me topé con el Stealing Fire, un disco de composiciones de corte bastante pop y con una producción muy ochentona que lo hacía y lo hace por momentos indigesto. Pero había algunas canciones geniales como la que lo abría, “Lovers in a Dangerous Time” (“got to kick out the darkess till it bleeds daylight”) y, especialmente, el lado B del disco en el cual el socialista Cockburn (qué apellido doloroso) repasaba un viaje realizado a la Nicaragua aún sandinista conformando una serie de canciones interrelacionadas que hablaban sobre carreteras polvorientas y muchachos sonriendo con fusiles Kalashnikov. En este lado está la magnífica balada latina “Nicaragua”, que hace imposible que a uno no se le erice la piel al escuchar al canadiense cantar en castellano “Sandino vive en la lucha por la paz” y la aún más fascinante “If I had a Rocket Launcher” que tiene su circunstancia particular; inspirada en el clásico folk “If I had a Hammer”, la canción relata un cambio de actitud poderoso en Cockburn, un pacifista de izquierda creyente en la no-violencia, quien al presenciar de primera mano las monstruosidades de la Contra nicaragüense y los cadáveres de niños ametrallados con balas de Washington termina escribiendo: “If I had a Rocket Launcher / Some son of a bitch will die”.


Kaoru Abe, Motoharu Yoshizawa, Toshinori Kondo, Derek Bailey – Aida’s Call:
Un documento histórico del concierto que reunió en 1978 a tres leyendas del free jazz japonés con el demencial guitarrista británico Derek Bailey, un hombre que dudo que haya tocado un acorde normal alguna vez, realizando tres piezas en vivo sin batería. Si bien está presentado como una gran jam de virtuosos dementes, está claro que la estrella es el saxofonista Kaoru Abe, muerto por sobredósis el mismo año en que se grabó este disco. Abe dejó una obra más bien escueta, pero suficiente como para convertirlo en un músico de culto y en el equivalente oriental de Albert Ayler, con cuyo estilo tiene muchos puntos en común, sobre todo por la capacidad asombrosa de sacar los sonidos más espantosos y apasionados que se puedan obtener de un saxo. Personalmente tengo que admitir que Abe me parece inclusive superior a Ayler, que es uno de mis ídolos, y que su sonido -parecido al bramar de una fiera enferma de tristeza- es absolutamente único, como lo prueba este disco mal grabado pero repleto de música convulsiva e indómita.

Cows – Plowed EP: Siguiendo con el tema, para mí punk & jazz es un cóctel insuperable (solo comparable a punk & psicodelia y a punk & música culta contemporánea), pero a pesar de que desde los tiempos en que los MC5 hacían covers de Pharoah Sanders y Miles Davis iba a los conciertos de los Stooges (o cuando el occiso Robert Quine copiaba en la guitarra riffs de Albert Ayler) ha existido, no siempre esa conexión ha sido evidente y menos aún continuada. Pero inclusive en los casos nombrados antes el mayor punto de contacto ha sido la angulosidad de algunas estructuras y el caos sonoro de los puentes o el color de algunos instrumentos, dejando de lado el elemento esencial del jazz, el swing, que pocas veces ha llegado al punk. Claro, hay excepciones notables como los Jesus Lizard y los Cows, dos bandas tan enérgicas como swingueras y, en mi modesta opinión, insuperables. Desconocía este EP de los Cows, que encontré revolviendo la carpeta del sslk de un exquisito, y que fue publicado originalmente en el 92, es decir, en la mejor época de los dirigidos por Shannon Selberg. Son cuatro temas y son cuatro piñazos que conforman tal vez la obra más redonda de la banda. Incluye el increíble “In the mouth”, en el que Shannon canta sobre diversos escándalos a hacerse en la boca de alguien sobre un ritmo endemoniado y una trompeta absurda. Jamón del medio.


Grateful Dead – Workingman’s Dead: En una entrevista de hace unos años, Ira Kaplan se quejaba de que compararan tanto a Yo La Tengo con Velvet Underground obviando la enorme influencia que le significaba un grupo casi antitético con el de Lou Reed como Grateful Dead. Tiene razón, en este disco, que al igual que otros en esta lista recapturé en estos meses después de haber pasado una década sin escucharlos, el grado de intimismo de la pequeña pero hermosa voz de Jerry García no desentonaría en ningún disco de Yo La Tengo, lo mismo que su elocuente guitarra. El Workingman’s Dead los encuentra disfrazados de vaqueros country y ofreciendo una homogénea colección de canciones que no desentonarían en un disco de los Flying Burrito Brothers. Si bien no contiene ninguno de los temas más representativos de los Dead (“Friend of the Devil”, “Help on the Way”, “St. Stephen”), está su clásico “Uncle John’s Band”, que detrás de sus delicadas perfectas armonías vocales californianas y su carácter guitarrero esconde unos complejos cambios de tiempo bastante difíciles de dominar para cualquier émulo fogonero. Las drogas, mascaron de proa de la banda, están ausentes de la música pero no de las letras, que tienen más alusiones a los tóxicos que un informe de la DEA. Siempre me ha admirado la lucidez del comienzo de la balada drogadísima y lechona “High Times” que reza: “You told me goodbye / how was I to know / You didn’t mean goodbye / you just mean / ‘Don’t let me go’ / I was having a high time / living the good life”. Vamos, el tipo tiene razón: está recontra-colocado y viviendo la buena vida del explorador de sensaciones psíquicas y esta pelotuda le hace psicología invertida y todavía espera que el desconado y feliz hippie se de cuenta. No hay derecho.

Melvins – WMPG Radio: "¿Cómo otro disco más de los Melvins? Qué hinchahuevos, y para peor otro pirata…" Bueno, muñecos esta no es la lista democrática y balanceadamente cool que queda bárbara al lado del arbolito de navidad, sino realmente la de los discos que escuché más los últimos tres meses. Y sí, escuché más a los Melvins que a la banda coqueta de turno y estoy mirando a la novia de Dárgelos ¿y qué?.. Por otra parte, este disco podría considerarse más un disco de comedia que uno de música; se trata de la grabación de un largo programa de radio en Portland en el que los anormales de Aberdeen presentan algunos temas de su disco The Bootlicker y, esencialmente, se dedican a hablar con el conductor y a dar una lección ejemplar de ese maravilloso sentido del humor heavy del que los supuestamente más inteligentes punks nunca pudieron desarrollar un equivalente digno. Incluye algunos temas tocados en forma impecable, el collage psicodélico de frases relacionadas a los Beatles, “Paul is dead”, y muchos chistes y anécdotas de mala leche, contadas por los Melvins con una velocidad mental que muchos humoristas envidiarían, destacándose una vitriólica perorata sobre sus experiencias en el Ozzfest llamada explícitamente “Ozzy is an idiot”. Ah, me gustan los Melvins, está dicho…

PD: Son más de 15.000 caracteres Garza, no me rompas los huevos por un tiempo.

sábado, enero 08, 2005

Should we talk about the weather?

No soy lingüista, gracias a dios, pero siempre me ha parecido que las charlas sobre el tiempo son el mejor ejemplo de aquel función fáctica de la que hablaba Jakobson en su categorización de los distintos tipos de contacto entre emisor y receptor. Es decir, la función fáctica es aquella que chequea y comprueba que la ilusión comunicativa se está cumpliendo, esas pequeñas muletillas que se aseguran que se está manteniendo una conversación decodificada y que no esperan necesaria respuesta ("¿me seguís?", "vos sabés...", "¿no?"). Las conversaciones sobre el clima son una especie de hipertrofia de esta función que directamente prescinde de un auténtico tema de conversación; en realidad son como un simulacro de charla que lo único que pretende es dar una señal de reconocimiento de que uno se encuentra frente a un ser humano y que uno también lo es o lo parece. A veces sirven para llegar a una auténtica conversación, a veces es un simple gesto de horror al silencio. En todo caso hay pocas cosas menos interesantes que una charla sobre el tiempo.

Pero el clima está cambiando y hay excepciones a esta regla, a clima extraordinario, charlas de clima extraordinarias; la ola de calor de los últimos días me hizo recordar el perfecto principio de ese cuento perfecto de Raymond Chandler, "Viento rojo", en el cual el tipo describe un viento caluroso y sofocante que azotaba eventualmente Los Angeles provocando que la tasa de homicidios subiera en forma notoria. Estos días fueron algo así, pero sin viento, sólo con deseo de matar gente.

Así que uno habla sobre el clima, sobre el tiempo, y uno suda como un maratonista y los perros no pueden ni caminar, totalmente abochornados y babeando a chorros, y cuando llega la noche, que no baja la temperatura, no me puedo dormir así que voy a comprar una Coca-Cola, una Fanta, una Sprite... cualquier cosa fría y con burbujas. Y como todo está cerrado tengo que caminar varias cuadras hasta el mini-market del chino/coreano, que cierra más tarde que los demás.

Ni idea si el oriental, un tipo joven de menos de treinta años, que compró hace unos meses ese mini-market es chino o coreano. En todo caso está lejos de la caricaturas de Juana Molina: habla mejor castellano que la mayoría de los montevideanos, aunque con un notorio acento, se lleva visiblemente bien con los uruguayos que trabajan para él y es realmente amable con sus clientes, no con esa amabilidad de plástico que se ha hecho regla en los grandes negocios sino con genuina amabilidad barrial.

Y cuando llego a la caja el tipo está haciendo gala de esa amablidad con una señora de unos sesenta años con la que hablan sobre el clima, sobre ese clima hecho de aire caliente y sudor vaporizado. Y la señora le cuenta sobre el clima de hace muchos años, y sobre veranos extraños en los que la temperatura jugaba juegos misteriosos con las personas, y sobre la sorpresa de esta niebla tropical y asfixiante, y le pregunta si en su país, si en el país del chino/coreano, había vivido cosas similares.

Y el oriental le dice que no, pero le empieza a contar sobre nevadas tan tupidas que tenían que quedarse encerrados en las casas mirando por las ventanas un mundo que se vuelve blanco, o que iban a la escuela haciendo surcos en la nieve que les llegaba a las rodillas y el aire casi irrespirable de tan frío y... entonces se dan cuenta de que estoy en la cola y la conversación sobre el clima se interrumpe y se suspende para que yo pueda comprar mi Sprite. Y la señora se va, porque uno no se queda sólo para conversar sobre el tiempo, aunque el tiempo sea un intercambio de información sorprendente, y yo me quedo con la culpa de haber suspendido el contacto entre gente que hablaba de cosas importantes.

Otro verano en Montevideo, y ya van tres.

martes, enero 04, 2005

Tres posts que son uno, como la Sagrada Trinidad

La muerte, que anduvo tan inquieta todo el 2004, despidió el año a todo bombo y orquesta. Hace unos meses jodíamos con que éste parecía un annus horribilis ante las sucesivas muertes de personajes entrañables como Marosa Di Giorgio, Líber Seregni, John Peel, Mario Levrero, Ray Charles, Marlon Brando, Arafat o Jacques Derrida, en lo que parecía ser una cantidad excesiva de decesos. Sin embargo esa cantidad se volvió ridícula ante algo como el tsunami del Pacífico.

Tsunami es una palabra atractiva y exótica que suele verse repetida en la jerga indie y, previsiblemente, en la jerga surfista. Ahora es un término popular que describe y connota una desgracia enorme, la más grande no provocada por el hombre que yo haya vivido, y que barrió varios países y 150.000 personas. Ciento cincuenta mil, piensen qué cantidad de muerte que es eso. Un terremoto que mueve el agua y produce una hecatombe, muerte por tierra, muerte por agua.

Días después pasó lo de República Cromagnon, sobre lo cual se ha hablado tanto en la blogsfera, incluyéndome, que no tengo ganas de decir mucho más. Sólo que me sigue llamando la atención el cómo las reacciones automáticas de culpabilizar a los poderes –que no son inocentes, ya lo sé- han suplantado todo tipo de autocrítica y de examen de las conductas que se justifican emocionalmente; cómo si la vida en sociedad fuera un psicodrama en el cual la culpa de todo fuera de los padres y la interrelación con los demás fuera un crimen pasional. La cultura del fútbol es una mierda, chicos (imagínense a Christian Aldana diciendo eso) y su ingreso a todos los ámbitos colectivos de la sociedad tenía que envenenarla y producir algún holocausto horrible, podía haber pasado antes, podía haber pasado después, es espantoso que haya pasado en forma tan drástica, con tantos muertos jóvenes asfixiados entre las llamas, muerte por fuego, muerte por aire.

Hubo una muerte pequeña que no fue en cambio atendida en la blogsfera; en esos mismos días se murió Susan Sontag. La Sontag nunca fue una de mis intelectuales favoritas y leí varias cosas de ella que podrían ser consideradas como boludeces de una mujer obsesionada por ser la intelectual liberal (acentuando la “i”) paradigmática y lista para opinar de todo, todo el tiempo. Pero como a Seregni, la muerte la sorprende en su mejor hora, en la hora en la que su legado es apreciado y digno, recordándonos la importancia de dejar las cosas en orden para cuando nos vayamos. Recordemos, junto a Chomsky, Petras y poca gente más, la Sontag fue una de las únicas voces que se alzaron entre la histeria producida en E.E.U.U. por el 9/11 para exigir que no se perdiera la razón, que había mucho más que perder que lo que se había perdido al caer las torres. En medio de un clima en el que todas las opiniones tenían que, en forma casi obligatoria, incluir algún adjetivo de odio hacia todo lo que no fomentara el odio, Sontag recordó el poder de la razón para pedir que no se hablara de venganza, cobardía u honor sino en términos de vida y verdad, en términos de lo que fuera mejor para el mundo. A causa de esto la gran mayoría de los medios norteamericanos la puso de ejemplo de “idiota”, utilizando el método patentado por Vargas Llosa Junior en su Manual del perfecto idiota latinoamericano, y que es el mejor argumento de la derecha: desde que el muro cayó, las verdades de la derecha mundial son tan verdaderas que cualquier cosa que la cuestione es una idiotez dicha por idiotas, y con un discurso idiota no se debate: se le ignora y se pasa a la acción. Así la intelectual más conocida de Estados Unidos pasó a ser una idiota a ignorar mientras que las pantallas eran llenadas por la ignorante neo-fascista Ann Coulter y personajes de su calaña.

Pero, como 100.000 iraquíes muertos saben en silencio, Susan Sontag tenía razón, era la voz del racionalismo occidental en medio de los gritos de venganza y apocalipsis del fundamentalismo cristiano que domina este hemisferio y, aún enferma, se arriesgó al rechazo de su nación para decir lo que creía que era verdad, lo que sabemos que es verdad. Por esto vale la pena recordar a Susan Sontag y las dignas circunstancias de su muerte.

Ahora, toda esta muerte que cierra el año es estruendosa y la escucho, pero está afuera. Adentro mi casa está llena y rebosante de vida, gracias a la llegada tal vez temporaria de Juan Carlos Bartolo, can labrador de mes y medio de vida, hijo del enorme Juan Carlos Benito, y en cuya compañía han convertido mi coqueta casa en un revoltijo de pelos, detritos y objetos desgarrados. Bartolo, una pequeña rata peluda que pesa poco más de un kilo, corre por todos lados, chilla como un bastardo y caga con singular entusiasmo sobre el parquet ante la mirada horrorizada de su perruno padre, quién sabe que si hiciera lo mismo se ligaría por lo menos el que su hocico fuera refregado contra sus deyecciones. Y yo lo miro con admiración, ya que JCB, un macho sumamente dominante al que he visto revolear del cuello a un rottweiler mediano a causa de un simple cruce de miradas, soporta que el pequeño Bartolo –a quién puede reconocer como perteneciente a su raza pero no a su familia- le robe la comida, lo eche de sus lugares favoritos, le muerda la cola con notable energía y le haga todo tipo de maldades mientras él, que podría hacerlo desaparecer de un solo mordisco, lo tolera con una paciencia conmovedora, jugando con el bichito con insólita delicadeza y recordándome por qué Santo Tomás de Aquino decía que los perros eran máquinas de amor. Evidentemente estos animales saben algo que nosotros no sabemos, que yo no sé.

O sí, un día llevé a esta pequeña cría a Amok y vi como los tatuados y feroces rockers de varias bandas locales hacían turnos para rascarle la barriga redonda, a punto de babearse ante este diminuto mamífero mordedor. El hijo de puta es una bomba de carisma, y a juzgar cómo atrae también a las mujeres voy a tener que sacarlo de noche más seguido.

Y nada, no hice listas de lo mejor del año, no hice promesas de fin de año y no les deseé un feliz año nuevo aún a nadie. Este no fue un buen año pero hubo peores, para mí fue un año reflexivo, ahora necesito un año de acción y cambios, necesito cambios, rápidos y notorios. Y esta fue mi canción favorita del 2004, ustedes saben que es verdad porque lo dije varias veces en este blog a lo largo del año. Ahora la re-escucho, la re-leo y me parece tan exacta como la primera vez que la escuché y me parece que habla de cosas que se siguen moviendo mientras la escucho. Ni mi vida ni mi entorno se parecen a cómo me imaginaba de chico que iban a ser en el 2005, esta fecha de ciencia-ficción; ahora quiero imaginarme otras cosas. Que venga lo que venga entonces, desde FYT les mandamos besos y abrazos, mon sembleable, mon frère.

P.S. You rock my world


I was at a funeral the day I realised
I wanted to spend my life with you
Sitting down on the steps at the old post office
The flag was flying at half-mast
And I was thinkin' 'bout how everyone is dying
And maybe its time to live

I don't know, where we're going
I don't know what we'll do

Walked into the Thrif-tee
Saw a man with the hollow eyes
who didn't give me all my change
But it didn't bother me this time
'cause I know I've only got
this moment
And it's good
I went to the gas station
Old woman honked her horn
Waiting for me to fix her car

I don't know, where we're going
I don't know what we'll do

Laying in bed tonight Im was thinking
and listening to all the dogs
and the sirens and the shots
And how a careful man tries to dodge the bullets
While a happy man takes a walk

And maybe it's time to live


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