jueves, abril 01, 2004

Born to Lose

En este blog no se habla de fútbol, pero esto no es fútbol así que vale. Acabo de ver el partido Uruguay-Venezuela en compañía de unos amigotes, no pensaba hacerlo ya que me implicaba trasladarme a algún sitio con cable, pero me invitaron, dieron un manijazo y bueno...

Fue una experiencia muy curiosa e interesante, ya hay un consenso de que fue lo más humillante que le haya pasado nunca a una selección nacional, peor que los famosos seis goles de los dinamarqueses. Todas las experiencias así de extremas son interesantes, claro a menos de que causen sufrimiento anímico.

No es mi caso, Carrasco ya había traicionado a sus comandados al menos un par de veces, uno no debe sentir empatía por un cuadro tan mal comandado, use la remera que use. Bueno, la verdad es que me importaba tres carajos antes de que nos metieran los tres goles, me sigue importando tres carajos después. Puedo decir que es por rechazo a Carrasco, pero creo que con Fosatti también me importaría tres carajos.

Pero antes me importaba, no sé cuando cambió eso. No me molestan los cambios. Tormenta en la prensa mañana. La culpa, por supuesto, es del oligopolio. Me doy cuenta de que a mis amigos, gente hiper-futbolera, tampoco les importa un carajo. Es como ver que se quema una iglesia en un país definitivamente secularizado. Decís sin ninguna expresión "qué lástima", o te ponés a ver el incendio y decís "qué bonito".





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