lunes, enero 30, 2006

Viejos borrachos revisitados

La fantástica revista Modern Drunkard Magazine -revista que puede ser considerada como un medio humorístico pero a la que yo cada día veo más como político- publica un nuevo acercamiento a la eternamente reproducida fotografía que Korda (Alberto Díaz) le hiciera al Ché Guevara y que se ha convertido en el ícono personal político más reproducido de los últimos cuarenta años. En tiempos del photoshop, es de lo más tentador tomar cualquier rostro y colocarlo dentro del marco heroico de la melena y la gorra del Ché. He visto hacerlo en forma graciosa con el rostro del mono evolucionado Cornelius o con la cara de Homero Simpson. He visto (uno de los montajes más perturbadores que conozca) asomar a la cara de Adolph Hitler por debajo de esa gorra en un arriesgado chiste visual de la revista Barcelona. Y ahora veo que la MDM lo fusiona con lo que para ellos es un ícono de otra guerrilla, Charles Bukowski.

Hace un tiempo que no escuchaba hablar del viejo Bukowski, no sé si los nuevos lectores lo han revalorizado o lo asocian con justicia con una generación cascoteada y bastante ignorante que lo idolatró hasta convertirlo en sustituto de cualquier otra lectura. Yo era un adolescente que leía compulsivamente cuando estalló el boom Bukowski en el Río de la Plata. El único símil que se me ocurre para ofrecerles como ejemplo de lo que fue a quienes no lo vivieron es que se pareció a un fenómeno Harry Potter para mayores de edad. Se leyó a Bukowski, se citó a Bukowski, se imitó a Bukowski, se bebió y se pensó que el beber convertía a un Symms en un Bukowski (fui bueno y no usé ejemplos uruguayos), se denigró en nombre de Bukowski, se debatió Bukowski, se pidió prestado Bukowski y no se devolvió más. Lógicamente así nos quedaron los huevos con Bukowski y sus versiones e imitadores locales.

Mi romance con la obra de Bukowski fue breve e intenso, la propia ansiedad de la compulsión literaria hizo que lo leyera y luego siguiera de largo hacia autores menos populares e inmediatos, pero de cualquier forma me lo leí casi todo y algunos de sus libros -particularmente Mujeres y la colección de relatos tardíos Música de Cañerías- me habían impresionado mucho. Pero bueno, en algún momento dejé de leerlo y empecé a asociarlo mentalmente con una escritura rústica, efectiva sólo para jóvenes con hambre de transgresión y totalmente superada para los que ya leiamos a James Joyce y, supongo, se me contagió un poco el desdén académico hacia el viejo choborra. Años después me encargaron reseñar el Shakespeare Never Did This, una de las pocas obras de prosa de Bukowski que Anagrama no había llegado a editar en vida de éste y tal vez su libro más alegre, si cabe usar ese término. Fue leerlo y darme cuenta, independientemente de modas, que estaba frente a un escritor formidable y en el fondo incomprensible para un adolescente.

Entre otras cosas me di cuenta de algunas cosas:

a) el entorno de marginalia, alcohol y coitos en la obra de Bukowski funciona como el desierto y los marroquíes en la de Paul Bowles: es lo primero que uno nota y lo que menos importa. Bukowski es un gran escritor existencial.

b) es el mejor depurador/reductor del estilo Hemingway, muy superior a la mayoría de los minimalistas con la excepción posible de Raymond Carver, que es en realidad un depurador/expansor de las traducciones inglesas de Anton Chejov.

c) el estilo de Bukowski mejoró -al menos en la prosa- con la edad. Sus mejores novelas (Mujeres, La Senda del perdedor) y colecciones de relatos (Música de cañerías, Hijo de Satanás) pertenecen a cuando ya era un escritor reconocido mundialmente. Solamente al final de su vida su obra decayó ligeramente, cosa tal vez adjudicable a la edad pero que puede deberse a su extrañamente juvenil intento de navegar en aguas desconocidas (Hollywood, Pulp).

d) tenía profundos vasos comunicantes con la obra de William Burroughs, a quién despreciaba, que no son aparentes por la diferencia de estilos -y toxinas- privilegiados por ambos. Pero son hijos de una misma bohemia y un mismo aborrecimiento por la cultura norteamericana y a ambos se les nota. Y ambos pueden ser venerados e ingresados en el panteón de la historia literaria de ese país pero su obra sigue siendo totalmente inasimilable para esa cultura de puritanos y monstruos.

e) su poesía no era mera prosa desperdigada por la página, era también un gran poeta.

Como muestra de esto elijo uno de sus poemas más conocidos, y bellos, en el que con pocas palabras resume cosas arrasadoras que uno tendería a creer imposibles de resumir. Y además habla de tigres.

For Jane

225 days under grass
and you know more than I.
they have long taken your blood,
you are a dry stick in a basket.
is this how it works?
in this room
the hours of love
still make shadows.

when you left
you took almost
everything.
I kneel in the nights
before tigers
that will not let me be.

what you were
will not happen again.
the tigers have found me
and I do not care.


El afiche de la MDM no es un chiste tonto; si algo caracteriza a la MDM es lo refinado de su sentido del humor, y es sobre todo una declaración de principios. Es decir: hay una guerra, en cualquier momento llega hasta nuestra puerta, así que elijamos nuestras banderas y nuestros chamanes guerreros. Hoy se extraña a Bukowski; parafraseando a J.L. Borges es desesperante el que -con la excepción temporal de Kurt Vonnegut, claro está- todos los mejores escritores vivos estén muertos. Porque ahora sería necesario escuchar qué dirían acerca de la locura extraordinariamente ordinaria de la actualidad. A uno le gustaría imaginarse al fantasma de Bukowski, con la sábana sucia y en patas, metiéndoles una botella en el orto a algunos de esos policías disfrazados de doctores, esos que están ensuciando los espacios entre las personas con grilletes barnizados con filantropía.

miércoles, enero 25, 2006

Mis discos de primavera (tardía)

Bueno, más vale tarde que nunca, pero no quería que se confundiera con una de las clásicas listas de fin de año, lo que me obligaría a aclarar el por qué la mayoría de los discos llevan más de veinte años de editados, y además estaba abotonado con preocupaciones ambientales. En esta ocasión la lista tiene algunas variaciones, en primer lugar no son diez como de costumbre sino algunos más, lo cual se debe a un período bastante compulsivo en cuanto a escuchar música. En segundo lugar la lista es un poco mentirosa, ya que debería incluír varios ejemplos más de una clase de discos que me tiene fascinado y que son los dobles en vivo de bandas de hard rock de los setenta. Durante mucho tiempo odié a esta clase de discos, a los que consideraba un resumen de todo lo autoindulgente, estúpido y mesiánico que tiene el rock. Lo cual en cierta forma es cierto y todos los chicos punk lo saben, pero mientras que la mayor parte del punk actual es una música imbécil para adolescentes en pseudo-rebelión, estos discos tan denostados son -en muchos casos- testimonio de una época en la que todo era más grande que la vida y los músicos se comportaban como semi-dioses -y a menudo tocaban como tales-. En una época en que se considera como virtudes del concierto en vivo la fidelidad absoluta a la grabación original y la participación demagógica del público como corista impago, es un placer exquisito escuchar a estos dinosaurios alterar sus temas, alargarlos hasta el absurdo y hacer lo que se les cante con tal de llegar a una experiencia auténtica, o al menos a una buena imitación de la misma.

Sí, me gustan los dinosaurios, sean los tyrannosaurus o Led Zeppelin, y contemplar a estas bestias retratadas en sus momentos de mayor vitalidad prueba inmediatamente la falta de vida del rock actual. Pero en esta lista he faltado un poco a la verdad e incluído solamente a un exponente de esta clase de artefactos -el colosal Raunch'n'Roll Live de Black Oak Arkansas, que curiosamente no es ni fue un disco doble, aunque lo parezca...-, pero siendo justo a lo que ha estado sonando en casa deberían estar también montañas como el On Your Feet Or On Your Knees de Blue Öyster Cult, el Live at the Paramount de The Guess Who, el Space Ritual de Hawkwind, el Live Bootleg de Aerosmith, el Live at the Budokan de Cheap Trick e inclusive la monstruosa (en muchos sentidos) re-edición del mítico Made in Japan de Deep Purple (no menciono el The Song Remains The Same porque me sigue pareciendo un testimonio indigno de aquella gran banda). En fin, como setentista absoluto les dejo la recomendación y paso a destacar otros discos un poco más variados. Son un montón y me explayé largamente sobre ellos (parte de mi setentismo es el exagerar), así que no hagan esfuerzos y recuerden el botoncito de la esquina derecha.

The Who - Who's Next: Algunos individualistas han esparcido la idea de que el gran disco de los Who es el The Who Sell Out, una gran obra sin dudas, pero que se ve empequeñecida e infantilizada cuando se le pone al lado del Who's Next, disco que se destaca en la carrera de los dirigidos por Pete Townshend como un jugador de básquetball en una convención de jockeys. Versión mutilada del gran proyecto de Townshend, la ópera rock Lifehouse, Who's Next tiene sin embargo una gran unidad y nada de relleno, cosa que no se puede decir de ningún otro album de los Who. Reconozco no ser nada imparcial con este disco que, por motivos que no vienen al caso (lo descubrí cuando era muy, muy chico y me cambió todo lo que pensaba o intuía sobre la música rock), me resulta muy importante, pero volver a él después de unos años sin darle pelota me deslumbra nuevamente, especialmente en la versión remasterizada que incluye 'Pure and Easy', temazo que no debió nunca quedar afuera. Los relevos instrumentales de 'Baba O'Riley' siguen siendo una de las mejores cosas de la historia del rock y 'Behind Blue Eyes' sigue siendo una de sus baladas más amargas y bellas -inmaculada a pesar de la versión apestosa que hiciera el cara de pija de Fred Durst hace un par de años-, pero en esta nueva revisión de este disco clásico mi canción favorita es 'Goin' Mobile' y sus arranque y frenos bajo la voz temblorosa de Townshend. Pero puede ser cualquiera.

Orthrelm - OV: Si hacía falta alguna prueba de que los heavys, supuestamente el lado más conservador y retrógrado del rock, son la tribu más inquieta estéticamente de la actualidad y la que tiene la mayor capacidad técnica para desarrollar esa inquietud, OV es una muestra irrefutable. Es difícil contar de qué se trata este disco porque aunque no desentone al lado de los de Sunn 0))), Lightning Bolt o Ruins, es un género en sí mismo. Un solo tema de 45 minutos en el que la simple combinación de guitarra y batería va presentando riffs minimalistas y enganchados que evolucionan hacia otros y se repiten mecánicamente en mantras imposibles que recuerdan al puente de ‘White Cross’ de Sonic Youth pero sin que exista una canción antes o después. Algo tan radical y nuevo que no encaja ni siquiera en los patrones de la música experimental o los zumbantes excesos del metal-ambient y que evidentemente no es un disco que uno ponga para amenizar una jovial reunión de amigos. Yo supongo que va a pasar un tiempo antes de que vuelva a escucharlo entero otra vez, pero el asunto es toda una experiencia ante la que hay que sacarse el sombrero.

Geto Boys - We Can't Be Stopped: Algunos habrán notado que en ninguna de mis listas de discos más escuchados he nombrado a algún título de hip-hop, esto tiene una explicación muy simple: no me gusta el hip-hop y punto. Sin embargo y como no se puede descartar ningún género íntegro, hay una rama del mismo que me resulta atractiva y es el gangsta de principios de los noventa. No es tanto el morbo de las letras ultra-violentas e incorrectas lo que me atrae sino más bien la musicalidad del mismo, más próxima a George Clinton que a Kraftwerk, y sus MCs de envidiable y melodioso fraseo. Y de hecho la más impresentable de las bandas de gangsta de aquellos tiempos salvajes es mi preferida, los siniestros Geto Boys y éste, su disco más anormal y desquiciado. ¿Qué se puede esperar de un disco que lleva en su portada una foto de uno de sus integrantes -un enano además- siendo ingresado a un hospital con un ojo menos, perdido en una pelea con su novia? Maravillas, evidentemente… maravillas como ‘My Mind Is Playing Tricks On Me’, que, junto a ‘Straight Up Menace’ de MC Eiht, es mi canción favorita de hip-hop de todos los tiempos. Eso no es sólo violencia, es puro y exquisito gore.

Black Oak Arkansas - Raunch'n'roll Live: De todas las bandas hypeadas en su momento por el difunto y legendario crítico Lester Bangs tal vez la que menos ha trascendido y hecho escuela son los Black Oak Arkansas, posiblemente por su caracter de sureños bestiales y por la personalidad algo infumable de entrada de su lider y cantante James "Big Jim Dandy" Mangrum, un rubio extrovertido que es a David Lee Roth lo que Mick Jagger es a Steven Tyler y que canta en forma brillante u horrible sin puntos medios (a veces suena como Bon Scott parodiando al Captain Beefheart, algo que solo es bueno en teoría). Pero Black Oak Arkansas era una máquina de rock amorfo y vital, y en este disco en vivo suenan como si fueran Stooges confederados,atropellándose unos a otros encima de los micros y combinando estallidos eléctricos con largos fragmentos en los que sobresale la percusión (incluída una tabla de lavar castigada con furia por Mangrum). Anterior al clásico de la banda High on the Hog, no contiene 'Jim Dandy (to the rescue)', su tema más conocido, pero en su lugar está la formidable e inédita 'Getting kinda cocky' y varios temas de sus primeros dos discos, los mejores y más reos, como suele ser. No es el Kick Out the Jams pero a fin de cuentas no tiene nada que envidiarle.

Emmylou Harris - Wrecking Ball: ¿Cómo puede ser tan cool una mujer con el pelo teñido de blanco nieve, vestida de cowboy y con una voz tan aguda? Yo que sé, pero que lo es, lo es. Tal vez este sea el disco más difundido de la antigua corista de Gram Parsons en estas latitudes y tal vez no sea el más representativo ni el mejor (yo me quedaría con el Pieces of the Sky), pero es el que escuché como bobo durante la primavera, tal vez porque tengo debilidad por cualquier disco que contenga 'Every Grain of Sand', que debe ser mi canción favorita de Bob Dylan, o tal vez simplemente porque es un gran disco. La producción elegante, moderna y nebulosa de Daniel Lanois puede empalagar a algunos pero en mi opinión funciona tan bien aquí como en el Time Out of Mind del ya mencionado Dylan. El tema que le da nombre al disco, una composición de Neil Young (presente en coros) que originalmente había aparecido algo perdida en la cara B del Freedom del canadiense, se convierte aquí en una majestuosa y agridulce invitación a algo imposible de rechazar.

Pez - Para las almas sensibles: Esto sí que es setentismo puro y duro: cuando uno quiere dar por muerto de una puta vez al agónico y decadente rock argentino, uno se encuentra con bandas como Pez o Natas que hacen imposible extender el certificado de defunción. Los Pez en particular son una banda sin equivalentes en el resto del Río de la Plata y que han conseguido fusionar los estilemas reconocibles de la rica tradición rockera de su país con el espíritu y la libertad del rock independiente mundial. Este doble en vivo enorme y casi inabarcable funciona como un resumen mejorado de la ya amplia (y no lo bastante conocida) discografía de la banda y además de exquisiteces como 'Siesta' o 'Phantom Power' presenta la composición que da nombre al disco y que es lo más ganchero (si el adjetivo se puede adjudicar a un tema de Pez) que la banda haya hecho y si la escena rockera no hubiera sido lobotmizada por el fútbol y las bandas que escucharon mal a los Rolling, debería haberse convertido en un éxito. Es difícil e injusto destacar el laburo de uno de de los integrantes de la banda, pero lo que hace Pepo Limeres en este disco casi que mete miedo. Como todo el disco, que con ese nombre, esa duración y esas características musicales es, además de buena música, una declaración de principios. Una obra pura, digamos, algo que uno se había desacostumbrado a ver en el Río de la Plata y otros minerales preciosos.

David Johansen - David Johansen: Al igual que los Stooges, The Velvet Underground y los Rocket from the Tomb, los New York Dolls también sufrieron esa maldición de los grupos proto-punk de tener un disco perdido o nunca grabado del que se conocen temas sueltos o grabaciones en vivo, siendo fagocitado tras la disolución del grupo por las carreras solistas de sus integrantes. En el caso de las muñecas neoyorquinas este disco estaría comprendido por el material que compone el semi-pirata en vivo Red Patent Leather, disco más bien inescuchable por la mala calidad del sonido pero que delata un material bastante más fuerte que el del Too Much, Too Soon. Este material luego aparecería (en su mayor parte) en los discos solistas de Johnny Thunders ('Pirate Love'), de Sylvain Sylvain ('Teenage News') y en este, el primer disco solista de David Johansen, que en mi opinión se queda con la parte del león al apropiarse de 'Funky but chic' y 'Girls'. La banda que lo acompaña no rockea como los Dolls, pero no hace ningún papelón y la selección de canciones es fuertísima, aunque la desilusión y quemadura absoluta de David Jo con su papel fracaso precoz como rock star se nota desde la tapa. Mucho menos reconocido que el So Alone de Thunders, no sólo no pasa ninguna verguenza a su lado sino que es posible que este sea el mejor disco de un ex NYD.

Cecil Taylor - Conquistador: A pesar de mi admiración por titanes como Albert Ayler, Ornette Coleman o Don Cherry, para mí el gran héroe del free jazz -y una de las pocas personas de las que no tengo pruritos en reconocer como ídolo- es el pianista Cecil Taylor, cuya música hace parecer a cualquier otra -desde los Ramones hasta King Crimson- como cuadrada y encorsetada por comparación y que recuerda a una selva en la que los animales hubieran sido sustituídos por instrumentos vivientes. Conquistador es el disco hermano del clásico de Taylor Unit Structures (ambos salieron el mismo año por Blue Note) y lo encuentra nuevamente flanqueado por dos monstruos como Jimmy Lyons y Bill Dixon. Soy absolutamente incapaz de decidir si es un disco superior -inferior decididamente no es- al Unit Structures, pero en todo caso es un disco trágico ya que en lugar de llevar a Taylor a la merecida gloria, pasó desapercibido y fue el último disco del pianista en casi una década en la que, acuciado por problemas financieros, se dedicó a dar clases, a hacer giras ignoradas y a esperar a que el mundo llegara a digerir lo que había tocado en los años anteriores. Este es un disco totalmente vanguardista y solo relativamente libre (free) pero su belleza está al alcance de cualquiera que lo escuche con los oídos abiertos. Es como la banda de sonido de una película en la que uno fuera a nadar en una piscina oscura y misteriosa, único símil que se me ocurre para comparar a esta música totalmente abstracta y extrañamente armónica.

Talking Heads - More songs about food and buildings: Tanto grupo copiándole a los Talking Heads y citándolos como mayor influencia me hizo revisar la discografía de esta banda y particularmente este disco que es el que, por motivos sólo explicables antes del peer to peer, era el que tenía menos escuchado. Producido por un Brian Eno sutil y sin hambre de protagonismo, More songs about... es el disco que David Byrne y los suyos intentaron volver a hacer varias veces a lo largo de su carrera sin lograrlo nunca. Desde la perfecta 'Thanks for sending me an angel' (extrañamente ausente de las recopilaciones y discos en vivo a pesar de abrir este disco) hasta la no menos brillante 'The Big Country', este disco contiene más ideas musicales y líricas de las que los Franz Ferdinand van a tener en toda su carrera aunque se caigan en la fuente de la juventud. Curiosamente el tema que menos aguantó el paso del tiempo es el más difundido del album, el ahora soso cover de 'Take me to the river' de Al Green. Escuchando estas canciones me quedo pensando acerca de que dolorosamente inujusto que es el agarrarle fobia a algunas grandes bandas por aversión a la gente que las escucha.

David Allan Coe - Underground album: Al parecer el compositor country outlaw e ídolo de los motoqueros David Allan Coe compuso con unos amigotes esta colección de canciones (repartida entre este disco y su compañero, el Nothing's Sacred) como un divertimento orientado, como lo dice su nombre, a apenas una distribución underground, pero como la gente es morbosa terminó convirtiéndose en una especie de clásico semi-secreto. Si uno no le presta demasiada atención puede parecer simplemente un conjunto de muy buenas canciones de country-rock pero apenas se atiende un poco a las letras uno se encuentra con un objeto tan ofensivo que hace parecer a los Frogs unos chicos pícaros. Los nombres de algunas canciones pueden dar una idea: 'Cum Stains on the Pillow', 'I made Linda Lovelace gag', 'Don't bite the dick'', 'Masturbation blues', 'Fuckin' in the butt'... es decir, toda una serie de obscenidades e incorrecciones políticas que pondrían colorado a Jorge Corona pero que tienen ese particular encanto de lo indefendible. Cito el estribillo de la impresentable 'Nigger Fucker', una triste canción sobre un hillibilly abandonado por su mujer en beneficio de un negro para dar una idea de lo que se trata: "And to think i licked the pussy / where that big black dick have been / and kissed the lips that sucked him off time and time again / It's enough to make a man throw up / sure it's hard to figure / how any decent girl could ever fuck a goddam nigger..." En realidad hay más humor y ganas de molestar que racismo y sexismo en este material que se escucha con un placer muy culpable, pero que en el fondo no se diferencia mucho en lo lírico del disco de Geto Boys comentado arriba, por ejemplo, y del que se podría considerar el negativo.

Meat Loaf - Bat out of Hell: Bueno en el fondo este disco es más difícil de defender que el de David Allan Coe: se trata de una de las obras más desproporcionadas, pretenciosas y grasas de los desproporcionados, pretenciosos y grasas años setenta. Clásico absoluto en EE.UU., misteriosamente no fue adoptado y pasado hasta el hartazgo por los zares de las FMs uruguayas de aquella década (Mullins, Rupenian). Tal vez sospechaban que había algo bueno abajo de tanta terrajería. Compuesto por Jim Steinman, compositor tan grandilocuente y excesivo que es algo así como el equivalente musical a las pinturas de Frank Frazetta (tal como ilustra el dibujo de Richard Corben que asombra y horroriza desde la tapa), que en estas costas es más conocido por su no menos elefantíasico hit 'Total Eclipse of the Heart', cantado por Bonnie Tyler. Para Bat Out of Hell, Steinman se inspiró claramente en las epopeyas de carretera narradas por Bruce Springsteen en Born to Run, magnificando sus aspectos teatrales y excesivos, y poniéndolos al servicio de la poderosa voz del gordo Meat Loaf. El resultado es un despropósito de exageraciones épicas, pero misteriosamente funciona, o al menos funciona para mí. En el fondo este no es un disco ni bueno ni malo, está más allá del bien y el mal o de cualquier consideración de buen gusto y sutileza. Es como la tapa.

The 6ths - Wasps ' Nest: En un mundo en el que la música pop se vendiera por su capacidad de emocionar y sus melodías memorables y no por el marketing visual, la payola y MTV, Stephin Merritt vendería tantos discos como vende Mariah Carey y Mariah Carey chuparía porongas de ejecutivos en el edificio Trump, algo que posiblemente no haya dejado de hacer, pero hay tantas injusticias en el mundo que no da ni para protestar... De entre los múltiples proyectos de Merritt (Magnetic Fields, Gothic Archies, Future Bible Heroes) los 6ths significan su acercamiento a la escena indie de los noventas, no por lo musical o lírico -que no difiere mucho del emotivo tecno-pop lo-fi que Magnetic Fields hacía en la época- sino porque utilizó a la crema y nata del indie-pop como vocalistas. Pero esto no es para mí lo importante sino la colección de canciones, en mi opinión la más notable realizada por Merritt, superior inclusive al maravilloso segundo disco de las 69 Love Songs. No sólo no hay un tema flojo en todo el disco sino que además hay varias composiciones perfectas como la maligna 'Falling out of love with you' o la encantadora 'San Diego Zoo' (cantadas por Dean Wareham y Barbara Manning respectivamente). Mi favorita es 'Dream Hat', interpretada por un Mac McCaughan que con su voz adolescente eterno llena de rabia y esperanzas un texto excelente de Merritt (algo que ya había hecho por otra composición de Merritt, la no menos notable 100.000 fireflies en uno de los discos de Superchunk) y una melodía única.

Pink Fairies - Neverneverland: Mi gran descubrimiento tardío de estos meses fueron los Pink Fairies, a quienes conocía desde hacía tiempo de nombre como banda seminal pero no muy difundida del proto-punk. Vaya uno a saber por qué nunca había escuchado, tal vez por nunca haber sido realmente seducido por los Deviants, banda que le dio origen y que sí conocía bien (y que a la luz de los Pink Fairies voy a volver a re-escuchar). Posiblemente sea una de las bandas que mejor sintetiza las exploraciones sónicas y la lírica revolucionaria de los sesenta con la brutalidad e inmediatez del punk, pero antes que nada tiene a un guitarrista absolutamente deslumbrante, el canadiense Paul Rudolph, que se sabe todos los piques e inventa más de uno con un tono y energía avasallantes, combinando psicodelia, heavy metal y punk como quien hace una ensalada. Hombre más bien desconocido, al revisar su currículum descubrimos que también metió cuerdas en Hawkwind y en algunas grabaciones de Brian Eno. Un tipo con buen gusto diríamos. ¿El resto de la banda...? Escuchen el primer tema, 'Do it!' y después me cuentan.

Mule - Mule: Arriba decíamos que Black Oak Arkansas no había hecho escuela y era una verdad a medias; de hecho algunos degenerados relacionados con el sello Touch & Go como Killdozer y Mule llevan marcada a fuego la influencia del rock salvaje y profundamente uncool rock sureño, a pesar de ser oriundos de las más que yankees planicies de los alrededores de Chicago. Comandados por un P.W. Long que ruge como un león furioso (horrorizando al crítico que comenta este disco en la AMG, tal vez no acostumbrado a las voces realmente masculinas), los Mule ya arrasaban desde su debut y es un misterio o un crimen el que hayan pasado desapercibidos durante su breve existencia a principios de los noventa. Para tener una idea del sonido de Mule habría que imaginarse un cruce contra natura de Lynyrd Skynyrd y Jesus Lizard, algo patente en la guitarra de Long, que pasa de fluídos riffs de blues a espasmos propios del hardcore y el afterpunk sin que uno se de mucha cuenta de cuando cambió. Un disco que mata desde el principio, con un 'Mississippi Breaks' que comienza a capella y luego es atropellado por la banda, sonando como 'Sweet Home Alabama' en un huracán. Tal vez este sea lo más salvaje de la breve discografía de Mule, pero todo es bueno y todo merecía mejor suerte. Como P.W. Long, que sigue sacando discos convulsivos, de pelo en pecho y whisky en la jarra, sin que nadie se de mayor cuenta, a excepción de Steve Albini. Como siempre.

Sally Timms - Cowboy Sally's twilight laments... for lost buckaroos: Epa, ¿otro disco más de country-rock cantado por una mujer? ¿qué está pasando acá..? Bueno, era primavera, manga de ruidosos desalmados, y uno quería escuchar canciones románticas y desilusionadas cantadas por mujeres atractivas... De cualquier forma este disco es muy diferente al de Harris; mucho menos legítimo en origen (al fin y al cabo no se trata de una leyenda country como la Emmylou sino de una inglesa de Leeds que suele cantar con esos zurdos complicados de los Mekons) es bastante más puramente country en lo musical y es un sueño realizado: un disco country de los Mekons -que asoman a la callada por todos lados- en el que sólo canta Sally Timms. Como es de esperarse la selección de canciones es genial; Timms vuelve a meterse con John Anderson, esta vez para tomarle prestada la hermosa 'Seminole Wind', junto a canciones de Jeff Tweedy, The Handsome Family (la estremecedora 'Drunk by Noon'), clásicos como 'Long Black Veil' y, por supuesto, temas compuestos junto a Jon Langford. El resultado es tan bueno como puede esperarse y derrocha feeling y humor. Me costó pescarlo en el Soulseek, pero la espera valió la pena y me quedo tarareando eso de "If my life was as long as the moon's / I'd still be jealous of the sun / If my life lasted only one day / I'd still be drunk by noon".

Y eso es todo, no bajen ninguno de estos discos ahora. Es verano y hay que escuchar reggae. En serio.

lunes, enero 23, 2006

El enemigo (en el espejo)

Hace muchos años, a mediados de los ochentas, un periodista de la Revista Humor (tal vez fuera Aquiles Fabregat pero tal vez no fuera el uruguayo) recogía en una nota una frase del cantautor oriental Daniel Viglietti. Al parecer Viglietti estaba leyendo en un diario argentino los puteríos clásicos del peronismo (o le estaban contando algo sobre la tradicional inconsecuencia del mayoritario Partido Justicialista, la verdad no recuerdo) y sorprendidos exclamó "¡Qué difícil es ser argentino!". En aquel entonces la frase era de lo más comprensible en labios de un uruguayo politizado como Viglietti: la política argentina con sus idas y venidas, con el indefiniblemente pragmático (por usar un término suave) peronismo marcando la cancha, con sus milicos genocidas, su oligarquía criminal, sus sindicatos corruptos y su democracia anémica, era ciertamente un cuadro desesperanzador para quién cantaba al hombre nuevo, ese hombre nuevo que parecía tener a Argentina como último lugar al que podía llegar. Re-examinando esa frase años después, se vuelve mucho más incómoda; ¿por qué un uruguayo dice algo así en primera persona, sin usar ningún condicional como "debe ser"? ¿se sentía Viglietti argentino? ¿era una observación aplicable en realidad a la condición de ser parte de cualquier nacionalidad, es decir, de cualquier convención política que delimite geográficamente a un conjunto de humanos con supuestas identidades culturales y sociales? ¿podía ser sustituída por un "¡qué difícil es ser parte de la Unión Soviética!" o "¡qué difícil es ser yugoeslavo!", frases que en los ochentas todavía tenía sentido y podía ser premonitoria? Lo que quiero decir es, ¿qué llevaba a Viglietti a pensar que podía afirmar eso (y a su interlocutor a considerarlo válido) cuando en realidad sólo había una nacionalidad de la cual Viglietti estaba realmente autorizado a afirmar su dificultad existencial? Sí, me refiero a la frase que me ronda la cabeza estos últimos días: Qué difícil es ser uruguayo. Y qué difícil es saber qué mierda quiere decir esa frase.

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Unos años antes yo era uno de los cientos de miles de niños uruguayos emocionados por el Mundialito, invento de la dictadura militar uruguaya hecho con la intención de imitar el suceso que le había significado a la dictadura militar argentina el Mundial '78. Uruguay ganó ese breve campeonato y fui a festejar a 18 de julio. Cuando la muchedumbre pasaba frente al Hotel Presidente, el mismo en el que 25 años después el Frente Amplio utilizó como cuartel estratégico (y cómo cábala) donde planear su triunfo electoral, alguien desplegó una bandera argentina en uno de los balcones. Por motivos de fixture Argentina no se había cruzado con Uruguay en ese torneo, había sido eliminada invicta por diferencia de goles y no había existido un mayor motivo de rivalidades. Sin embargo la manifestación festejante se detuvo y empezó a putear en coro a los dueños de las banderas, creo que escuché por primera vez muchas palabras en ese lugar. Como los adultos y los uruguayos tienen siempre la razón supongo que también coreé varios cánticos insultantes. Pero los muy guachos estaban muy arriba, muy lejos inclusive para apedrearlos, así que los hinchas patriotas empezaron a lanzar cañitas voladoras que explotaban contra las ventanas del hotel, lo que hizo que los dueños de la bandera la retiraran y cerraran las persianas. Evientemente para ellos, en ese momento, ser argentino era muy difícil.

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Antonio Tarragó Ros
compuso un más bien poco atractivo chamamé como protesta por la instalación de las fábricas de celulosa, en el mismo recurre a las inevitables imagenes naturistas y a un tono de súplica para que Tabaré no mancille ese Edén. Uruguay al parecer se ofende por el canto del compositor y las radios arden de llamadas criticando las rimas y la ignorancia (¡cómo va a hablar sobre Uruguay!) del argentino. Orlando Pettinati lo entrevista y le pregunta si no tiene miedo de que aquí quemen sus discos, y lo dice en serio. Una semana después dos compositores uruguayos cuyo nombre se me escapa sin demasiada pena envían a la radio una canción compuesta por ellos en la que le responden a Tarragó Ros. El tema, una composición folklórica más bien melosa, usa el mismo tipo de imágenes cursis y evocadoras del río, pero repite algo que debe quedar bien claro, que "acá no es igual". La gente desborda los teléfonos de la radio para felicitar a los compositores y preguntar donde pueden conseguir el tema.

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En el kiosko me quedo estupefacto ante la portada de la satinada revista Caras & Caretas, publicación supuestamente progresista del ex acólito de Federico Fasano, Alberto Grille. Hace algunas semanas fui víctima de una clara estafa al comprar un número de esta revista al confiar en la tapa que prometía una nota central sobre el conflicto que Fasano y el diario La República mantenían con la mafia de la distribución de diarios. Parecía atractivo porque al fin y al cabo Grille podía manejar material de primera mano sobre el diferendo y, como actualmente está distanciado de su antiguo amo, señor y mentor, se podía esperar hasta algún atisbo de ecuanímidad y crítica. Al leer la revista no me encontré con ninguna nota de verdad sobre el tema sino con un editorial impresionista de Grille que concluía -no es joda, aunque parezca- proponiendo como solución al conflicto un arreglo que aumentaba el porcentaje a los distribuidores. Hay que decir que el asombro por leer un editorial que va, por motivos que Grille sabrá, claramente en contra de los intereses de todos los periodistas -posiblemente el gremio que perdió más puestos de trabajo en los últimos diez años y muchos de ellos por culpa de los precios extorsivos de la distribución- fue tan grande que hasta aplacó un poco la ira que me produjo el que me hubieran robado descaradamente el precio de la revista prometiendo una nota inexistente.
Pero el viernes Grille se superó a sí mismo y hasta diría que superó a la escuela Fasano con el siguiente titular, impreso en letras amarillas sobre una imagen en la que el intendente de Río Negro pesca una sirena con el torso de Natalia Oreiro: "Uruguay atacado por el extremismo ambientalista". La mierda... Debajo del titular una serie de colgados destacaban los items (que supongo) presentes en la nota. Uno de ellos preguntaba, y tal vez respondía en su interior -no lo sé porque no me van a afanar dos veces- por qué los "eco-terroristas" no protestaban por las industrias contaminantes de Argentina. Otro especulaba sobre quién estaba detrás de estos activistas. El punto final sugería, una vez más, a los ambientalistas ir a los cantegriles y los asentamientos a ver "el daño ecológico de la pobreza", interrogándose sobre los motivos por los cuales Greenpeace no lo hace. Y hablando de los niños y la malnutrición, claro. Por último, en la esquina izquierda otra nota alerta sobre un supuesto plan de los camioneros uruguayos para arruinar el carnaval de Gualeguaychú en represalia por los cortes de ruta, preguntándese jocosamente el "cómo van a sambar". Bueno, hay que reconocerle dos cosas a Grille, con una sola tapa consiguió superar en repugnancia el estilo de su antiguo ídolo pingüinesco. Y al mismo tiempo hizo la mejor imitación del estilo de Joseph Goebbels que yo recuerde.

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De noche aparece un spot en televisión en el que una serie de uruguayos con cara de uruguayos se declaran totalmente partidarios de la instalación de las plantas de celulosa, argumentando que van a dar trabajo y que Uruguay ya hizo los controles necesarios. Termina con una placa que se declara en contra de la prepotencia y anunciando quién financia dicho spot, el ICI (Instituto de Ciencias de la Investigación), lo cual es ideal: una fundación no gubernamental y además científica. A la mañana es entrevistado en la radio el director del ICI, con voz entrecortada por la emoción el hombre habla pestes de Busti, de Kirchner, de Greenpeace y del engaño que proponen. Le preguntan quién financia la campaña publicitaria y dice "miles y miles de personas". Ataca a Greenpeace pero aclara que estos ataques son de "Greenpeace ARGENTINA". Finalmente dice que él conoció a Greenpeace hace mucho, cuando era dirigida por ese hombre de ciencias que era Patrick Moore. Está bien, posiblemente también extrañe a la guerrilla urbana uruguaya cuando era dirigida por aquel gran hombre que era Amodio Pérez.

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Las impactantes revelaciones de Página 12 sobre el informe sobre las papeleras del Banco Mundial (¿quién habrá sido la lumbrera argentina que decidió pedir el informe ambiental de un organismo cuyo cometido es defender los intereses de los grandes capitales? ¿por qué no pedir asesoría en derechos humanos a la CIA?), informe que sostiene entre otras cosas que en el Río Uruguay hay sardinas y que el viento sopla de Argentina hacia Uruguay, es totalmente ignorado por los medios uruguayos. En su lugar prefieren difundir un editorial de James Neilson en el que defiende los intereses de las empresas y del comercio. De hecho, Jaime Clara comenta en Radio Sarandí que es asombroso como la prensa argentina está unánimemente del lado de los uruguayos. Luego menciona algunos nombres de esa unanimidad: el diario La Nación, Radio 10, Clarín (una mención extraña porque la única columna de opinión sobre el tema de esta semana es muy contraria a la historia que se hace desde este lado), James Neilson... todos los buenos muchachos. Qué cosa con los medios de derecha argentinos, siempre termina tirando más la obediencia al capital que el nacionalismo grasa que uno esperaría de esa gente...

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Cuando voy a almorzar a la casa de mi madre ato al perro en el amplio jardín del fondo, generalmente le sirvo un plato de arroz de medio grano que el bicho se come con entusiasmo. El asunto es que muchos granos de arroz se le caen de la boca y quedan tirados alrededor de su plato, algo que los numerosos pájaros que habitan o merodean el jardín ya se dieron cuenta, por lo que se alborotan y acercan apenas aparece el perro. De hecho es sorprendente a veces ver como, antes de que le sirva su plato ya tiene -al alcance de la correa del can- una semi-círculo de pájaros esperando a su alrededor. Generalmente hay gorriones, chingolos, tordos y una belicosa paloma torcaza. De vez en cuando aparece algún hornero y un enorme benteveo. Cuando el perro termina de comer se queda mirando asombrado como los pájaros terminan con las sobras en unos minutos, ahorrándome el trabajo de tener que barrer y cerrando un círculo perfecto que siempre me fascina con su repetido espectáculo.

El Qué pasa publicó una declaración del parlamentario del MPP Gamou en la que orgullosamente sostiene que todos los cholulos (los ambientalistas) a los que se preocupan tanto por los pajaritos y su canto deberían escuchar el ruido que hace el hambre en la panza de los niños. Me gustaría hablarle al diputado Gamou acerca de lo necesarios que son los pájaros, no sólo para los ornitólogos y la gente al pedo sino también para esos mismos niños. Me gustaría decirle que un niño que no conozca a los pájaros es como un niño mutilado, lisiado en sus posibilidades de conocimiento de belleza y equilibrio, incapaz de desarrollar la fantasía del vuelo sin tecnología. No, miento como un chancho, en realidad no me gustaría decirle nada de eso a Gamou; me gustaría decirle que es un cipayo ignorante, un idiota terminal, un esbirro del mal y que se vaya a la concha de su madre, imbécil de mierda...

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Leo en el último número de La Mano una nota del defenestrado (pero en vías de recuperación) periodista montevideano Gustavo Escanlar. La nota se llama "Montevideo Bizarro" y recoge el relato sobre varios de los personajes sobre que Escanlar retrató en Zona Urbana (el tatuador de la pija tatuada, el pai travesti, alguna puta), rodeándolos de la habitual prédica anti-uruguayista del periodista y sosteniendo que esos ejemplos son en realidad el otro Uruguay, el Uruguay alternativo que los argentinos desconocen, embobados por el cuento del uruguayito amable, culto y humilde. Y yo disiento, no en el que el uruguayo humilde y razonable sea un mito -la construcción unilateral de un complejo contaminador en un río compartido es una prueba irrefutable de esto-, sino en que la única alternativa sean un montón de lumpen marginales, idénticos a los que se pueden encontrar en cualquier favela, villa o cantegril del mundo y que no son más que el lado oscuro del país de las postales. Yo creo que hay otro Uruguay, empequeñecido por la emigración que se llevó a muchos de sus mejores ejemplos; otro Uruguay autocrítico, conciente de su ignorancia y degradación nacional, y que muere con los ojos abiertos mientras ve a su alrededor a sus compatriotas convertirse en bestias que asierran partes de monumentos históricos de bronce para comprar pasta base. Mi punto de vista no es único con respecto a los hechos recientes, inclusive gente mucho menos sensible a lo ecológico que yo se asombran del impresentable manejo del gobierno, la casi unanimidad de la prensa en su distorsión de verdades que rompen los ojos y los oídos sordos que hacen a las advertencias que vienen de todas partes del mundo. Ese otro Uruguay es dónde yo vivo y me gusta vivir, pero se está volviendo un lugar existencial difícil, al menos cuando uno mira alrededor y ve la felicidad con que los supuestos compatriotas se convierten en rinocerontes.

jueves, enero 19, 2006

El enemigo

"Patoteros", "cholulos", "pitucos", "anti-democráticos", "intolerantes", "ilegales".... ¿a quienes dedican estos epítetos el presidente socialista de Uruguay y uno de sus senadores, anteriormente un feroz tupamaro milenarista, un hombre nuevo? ¿a los banqueros de Morgan que vaciaron a Uruguay...? No, no debe ser a ellos porque Danilo Astori los consideró como una buena opción para venderles el Nuevo Banco Comercial, es decir el mismo banco que fundieron. ¿A los latifundistas nacionales y extranjeros? ¿a los antiguos menemistas que mueven sus finanzas malhabidas por Punta del Este al amparo del secreto bancario...? ¿a los que no son pitucos pero no van a asunciones de presidentes indios patasucia? ¿a Monsanto...?

No, el enemigo terrible y mefistofélico del gobierno progresista es Greenpeace. Genial, festejen, uruguayos, festejen... Festejen el que, por ejemplo, el 40% de los uruguayos (la cifra ha sido difundida orgullosamente por el gobierno para demostrar que ellos son el 60%, es decir, la mayoría) -los que no apoyan a las fábricas de celulosa- no tengan ni siquiera a un representante legislativo decidido a dar la cara por ellos y hacer algo por sus intereses y su punto de vista. No, esa es cosas de gente poco patriota y de patoteros.

En lo que refiere a este blog, los muchachos y muchachas de Greenpeace, avalados de una vez para siempre por sus adversarios, son bienvenidos y considerados a priori buenos amigos, gente de bien, activistas en serio, aliados de esta casa y pueden venir a fumarse uno con su anfitrión cuando quieran.

Ahora, Tabaré and company, ya que estamos en plan combativo no se olviden de Amnesty International y Human Rights Watch, que son altos rompehuevos y en cualquier momento vienen a opinar sobre la forma uruguaya de torturar o de oprimir. O Médicos sin fronteras, que también pueden venir a hacer competencia ilegal con los oncólogos nacionales.... Yo, qué sé, el mundo está lleno de gente anti-progresista... Go, Tab, go....

(Sí, ya sé que estoy pesado sobre el tema, pero no protesten en los comments, vayan a la esquina derecha de la página y aprieten el boton de "next blog", que seguro van a caer en alguna coqueta página en la que se hable de temas más divertidos)

viernes, enero 13, 2006

Totalmente verosímil

Los que admiramos a Podetti no sabíamos que además de gran humorista el tipo tenía la posta para descubrir a la teoría de la conspiración en el cono sur, como prueba aquí en su blog.

Estoy contigo Podetti: No a la proliferación de "uruguayos malos" (aunque tal vez sea tarde, porque esas sabandijas se reproducen a una velocidad asombrosa en este país de crecimiento demográfico negativo, haciéndome temer una infiltración de body snatchers, o tal vez un mero exceso de Orlando Pettinati y otros embajadores de las tinieblas). Eso sí, ni lo uruguayos "malos" ni los uruguayos "buenos" decimos jamás en la vida "championas" -que en yorugua quiere decir "zapatillas" (término que en yorugua es sinónimo de alpargatas, no de calzado deportivo). Para todos los uruguayos, malos, buenos o masomenos, los calzados deportivos son masculinos, es decir que son "championes". Como los que toman whisky de Cha-cha-chá.

miércoles, enero 11, 2006

Insólita defensa

Leo en la prensa de hoy que se plantea un posible conflicto o malestar entre el gobierno y las agencias de publicidad a causa del proyecto de este último (apoyado por esa ridiculez política que se autodenomina "oposición") de prohibir toda publicidad de cigarrillos en el territorio nacional. No vamos a repetir nuevamente la posición de este blog con respecto a la publicidad -engendro demoníaco que en menos de un siglo se las arregló para hacer desaparecer toda diferencia semántica entre ella y la propaganda- y la adversión que le despierta, sin embargo en este caso tenemos que ponernos del lado del mal ante la insólita imbecilidad de los que se suponen el lado del bien y no son más que el lado del capricho represivo y la tontería de moda.

Digamos que yo creo, tal como planteaba en un post antiguo sobre la publicidad de cigarrillos Nevada, que la publicidad -especialmente la de algo tan dañino como los cigarrillos- tiene que ser acotada, reglamentada y restringida por todas partes, especialmente en su relación con los menores, siendo tal vez el área de la comunicación que necesita una regulación más urgente. Pero cada vez que veo la palabra "prohibido" me corre algo por la espalda y este caso no es distinto y no menos injusto, y me apoyo en dos argumentos sencillos:

a) Si se considera -como un servidor ocasionalmente lo hace- que la publicidad tiene un poder de influencia tan absoluto como para convencer a sus espectadores aún en contra de su voluntad, entonces no es la publicidad de cigarrillos la que hay que prohibir sino todo tipo de publicidad que no sea de productos total e innegablemente sanos, si es que estos existen. Si se considera al cigarrillo lo bastante tolerable como para venderlos en la vía pública, entonces no hay ningún motivo de discriminación en sus facultades publicitarias en relación al mate o a la comida con grasas, por ejemplo.

b) La prohibición de la publicidad de cigarrillos en realidad no afecta a las grandes marcas; la gente sabe que los cigarrillos existen y sabe que Marlboro y Nevada son marcas de cigarrillos, y si ven a un camello estilizado de perfil saben de qué marca se trata. Al contrario, solidifica su posición en el mercado y elimina posibles nuevas competencias al incapacitar a estas el hacer pública su existencia y virtudes -intención original de toda publicidad antes de que esta se convirtiera en propaganda de formas de vida-. Por lo cual si el día de mañana invento el cigarrillo "Benito' Skull", con exquisito sabor a opio y un porcentaje mucho menor de nicotina, voy a ir al muere porque la gente nunca se va a enterar y va a seguir fumando Fiesta Light.

En todo caso es una arbitrariedad más de la policía de la salud, de los tutores voluntarios de adultos y disidentes por igual. Y la gente se lo fuma a pesar de que este tipo de autoritarismo es más insano aún que los cigarrillos. Y cualquier discrepancia es corrida con razonamientos dignos del Chavo del 8, como el portavoz del Ministerio de Salud que, ante el reclamo lógico de los publicitarios de que esto era un nuevo atropello a las libertades, declaró lapidario que "5000 fumadores y 700 fumadores pasivos morían por año", dejando picando el centro que ningún periodista levantó para preguntarle "¿y cuántos no-fumadores mueren por año?".

16% (addenda pesimista con ligera propuesta)

Conozco bien Paso de los Toros, de hecho es una de las ciudades del interior que conozco mejor. Una hermosa ciudad, pequeña y recostada sobre el Río Negro, con el mejor de los campings posibles a sus orillas, gente amable y espacios amplios y verdes. De hecho es en esta ciudad donde me di cuenta de la particular belleza del interior, belleza a la que yo -de familia de la costa atlántica- era bastante insensible. También es donde aprendí el placer del nado en río, en ese río que no tiene nada de oscuro o sucio y donde estuve a punto de ahogarme en un ignorante paseo en canoa.

Bueno, por lo menos yo pude conocer y disfrutar de ese Paso de los Toros, porque posiblemente en unos años sea uno de los lugares más desagradables de todo el interior uruguayo, ya que Carmelo Vidalín, el intendente rockero ha tenido éxito en convencer a la empresa Stora Enso de poner una nueva mega-planta de celulosa a pocos kilómetros de esta ciudad en la que naciera Mario Benedetti y varios miles de desconocidos simpáticos. Stora Enso ya está comprando 50.000 hectáreas de forestación, por lo que es fácil darse cuenta de que ya está todo el pescado vendido, antes de que se discuta nada acerca de impacto ambiental o que se mencione el hecho de que el Río Negro también desemboca en el Río Uruguay y que los poco confiables estudios para 2 papeleras son totalmente inútiles si en verdad hay tres, o que el caudal del Río Negro es totalmente distinto o que el hombre que decidió todo esto es un payaso que se subió a un escenario con una guitarra y lentes negros para presentarse como el intendente del rock.

Como dije antes; el pescado está todo vendido y las manos están untadas, pero ahora -con seis meses de anticipación- lanzo la pequeña idea de que esta puede ser una buena oportunidad para ver quién es quién en el rock nacional y hacer un lógico boycott al Pilsen Rock del 2006. Que por lo menos a nivel de cultura joven el intendente del rock sea de ahora en adelante el intendente de la contaminación y cualquier banda que acepte tocar en su festival de ahora en adelante sea despreciada como la basura que son y apoyan. Nada más.

viernes, enero 06, 2006

16%

Una encuesta de hace unos días hecha por la empresa Factum revela que el 60% de los uruguayos apoyan la instalación de las fábricas de celulosa sobre su margen del Río Uruguay mientras que sólo un 16% se opone a ello. Son cifras significativamente distintas de las de las encuestas realizadas hace aproximadamente un año, en las que una mayoría rechazaba a las mismas. ¿Qué cambió? ¿los sistemas de depuración ambiental de las fábricas a instalarse? ¿la voluntad de los futuros perjudicados directos de Gualeguaychú? ¿el Río Uruguay? No, cambió el gobierno, que ahora está compuesto por personas buenas que hacen lo mismo que hacían las personas malas, y cambió la prensa, que -con honrosas excepciones como la de Brecha- pasó de la razonable equidad a una militancia nacionalista y expresa en contra de esos argentinos podridos que se mueren de envidia de que los finlandeses nos hayan elegido a nosotros y no a ellos como locación de sus notables fábricas, y que como son unos fascistas-populistas-peronistas-prepotentes quieren imponer su voluntad e impedir que los uruguayos cumplamos con nuestra voluntad de crecer obedeciendo fielmente a las inversiones europeas.

Pero entre tanta unanimidad patriótica resulta que a Natalia Oreiro, la flor del Cerro, la rioplatense bien candombera que había apoyado en forma expresa al FA en las últimas elecciones, se le ocurrió andar diciendo que no le gusta que el gobierno que ayudó a elegir haga exactamente lo opuesto a lo que predicó antes de las elecciones y que no le gusta que dos mega-fábricas irremediablemente contaminadoras se instalen por 40 años en las riberas del misteriosamente limpio Río Uruguay para propulsar, entre otras cosas, la plantación erosiva de eucaliptus en terrenos fértiles y arruinables. A Oreiro no le gusta todo eso porque es de izquierda y es ecologista y, al parecer, porque es una chota, una hueca con la cabeza llena de mierda y televisión porteña.

Al menos eso es lo que sostiene el viceministro de Medio Ambiente uruguayo, Jaime Igorra, quién ha dicho que la actriz uruguaya ha sido colonizada mentalmente por la farándula porteña (el adjetivo "porteño" es esencial en esta charla aunque los que protesten sean entrerrianos). Igorra, como recordamos, es el titán intelectual que sostuvo hace poco en televisión que toda la contaminación producida por el hombre a lo largo del Siglo XX era "insignificante".

Es bueno que te defiendan genios así y no actrices putas, atorrantas y farandulescas. No señor, nosotros tenemos campeones como el valiente senador tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro, quien recriminó a la disidencia sobre este tema llamándola "la pintoresca izquierda cholula de Uruguay, que no sólo se parece cada día más a los porteños sino que lisa y llanamente se ha pasado a su bando, como en el estridente y vergonzoso caso de las papeleras". Eso macho, eso, señalemos a los traidores que evidentemente se han vuelto ecologistas de tanto ver Intrusos, señalemoslos desde el valiente diario de La República, tan izquierdista que se ha dedicado a perseguir a todo su sindicato por contrarrevolucionarios, señalémoslos como señalamos hace unos días a los comunistas por haber sido comunistas y pensar como comunistas y rechazar un tratado algo degradante con EE.UU. Dele, macho, dele Eleuterio... que nosotros sabemos que usted la tiene clara desde que se opuso a la legalización del aborto porque hay que poblar la patria.

Y no sólo hay campeones frenteamplistas, también está el gallardo Jorge Larrañaga, prometiendo derramar sangre blanca en defensa de la patria blanca como la nieve de Finlandia. O el demócrata gallego Manuel Fraga que vino desinteresadamente a apoyar a la empresa galaica que arruinó el ecosistema de Valdivia y a declarar que las protestas argentinas eran por envidia. Esas son voces autorizadas, no como cierta actriz de teleteatros que canta como el culo y además es medio groupie.

Pero bueno, como en FYT somos unos faloperoputos faranduleros filoporteños pornomediáticos que pertenecemos al 16% de imbéciles terminales del Uruguay, le mandamos un saludo a Natalia y le decimos que está más linda que nunca.

Y nos quedamos pensando en si la frase de José Artigas "sean los orientales tan ilustrados como valientes" fue un deseo o una maldición.

martes, enero 03, 2006

Mirando canciones XVIII: Wild and Blue

La idea que se tiene en el Río de la Plata acerca del country & western como un género reaccionario e intransferiblemente yanqui es cierta a medias, pero incluye el desconocimiento casi total que se tiene sobre la realidad del susodicho género en estas latitudes donde aún se lo asocia más con Kenny Rogers que con Hank Williams. Pero sería muy cipayo el quejarse, en realidad se lo conoce más que lo que los norteamericanos conocen al folklore rioplatense, y en todo caso mucho más que a otros géneros tradicionales tan sanguíneos como el fado portugués, el qawwali persa o el raï argelino.

Ahora, si a uno le gusta esa sinceridad atemporal, poco moralista y casi universal que sólo la mejor música popular, el country es un viaje de ida -al igual que la milonga y el samba, por nombrar dos estilos cercanos y comprensibles que los rockeros suelen subvalorar-, y un viaje emocionante que no necesariamente tiene que ver con la celebración del american way of life. Eso es algo que entendieron a la perfección, por ejemplo, un grupo de intelectuales marxistas ingleses de Leeds, tan coherentes con la furia punk de la que eran parte que su primer simple fue 'Never Been in a Riot', un ataque a los Clash. Estoy hablando, obviamente, de los Mekons, cuya pasión por el country ha sido tan improbable como definitiva, dándo inclusive orígen a un género, el alternative country. Dentro de esa pasión irrespetuosa, incluyeron en su disco de 1991, Curse of the Mekons, un cover de 'Wild and Blue', un tema country escrito por John Scott Sherrill y que había sido un gran hit diez años antes en la voz de John Anderson.

Anderson, una figura mediana dentro del country pero con varios números unos en su carrera, es a primera vista un tipo con muy pocos puntos en común con los Mekons; ni un carismático algo siniestro como Johnny Cash, ni un fumador de porro irredimible como Willie Nelson o un inesperado izquierdista como Steve Earle, Anderson encarna en cierta forma la figura caricaturesca del cantante de country que se suele tener por estos lares. Vestido inevitablemente como vaquero, con el pelo y la barba a lo Buffalo Bill, fan del generalmente reaccionario Merle Haggard, Anderson parece algo así como el novio ideal de Dolly Parton. Pero al igual que ésta, que es una compositora mucho más grande que sus hiperdimensionadas tetas, Anderson es un ínterprete enérgico y apasionado que ha compuesto temas asombrosos como 'Seminole Wind', 'Down in Tennessee', 'Your Lyin' Blue Eyes', y 'Straight Tequila Night', todos temas tan excepcionales como comerciales. Pero 'Wild and Blue', un valsesito tan sencillo que podría ser objeto de burla de los Ramones (sólo 3 acordes mayores -a saber, La, Mi y Re- en todo el tema) es una cosa diferente. La versión de Anderson disimula la simplicidad del tema llenándolo de arreglos de pianos y cuerdas que entran y salen debajo de la sentida interpretación del cantante, la de los Mekons lo europeiza al llevarlo con una mandolina y acentuantuando el ritmo valseado, sumándole los instrumentos gradualmente. Ambas son notables, pero la de los Mekons es imbatible por un simple motivo: fue el debut en la banda de la blonda cantante Sally Timms, que en menos de tres minutos da una lección de cuánta fuerza y emoción se le puede meter a un tema sin tener que teatralizarlo o exagerarlo.

Pero eso es la música y esto se llama "mirando canciones" no "escuchando...", y veamos lo que dice este tema que me resulta tan excepcional...

Way across town, a phone rings off the wall
If you know he ain't home, why do you keep callin'
You're gonna drive yourself crazy and you know that it's true
It's making you wild and blue.

Wild and blue, it's no wonder
Look at the things that you do
They could take you up to yonder, honey
You're already wild and blue.

In somebody's room on the far side of town
With your mind all made up and the shades all pulled down
Someone is trying to satisfy you
He don't know you're wild and you're blue.

It's four in the mornin' and you're all alone
With no place to go why don't you come home
I'll be right here, baby, waitin' for you
I know you've been wild and blue.

Wild and blue, it's no wonder
Look at the things that you do
They could take you up to yonder, honey
You're already wild and blue.


Tal vez sea una limitación del idioma inglés el asociar todo un color, el azul, con un solo sentimiento, pero también es una limitación del castellano el no tener una palabra que corresponda a esa mezcla de tristeza, anhelo y solitud que los anglos definen con el término blue, o the blues, y que es una condición temporal -que como todas las condiciones temporales puede durar para siempre- que ha inspirado miles de canciones y un género entero que no está en cuestión en este post. Pero si el adjetivo blue es fascinante, su combinación con otro -que recuerda que rara vez un sentimiento es tan predominante que no sea único- es algo que siempre me fascinó. Una de mis canciones favoritas de mi adolescencia era un tema de los alemanes Element of Crime llamado 'Nervous and Blue', una reunión de sensaciones que yo reconocía a la perfección y que para mí era como el encuentro entre las papas fritas y el ketchup. 'Wild and Blue' propone otra junta igualmente reconocible, aunque antitética en apariencia. Después de todo para muchos "wild" no es un adjetivo que uno relacione con la tristeza sino más bien con fiestas y bacanales llenas de cerveza y chicas apenas vestidas, pero para otros -me atrevo a decir que para cualquiera que tenga alma- la combinación es casi obvia.

Pero no es solo este magnífico título o las perfectas interpretaciones de sus tres tonos lo que vuelve a 'Wild & Blue' la canción que me hace escribir esta larga parrafaseada, sino el amplio misterio de su historia, de pleno minimalismo norteamericano. ¿Quién está cantando -y a quién- en esta canción? Gracias a la ambigüedad del inglés, puede ser un amante o un marido -o una esposa, no hay ni una señal que indique el sexo del cantante- pidiéndole a su enloquecida pareja que se serene y vuelva, pero también podría perfectamente ser un padre preocupado. En todo caso es alguien que intenta hacer razonar a alguien a quién ni el sexo ni las evidencias parecen calmar. Es una historia de pueblo chico y como tal una historia de papelones, pero nada de esto se filtra en la voz del narrador que solo parece preocupado por el destinatario de su canción. De alguna forma la posibilidad de que se trate de alguien hablando con su pareja descontrolada e infiel me resulta mucho más atractiva que la otra posibilidad, y si se sigue la larga tradición de canciones country sobre la infidelidad -el country, orientado tal vez hacia gente mayor, es mucho más honesto y maduro que el rock y el pop en estos temas- es la más plausible y la que le da una dimensión humana más profunda y generosa.

En la versión de los Mekons, Timms sustituye -tal vez por meros problemas métricos- el tercer verso del estribillo por "Won't you just take a look yonder, honey?", transformando una advertencia en una súplica, lo cual no es lo mismo y posiblemente esté más de acuerdo con el espíritu general del tema. Muy loco tiene que estar el tipo para escuchar a la Timms cantar eso de esa forma y no volver a casa.

Los franceses, que han acuñado muchas frases estúpidas, tienen uno de los refranes más idiotas y jodidos de la historia de las frases hechas y que dice que "comprender es perdonar". Una frase llena de ignorancia pero útil para los defensores de los maniqueísmos y de los pensamientos únicos, de los incapaces de admitir como humanas las características que ellos no predican. Una frase que sirve tanto para odiar y negarle existencia en el plano humano tanto a Al Qaeda como a una ex novia. 'Wild and Blue', representante de una forma de pensar y sentir más real, perdona aunque no comprenda, aunque no pueda justificar el comportamiento de la persona a la que está dedicada. Como esos personajes angelicales de John Cassavettes que aceptan coexistir con personas poseídas por el demonio de la locura o el demonio de la sed, la voz de 'Wild and Blue' sabe que el ser humano es ancho y ajeno y que no se debe juzgar a nadie por su peor hora, al menos si ese alguien no le ha hecho daño a nadie más que a sí mismo.

Re-leyendo la larga extensión de este post me doy cuenta de que es absolutamente redundante para cualquiera que haya sentido algo importante por cualquier persona triste y salvaje. O para cualquiera que haya estado del otro lado del mostrador, haciendo cualquier cosa menos volver a casa.

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