jueves, noviembre 11, 2004

10 cosas cool del auténtico heavy metal

Hace poco en una fiesta de heavy metal -de auténtico heavy metal, ese metal nacido en los setentas, crecido y muerto en los ochentas- en Amok, conversábamos con otro músico geronte de metalera adolescencia acerca de cómo el heavy no era cool. A pesar de los sucesivos revivals y reivindicaciones que han rescatado a cada pequeño pedazo de mierda musical para reciclarla y convertirla en la cosa más cool del universo, en esa especie de círculo vicioso que se ha convertido el posmodernismo cotidiano, el heavy metal seguía sin ser cool. Digamos, existía y existe un consumo irónico del metal (podríamos discutir acá si existe un consumo no-irónico de algo hoy en día), cosa que prueba la deliberada ridiculez (The Darkness) de sus únicos exponentes realmente populares, pero que solo es capaz de ser aceptado por la intelligentzia cool con ese distanciamiento irónico que no lo entiende la esencia del heavy de la misma forma que los primeros posmodernos no entendían la esencia del kitsch o que los músicos electrónicos no entienden un carajo del tango o el folklore.
Pero conviniendo que es difícil asumir algo del heavy como cool, palabra que connota desapasionamiento, buen gusto y experiencia vital, tres aspectos en el que un arte de características adolescentes y naif como el metal no se destaca, siempre hay un poco de ying en cada yang y me permito anotar diez características übercool del metal. No hago trampa y no incluyo a esas nuevas bandas de metal experimental (Isis, Dillinger Escape Plan, Lighting Bolt) que están en boga, porque comparten sustancia pero no espíritu (Isis tiene más en común con Slowdive que con Anthrax), ni el metal político, ni el stoner (que en muchos aspectos es el verdadero heredero del heavy, pero debajo de tanto humo de porro es difícil darse cuenta), ni los experimentos que utilizan elementos de metal al servicio de otra concepción musical, ni a los poderosos Melvins, que serían en verdad una banda de über metal. No, solamente 10 cosas o personas relacionadas a la estirpe de los hijos de Satán que babean sangre, agitan melenas infladas a spray y, eventualmente, son cool.



Hacer cuernitos con los dedos: Un gesto simple y significante que sirve como señal de aprobación, saludo, invocación arcana, etc. y que está al alcance de la mano de cualquiera. Algunos ignorantes lo consideran signo de debilidad mental y lo desprecian, pobre gente que seguramente utiliza esos mismos dedos para hurgarse los recovecos de su anatomía. En todo caso es algo fácil, que connota maravillosamente y no es una agresión evidente como el dedo medio en alto. El significado varía, cuando este escriba lo hace puede significar que le gusta la banda que está escuchando o que está sumamente borracho. Para otros es una señal de la gran hermandad satanista o un comentario sobre las parejas de los músicos.

La técnica musical perfecta: Digan lo que digan los músicos de sampler y mouse, tocar bien siempre va ser cool y Pappo tenía razón. Un buen músico heavy no solo tiene que tocar bien, sino que además tiene que ser el mejor en su instrumento (aunque a partir de los últimos ochenta esto, ay, empezó a cambiar por las malas influencias de los punkis), lo cual ha producido que el heavy sea un semillero de virtuosos y dioses instrumentales que generalmente tienen una formación clásica (es sabido que a los heavies les gusta al música culta tradicional) superior a la de otros rockers. Es cierto que siendo un género más bien conservador y de gusto cuestionable, toda esta habilidad suele desperdiciarse, pero hay que ver que cuando John Zorn y demás titanes de la Knitting Factory necesitan de músicos realmente buenos van a buscarlos a Slayer o a Napalm Death, no a alguna olvidada formación de tipos cool con lentes que en su momento fueron lo más.

Porn Stars: Por más que los Manic Street Preachers se hayan hecho los cambas grabando con Tracey Lords, a las porn stars le gustan los heavies –con quien comparten esa extraña mezcla de glamour medio berreta, poderío físico e incomprensión mutua del mundo exterior-. El Heavy es un mundo de fantasías masculinas y necesita mujeres de fantasía que parezcan salidas de una tapa de Metal Hurlant o de un cuadro de Frank Frazetta. Y no, Suzanne Vega no sirve para eso, hay que pensar de Nikki Dial para arriba. Las pornstars son cool y los que no piensan así son mujeres o wannabe-mujeres.

Logos: todos sabemos que un gran porcentaje de la popularidad del heavy metal clásico se debe a los distintivos logos de las bandas. Logos ideales para garabatear en las contratapas de cuadernos, en las mochilas, en las paredes de los baños del liceo…. Puta, que placer cuando uno aprendía a dominar un logo y podía reproducirlo por doquier. Había desde los de cero complejidad (AC/DC, Kiss), los de complejidad media (Iron Maiden, Metallica), los de complejidad alta (Judas Priest, Carcass) y los tardíos de complejidad imposible (los logos de black metal, parecidos a laberintos rúnicos o árboles congelados, y los de death metal, similares a dibujos realizados a jeringa roja contra una pared), que posiblemente hayan sido parte de la decadencia del género. El logo era importante y marcaba territorio como un perro que hubiera tomado diuréticos, la banda no importaba mucho; yo aprendí a dominar el logo de Samson y de Raven sin haber escuchado nunca las bandas (sigo sin haberlas escuchado). Y el dominar logos es cool, si no pregúntenle a los publicitarios.

Malcolm Young: Parece que hubiera hecho un trato demoníaco con el hermano, tipo: “bueno, vos vas a ser la estrella y el que todos van a conocer, pero a cambio de eso vas a tener que hacer de payaso y yo no voy a hacer ninguna idiotez, nunca”. Malcolm Young es el guitarra rítimica más cool de la historia, no se mueve de su baldosa pero irradia tensión y energía todo el tiempo, toca con guitarras Gretsch –la guitarra menos heavy del mundo- sin que nadie se de cuenta, tiene un corte de pelo perfecto tapándole los ojos, hace los coros más secos y agretas del mundo y toca esos riffs concisos y contundentes con un control que ningun nü metalero ayudado por todos los compresores del mundo podría soñar. Como si fuera poco en las entrevistas parece un tipazo y se sabe que es el líder oculto de AC/DC. La palabra cool le queda chica.

El Diablo: Bueno, generalmente Satán es cool, por lo menos se viste bien y escucha buena música, no siempre heavy metal. Por desgracia no puede decirse lo mismo sobre el satanismo, que suele ser cosa de losers terminales.

Heavy Metal Umlaut: El umlaut o diéresis, es un recurso ortográfico que modifica el sonido de las vocales sobre las que reposa, excepto en el caso del heavy metal umalut, que no modifica un carajo y se limita a germanizar y dignificar el nombre. Un buen umlaut sobre cualquier nombre de banda (o nombre propio) le da la autoridad de un general prusiano. Por ejemplo, una cosa es benito y otra muy distinta bënito o bënitö. Y como dicen en Spinal Tap, el umlaut tiene personalidad, tiene ojos, vos mirás al umlaut y el umlaut te mira.

Motos: Los heavies no se caracterizan por nadar en guita generalmente, pero sueñan con motos (iron horse!) y como son guachos esforzados de vez en cuando consiguen una, que podés estar seguro de que va a tener mil veces más onda que la tuya, triste paseador de Vespas con anorak.

El sentido del humor boludo, punzante e incorrectísimo: seamos sinceros, hay un humor a lo Beavis, a lo Wayne, a lo Clerks, a lo Spinal Tap, a lo School of Rock, que solamente combina con el heavy metal, y que es totalmente autorreferente y con una dosis de autocrítica que es rara de encontrar en el punk, e imposible de ver en la electrónica, por ejemplo. Un sentido del humor capaz de ver la ridiculez de tocar air-guitar o hacer headbanging y sin embargo disfrutar del hacerlo, cagándose en dicha ridiculez. Ojo, este sentido del humor es para iniciados y para gente de que cualquier forma disfruta de las música y los rituales, no incluye ese consumo irónico del que hablaba en la introducción y deja afuera a los no iniciados. Está bien, no es lo mismo reírte con ellos que reírte de ellos y la diferencia puede ser un perfecto y justo cadenazo.

Lemmy: digámoslo así; al lado de Lemmy Kilmister, Bobby Gillespie es una señora borracha y Brian Molko un maricón de murga. Señores: si se va a ser un rock’n’roller drogón con clase hay que fijarse en el señor de los motocas. Los breves minutos en que aparece sobre las colinas de Hollywood en The Decline of the Western Civilization lo confirman como el Humphrey Bogart de estos tiempos, feo como Tom Waits, sereno como Robert Mitchum e ingenioso como Ray Davies. Toda la clase en exhibición permanente con este camba, lo de “No Class” debe haber sido un chiste como lo del “Macho Man” de Village People.

Me quedan afuera los mostros escénicos, la emotividad permanente (no existe un "emo-metal" porque sería una redundancia), los air-instruments, la buena calidad de los heavies como futbolistas, los fuegos artificiales y las guitarras Flying V, todas cosas maravillosas pero de dudosas cualidades cool. Este post contiene también todo lo que encontré de cool en el nü metal y es lo siguiente:



... ah, qué tarde se me hizo, en fin... Hail Satan....





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