viernes, julio 02, 2004

Argentina (hoy)

Cuando Diego Armando Maradona colapsó por enésima vez hace un par de meses, la prensa buitre olió carroña y montó una formidable y desesperada máquina de asedio que sin embargo no tuvo éxito en su intención de meterle una cámara en la cama al Diegote. Los motivos del fracaso fueron por un lado el fantástico respeto que el pueblo argentino tiene aún para con su máximo ídolo popular, y la muralla que Claudia Maradona, ex mujer del ídolo y su familia montaron a su alrededor.

Pero resultó que esa muralla respondía no sólo al deseo de intimidad, sino también al deseo de protección de la propiedad privada de Diego Maradona, tal vez la única posesión valiosa en términos económicos que le queda: su historia. Y ante la rabia inconmesurable de los Riales, los Viales, los Venturas y cía, decidieron vender esa historia al mejor postor, que resultó ser Susana Giménez que puso 80.000 dólares en la mesa para entrevistar al Diez y escuchar en boca de él el relato de su crack. (Paso un chivito: Su, divina, por 800, bah, por 80 verdes te cuento el detalle de lo que recuerdo de la vez que me mamé en el Polonio, hablé en lenguas, bailé con una columna a la que casi me levanto y misteriosamente no terminé en el hospital. Mandame un mail, divina, te quiero, glamour, glamour, ciao). Los señores del chimento tragaron bilis y se quedaron en el molde, porque con el Diez no te metés, apenas hicieron un gesto de simpatía con su amigo devenido némesis Guillermo Cóppola.

Pero resulta que ahora la que hizo lo mismo fue Claudia Maradona, quién no hizo ninguno de los goles contra los ingleses, quién se divorció del Diez después de que éste le metiera los cuernos diez mil veces y tuviera como diez hijos ilegítimos, y que además es la ideóloga de la férrea defensa de la privacidad patrimonial de los Maradona, es decir, la que dijo: "si quieren currar con nuestras vidas paguen". Y los que pagaron no fueron siquiera gente del medio (amigos, digamos) sino unos españoles, que pusieron una bolsa de entre quince y veinte mil euros arriba de la mesa.



Para qué, Claudia Maradona despertó las fieras, que descubrieron que para el imaginario popular Claudia Villafane ex Maradona, no tiene la inmunidad de su ex marido, y ahora le quieren dar una lección. Así que le están tirando con toda la artillería, rescatando cosas tan lejanas en el tiempo y tan irrelevantes en el contexto actual como la relación de Diego con Lucía Galán, a quién al parecer el Diez -que evidentemente tiene sangre de conejo- se garchó en una noche de duetos melosos y que al parecer contaba con la mirada cariñosa de su madre. Asombrosamente, inclusive empezaron a rastrear a la mega-conchuda de Mariana Nannis para ver si le pueden tirar de la lengua por unos pesitos para que le arroje un poco más de mierda clasista a la ex del Diez. La patética mujer de Caniggia seguramente acepte su papel de sicario, y haga una nueva demostración de que tan repugnante puede ser un ser humano para la felicidad de Rial y los suyos. Me extraña que aún no hayan hecho un juego de palabras con "Villa" y "Afane".

No tengo opinión sobre Claudia Maradona, mujer de extracción muy humilde y general bajo perfil, quién supongo que está tratando de sacar el mayor provecho económico posible para su familia. No me importa, yo no le pagaría para saber si piensa que su ex marido va a reventar o no porque no es mi problema, allá ellos los que lo paguen y lo consuman. Pero veo a sus nuevos adversarios y me sorprendo, porque mueven y mueven los labios diciendo mil y una cosas pero lo único que se escucha es: "quién te creés que sos, villera, vamos a mostrarte dónde estamos nosotros y dónde tenés que estar vos. Vamos a hacer un ejemplo".





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