lunes, diciembre 06, 2004

Sábado y domingo

Finalmente el notorio concurso de Pepsi Bandplugged, que asegura a sus ganadores y finalistas una exposición televisiva notoria a lo largo de dos meses (y el pase casi seguro a la escudería del manager Claudio Picerno), llegó a su fin y se supieron los ganadores, que ya se sospechaban desde hacía tiempo. De los seis finalistas, cinco eran bandas de hard rock simple y genérico hasta el punto de que podrían pasar por un casting para la segunda versión de Spinal Tap, sólo que sin chistes (la sexta banda era de esa forma rústica de pop que algunos entienden por punk). El ganador fue Doberman, banda que parece algo así como una mezcla pesadillesca entre Ted Nugent y Creed, y el mejor tema inédito fue un tema de Doberman que parecía una mezcla pesadillesca entre una canción de Creed y una de Ted Nugent. Digamos como ejemplo que la producción actual de Pappo parece free-jazz de vanguardia por comparación. Pero no da para ensañarse con ellos, los mismo podría decirse, cambiando algún nombre, de las otras cinco bandas finalistas y de la gran mayoría de las bandas clasificadas.

Miré con interés morboso el concurso, cavilando con más tristeza que rabia lo profundamente reaccionario que es el concepto de "rock" que predomina en el mainstream uruguayo y como el “fenómeno” se retroalimenta a sí mismo en una burocracia creativa desesperada por, simultáneamente, sacar hasta la última gota de leche de la teta y preservar un paradigma estilístico controlable, empaquetable, ubicuo, educadito.

Hubo 500 bandas en ese concurso; sé que hubo decenas, tal vez cientos de bandas más arriesgadas que las ganadoras, me da pena por ellos. O no, porque triunfar en un circuito tan mediocre no es definitivamente un precedente válido con el que comenzar a llamar la atención. El que el jurado estuviera compuesto no por expertos de marketing y empleados de discográficas –lo cual hubiera tenido una cierta lógica, perversa pero lógica al fin- sino por músicos de rock reconocidos y periodistas culturales (shame on you) marca la pauta de lo desagradable de este fenómeno, la ignorancia de sus promotores y agentes culturales y lo alejado que está, no ya de expresiones artísticas removedoras e innovadoras, sino de las más elementales muestras de pasión y energía.

Anoche, en cambio, luego de escuchar un par de temas de no-rock uruguayo, fui a ver un recital de no-rock rioplatense en el que Danteinferno ofreció para 20 personas el mayor despliegue de guitarras asesinas y pop desfigurado que haya escuchado en mucho tiempo. Fue el mejor recital que les he visto hasta ahora, y lo dieron para la menor cantidad de público para la que hayan tocado. Antes que ellos los Modelle Nude habían ofrecido también un espectáculo inusual; después de tocar tres temas de puro e intenso noise instrumental, uno de los guitarristas, sacadísimo y después de tratar de agredir su guitarra de todas las formas posibles, terminó tirado en el suelo en pelotas intentando, al parecer, introducirse el clavijero de la misma en el culo. Luego se levantó, sostuvo una pesada botella de Pilsen con los dientes y la arrojó sobre sus compañeros de banda. El recital colapsó abruptamente junto con las conexiones de los pedales de la guitarra. Estuvo bien.

No quiero decir que sea válido o necesariamente interesante el que alguien se trate de meter la guitarra en el orto –gimmick arriesgado pero indudablemente efectista- pero por lo menos demuestra un interés en ir más allá del ridículo y de la misma concepción del ridículo para hacer algo memorable, para bien o para mal. Hacer algo que realmente fuerce la atención hacia el escenario y recuerde que hay una banda tocando, que no es un florero doña.

En fin; no voy a escribir más sobre el mainstream del rock uruguayo, su sistema de pequeñas corrupciones, su pánico a moverse del supuesto mínimo denominador común de su público, su profunda caretez, su inaudita mediocridad y los monos chupándose unos a otros en festivales futboleros. Lo único que me importa es estar lo más lejos posible, conceptual y estilísticamente, de semejante garcha. Y darle espacio a lo que no es eso, a lo que no puede confundirse con eso, es decir, hay otras cosas: vayan, bájense los temas nuevos que hay en la página de HPLE, aprendan bailes, hagan un notable papelón, formen guerrillas, cómanse un hongo misterioso, vivan….





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