viernes, julio 30, 2004

El viejo, del otro lado de la cordillera

Esta noticia superó las fronteras chilenas y dio vueltas por el mundo:

SANTIAGO. AFP Y ANSA

La última palabra clara que salió por los parlantes de la Catedral Metropolitana de Santiago de Chile el sábado por la noche fue el "amén" del padre Faustino Gazziero De Stefani, a cargo de la misa. Después el altar quedó vacío y a los pocos minutos su grito desgarrador estremeció al recinto. Desde las sombras había salido un hombre vestido de negro que, con pocos movimientos, lo degolló mientras decía "por satán".

El cáliz que el cura llevaba en la mano rodó y fue el último ruido que se escuchó por el micrófono que el sacerdote no había alcanzado a apagar. El cuadro que encontraron los feligreses conmocionó ayer a todo Chile. Cubierto de sangre agonizaba el sacerdote y muy cerca de él, su atacante se lastimaba con el mismo chuchillo con el que había atacado al cura.

"El hombre lo tomó por el cuello y le propinó varios cortes, mientras se reía", indicó una acongojada feligresa. Otra mujer contó que "terminó la misa y por el micrófono se sintió un ruido muy extraño, como quien baja una escalera y se resbala. Fuimos a ver qué pasaba y el sacerdote ya estaba en el suelo, tenía mucha sangre en la cara. Más allá estaba la otra persona también herida".

"Todos corrimos a ver qué pasaba, porque fue muy espantoso el grito que se sintió. Esto ocurrió cuando nos retirábamos y el sacerdote con el cáliz ya estaba bajando las escalinatas", agregó la mujer a la televisión.

Después del crimen y, antes de ser reducido por los asistentes del cura y unos 70 fieles que asistían al oficio religioso, Orias Gallardo se autoinfirió graves heridas que obligaron a su traslado al hospital la Posta Central, donde informaron que estaba fuera de peligro.

Los informes indican que el homicida trató de matarse dándose varias estocadas en los brazos y el cuello, después de lo cual untó sus manos con sangre.




Es curioso, pero me doy cuenta de que, si bien hay toda una tradición de atentados satanistas contra los bienes materiales de la Iglesia, el conflicto personal de los seguidores del diablo con sus némesis de sotana es mucho más raro y el terrorismo anti-personal prácticamente inexistente, dejándole esos menesteres a los anarquistas.

Lo que me extraña es que aunque al parecer el atacante estaba tatuado y pertenecía a una secta llamada “los hombres de negro”, no hay ninguna mención a la música de ningún tipo. Y yo agrego con malicia: Chile es el país que tiene la escena de Black Metal más fuerte de Latinoamérica, inclusive el pirata más famoso de Immortal está grabado allí. Busquen, busquen que encuentran.

De cualquier forma, un cura que se llama "Faustino" en algo andaba, seguro.





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