miércoles, mayo 25, 2005
¿Qué es un blog? ¿yo también puedo tener uno?
Pidiendo disculpas voy a hacer un poco de autorreferencia a este tosco medio, con la esperanza de generalizar más tarde. Recientemente se dieron un par de particularidades con respecto a Fuck You Tiger, la primera es que en los últimos meses casi se duplicó el número de visitantes a dicha página -efecto bastante inesperado ya que por el carácter más caprichoso, subjetivo y local de los últimos posts cabía esperar más bien lo contrario- y la segunda es que, tal vez proporcionalmente, aumentó también la cantidad de demandas, agresiones y ofendidos.
Lo cual aún me sorprende en cierta manera, no porque no sepa lo desagradablemente ofensivo y equivocado que puede ser algo de lo que escribo o las facilidades de insulto y acoso que permite la web y a las que se debe estar resignado si se quiere actuar en ella, sino por la persistente confusión que existe al respecto de lo que es un blog y sus características propias en relación con cualquier otro medio de expresión público o semi-público. Evidentemente años de dialécticas de amor-odio hacia los medios establecidos y comerciales tienen a algunas personas confundidas acerca de qué carajo es un blog, al menos los blogs que tienen características periodísticas, qué poderes tiene, qué objetivos mueven a sus autores y cual es la relación que entablan con sus ocasionales lectores.
Para cualquiera de los que hemos estado relacionados con la prensa o el periodismo normal, los blogs son una especie de trampa al solitario; por un lado tienen todo lo que se desea en cualquier otro medio: autonomía total, libertad de palabra absoluta, cierres a voluntad, temario a capricho, acceso absoluto de (casi todos) los lectores, interacción con ellos, sencillez de formato, diagramación estética propia, etc. Como contrapartida fulminan lo que define y diferencia a un trabajo de un hobby o una manía: no pagan un sorete -a no ser que uno tenga un blog político esponsoreado en E.E.U.U., especialmente si es pro-republicano-, por lo cual el ascenso o popularidad en dicho ámbito es virtualmente inútil. Porque en definitiva y, más allá de algún eventual valor promocional, es todo por amor al arte, por idiotez o por verborragia, o por cualquiera que sea la motivación no redituable.
Uno de sus atractivos es, como dije arriba, el casi absoluto dominio que se tiene sobre el espacio que uno ha delimitado (digo "casi" porque Blogger, como un dios invisible, se reserva la potestad de fulminar como un rayo a cualquiera de los que hacen usufructo de su servicio y que por algún motivo caigan en desgracia). Es en cierta forma un espacio de poder construido a imagen y semejanza de su autor o autores, o de la personalidad verbal que quieran construir. Quiero decir, no hay premios pero hay derechos y jerarquías. Y en cierta forma -si se obvian las facultades definitivas de Blogger y las limitaciones impuestas por la tecnología- es un espacio de poder muy democrático. Si McLuhan tenía razón y cada medio es una extensión de una facultad humana, entonces el blog es la extensión del discurso privado, ofreciéndolo a un acceso más abierto, con los riesgos de exposición que esto implica. Pero aunque uno resguarda algunas potestades sobre este espacio que ofrece -de la misma forma en que se guardan potestades con respecto a nuestras pertenencias, nuestros cuerpos y nuestros discursos- es un formato de cualquier forma igualitario para todos los internautas. Si un blog es un espacio cerrado, está a disposición de cualquiera el hacer otro similar y hacer su entramado de discursos a partir de él.
Es un tema larguísimo que no quiero ni puedo desarrollar, así que vayamos a los bifes; al no existir desniveles de inversión económica y/o publicitaria, la atención o poder que consigue un blog depende de sus propias virtudes y, sobre todo de su credibilidad. No hay monopolios, presiones ni ventajas, pero algunos blogs aumentan su cantidad de visitantes mientras que otros languidecen y son abandonados, o persisten aún sin visitas ni feedback porque tal vez son motivados por razones expresivas que no dependen de una audiencia. Este Fuck You Tiger en particular fue creado hace un año, más o menos, por una conjunción de interés por un medio nuevo, mucho tiempo libre y mucho tiempo sin escribir, circunstancias por otra parte inexistentes en la actualidad. Desde un principio mi interés en el mismo fue exclusivamente el de opinar y conversar sobre cosas de las que no se estuviera opinando o conversando, difundir lo poco difundido y criticar lo poco criticado. Pero siempre a un nivel discreto, nunca se le hizo al blog la menor publicidad, nunca se le pidió a nadie que se le pusiera entre sus links, nunca se avisó de su existencia en los comments de otros blogs o de flogs e inclusive he preferido obviar el nombre y la URL del mismo en alguna consulta que me han hecho en medios grandes por mi carácter de blogger. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que para mí un blog, o al menos este blog, no compite. Quiero decir, no me interesa ampliar sus posibilidades, ni ser el Llanero Justiciero, ni convertirlo en una revista online, ni nada. Para mí siempre fue una reunión de amigos y de gente con intereses en común -lo cual no quiere decir necesariamente, por suerte, opiniones en común-, es decir, algo a lo que uno se acerca voluntariamente, no es llamado. Pero siempre me interesó el feedback y el intercambio, motivo por el cual están habilitados los comments.
Pero, y este es el punto, el servicio de Haloscan permite no sólo borrar los comments que no deseen en el blog, sino que además se les puede editar y modificar (haciendo que un brutal insulto se convierta en un simpático elogio) y se puede bannear (prohibir) la entrada de determinadas IPs, es decir de los mensajes provenientes de determinadas máquinas. Mi intención básica para Fuck You Tiger siempre ha sido la de dejar todos los mensajes, dijeran lo que dijeran, sin embargo he banneado alguna IP y borrado algunos mensajes (hasta ahora no edité maliciosamente ninguno pero todo puede ser), y pienso seguir haciéndolo.
¿Cómo se concilia eso con mis protestas vehementes acerca de la libertad de expresión, como la que escribí recientemente acerca de la censura a Jorge Lanata? Para mí no hay ninguna contradicción y la percepción del bannear a alguien o borrarle sus comments como censura es justamente una herencia de la relación que se tiene con los medios de expresión masivos. Un medio masivo ocupa un gran espacio público que no ofrece alternativas, eso es lo que define la censura: la supresión total o parcial de un discurso. Lanata no puede ir a hacer su informe sobre Julio Luis Sanguinetti en el canal 14 porque el canal 14 no existe. Podés tener la mayor cantidad de canales de cable del mundo e igual no vas a encontrar ese discurso suprimido, con todo lo que implica en relación a lo que es posible decir y lo que no, y los motivos de dicha supresión. Sin embargo yo me niego a considerar censura la negativa a dejar que Milka Barbato haga su descargo grabado, o derecho a réplica, en el mismo medio, y no es una cuestión de simpatías, tampoco consideraría censura el que si yo les mandara lo que escribí sobre canal 12 y el affair Lanata, Aldo Silva no lo leyera al final de noticiero, vamos... un poco de sentido común, manga de ácratas.
En realidad ahí detrás hay otro asunto que es del el periodista como mediador de información con la independencia suficiente para ser creíble, y no me quiero meter en eso tampoco porque esto no va a terminar más. En el caso puntual de un blog en realidad el censurar y discriminar no suprime un diálogo sino que lo posibilita, porque elimina el ruido. Me explico, antes de que los blogs se hicieran populares la gente solía discutir en los foros, algo totalmente novedoso que permitía discusiones, coincidencias y enemistades entre voces sin rostro, voces abstractas. Siendo un medio que permite el casi total anonimato y un medio particularmente atractivo para los desequilibrados, casi cualquier foro -aunque estuviera mediado- terminaba colapsando en un mar de insultos, obscenidades y figuras verbales que al parecer excitan a algunos. Lo que podía ser un nuevo diálogo se convertía en un montón de ruido por la sencilla razón de que las conversaciones públicas en internet dan las mismas posibilidades tanto a quienes quieren conversar como a quienes no quieren que se converse. A veces esto pasa de forma inocente, como el Jaimito que escribe "teta, culo y caca" en el pizarrón de la escuela cuando nadie está mirando, a veces no; una buena prueba son los foros de Indymedia, quienes fieles a su lógica anti-represiva se han negado a censurarlos (al menos en la época en la que yo entraba) y como consecuencia cualquier espacio de reflexión propuesto por el site quedó tapado por, justamente, sus enemigos o inclusive por los servicios de inteligencia.
Hace un tiempo vi en un blog al que no había entrado nunca, un link escandalizado a otro blog sobre el que alertaba y que al parecer era mantenido por un nazi argentino. Curioso y morboso como de costumbre me fui como chancho para el sembrado hacia el blog del nazi, que firmaba imaginativamente como Luftwaffe, para encontrar lo que me suponía: un pendejo ignorante repitiendo supuestos hechos históricos llenos de anti-semitismo y loas a Adolfo y su baracutanga. Nada digno de siquiera curiosidad, pero lo que me llamó la atención eran las larguísimas listas de comments a cada uno de sus posts. Al leerlos descubrí que eran algo así como diálogos entre Luftwaffe y unos cinco o siete commentators, siempre los mismos y ninguno escribiendo desde ningún site o dirección de mail, diálogos que generalmente se abrían con algo así como "Chupame la pija, nazi puto", a lo que Luftwaffe a veces contestaba con otro insulto -que invariablemente incluía las palabras "judío" o "negro"- y a veces argumentaba algo dudoso sobre el sionismo o el nuevo orden mundial, a lo que la respuesta era invariablemente "sos un pelotudo de mierda, ojalá revientes", "te estamos rastreando y te la vamos a dar, nazi apestoso" y símiles. Esto se repetía en los comments de todos los posts que el viento de Haloscan aún no había borrado. Lo que me llamó la atención ante todo era el esfuerzo y la persistencia de los que, cada vez que el pequeño nazi metía un post, iban corriendo a escribir y putearlo interminablemente. Quiero decir, como intento de bloqueo era más bien estúpido, porque a Luftwaffe le alcanzaba con cerrar el blog y abrir otro bajo el nombre de "Leibstandarte", o algo así, y seguir con sus diatribas, y como intento de retruque era más bien contraproducente, porque si algo podían hacer era re-afirmarlo en las pelotudeces que predicaba. Pero hay gente muy esforzada en la web. Y gente que no entiende que la opción a un discurso -en la web- no es intentar invadirlo, callarlo o cooptarlo, sino plantear otro opuesto o alternativo en otro site y hacerlo más atractivo.
(Hace unos días vi un documental sobre la re-apertura democrática uruguaya de los años ochenta, y en un momento aparece el infame Goyo Álvarez leyendo un discurso de respuesta al del acto del Obelisco. Allí trataba a la tribuna de políticos de "cambalache" al estar mezclados, en un acto por la democracia, partidos "demócratas" con partidos "no-demócratas" cuya expresión y existencia un régimen democrático debía impedir. Una especie de oxímoron político digno de un personaje despreciable como el Goyo, pero que uno sigue escuchando repetirse a cada rato en este mundo en que las opciones parecen ser el discurso teológico-democrático y la cárcel verbal de la corrección política)
El asunto es que el equilibrio expresivo en cualquier parte de la web más o menos visitada es muy delicado y fácil de sabotear. Y a cada rato pueden plantearse peleas imposibles de ganar, no desde un lugar de enunciación fijo en contra de voces que pueden multiplicarse, desdoblarse, y cambiar de lugar. Discutir así es como tratar de sopapearse con alguien estando atado a una silla, como un tanque norteamericano en Vietnam. Y, por supuesto, no vale la pena.
Fuck You Tiger, mientras exista, se reserva el derecho de permanencia y admisión, para que siga siendo un sitio en el cual se pueda conversar. No hay nada que me deprima más en relación a esto que esos diálogos que parecen salidos de un chat entre pendejos hiper-hormonados. No sé cuánto más va a durar este blog, ya que siendo una cosa esencialmente hedonista no tiene sentido de existencia si no me divierte. Pero mientras esté las reglas son claras.
Supongo que hay gente que, con todo el derecho del mundo (el amigo Jorge D., por ejemplo) puede sentir que este es apenas un espacio de luz negra y mala leche. Puede ser que lo haya sido en ocasiones, no reclamo ninguna patente de bondad y filantropía, pero la alternativa es sencilla: se sale del blog y no se entra más en él. He dejado rigurosamente en los comments agrios mensajes de despedida de gente que se ha sentido así, me parece bárbaro. Pero yo no creo en el delito de opinión y aquí nunca ha habido otra cosa que opiniones; de hecho toda la información que alguien podría juzgar como polémica que manejo es información totalmente pública y muchas veces me he guardado, por malformación profesional o tímidez, datos de primera mano pero no chequeados que tenía. Este no es un espacio de investigación. Este es un espacio de conversación, a mí me gusta conversar, pero no me siento obligado a seguir conversando con alguien que escupe en lugar de articular, ya lo dije antes, no vale la pena. De hecho el tener un blog más o menos popular en el cual se discute la versión mayoritaria de lo que debe ser la cultura rioplatense no es algo muy inteligente, al menos no en esta ciudad donde todos nos conocemos y nada se perdona, y donde se inventó ese corolario de la Ley de Murphy que dice: "los amigos pasan, los enemigos se acumulan".
Bueno, es eso, no voy a tratar el tema otra vez.
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Lo cual aún me sorprende en cierta manera, no porque no sepa lo desagradablemente ofensivo y equivocado que puede ser algo de lo que escribo o las facilidades de insulto y acoso que permite la web y a las que se debe estar resignado si se quiere actuar en ella, sino por la persistente confusión que existe al respecto de lo que es un blog y sus características propias en relación con cualquier otro medio de expresión público o semi-público. Evidentemente años de dialécticas de amor-odio hacia los medios establecidos y comerciales tienen a algunas personas confundidas acerca de qué carajo es un blog, al menos los blogs que tienen características periodísticas, qué poderes tiene, qué objetivos mueven a sus autores y cual es la relación que entablan con sus ocasionales lectores.
Para cualquiera de los que hemos estado relacionados con la prensa o el periodismo normal, los blogs son una especie de trampa al solitario; por un lado tienen todo lo que se desea en cualquier otro medio: autonomía total, libertad de palabra absoluta, cierres a voluntad, temario a capricho, acceso absoluto de (casi todos) los lectores, interacción con ellos, sencillez de formato, diagramación estética propia, etc. Como contrapartida fulminan lo que define y diferencia a un trabajo de un hobby o una manía: no pagan un sorete -a no ser que uno tenga un blog político esponsoreado en E.E.U.U., especialmente si es pro-republicano-, por lo cual el ascenso o popularidad en dicho ámbito es virtualmente inútil. Porque en definitiva y, más allá de algún eventual valor promocional, es todo por amor al arte, por idiotez o por verborragia, o por cualquiera que sea la motivación no redituable.
Uno de sus atractivos es, como dije arriba, el casi absoluto dominio que se tiene sobre el espacio que uno ha delimitado (digo "casi" porque Blogger, como un dios invisible, se reserva la potestad de fulminar como un rayo a cualquiera de los que hacen usufructo de su servicio y que por algún motivo caigan en desgracia). Es en cierta forma un espacio de poder construido a imagen y semejanza de su autor o autores, o de la personalidad verbal que quieran construir. Quiero decir, no hay premios pero hay derechos y jerarquías. Y en cierta forma -si se obvian las facultades definitivas de Blogger y las limitaciones impuestas por la tecnología- es un espacio de poder muy democrático. Si McLuhan tenía razón y cada medio es una extensión de una facultad humana, entonces el blog es la extensión del discurso privado, ofreciéndolo a un acceso más abierto, con los riesgos de exposición que esto implica. Pero aunque uno resguarda algunas potestades sobre este espacio que ofrece -de la misma forma en que se guardan potestades con respecto a nuestras pertenencias, nuestros cuerpos y nuestros discursos- es un formato de cualquier forma igualitario para todos los internautas. Si un blog es un espacio cerrado, está a disposición de cualquiera el hacer otro similar y hacer su entramado de discursos a partir de él.
Es un tema larguísimo que no quiero ni puedo desarrollar, así que vayamos a los bifes; al no existir desniveles de inversión económica y/o publicitaria, la atención o poder que consigue un blog depende de sus propias virtudes y, sobre todo de su credibilidad. No hay monopolios, presiones ni ventajas, pero algunos blogs aumentan su cantidad de visitantes mientras que otros languidecen y son abandonados, o persisten aún sin visitas ni feedback porque tal vez son motivados por razones expresivas que no dependen de una audiencia. Este Fuck You Tiger en particular fue creado hace un año, más o menos, por una conjunción de interés por un medio nuevo, mucho tiempo libre y mucho tiempo sin escribir, circunstancias por otra parte inexistentes en la actualidad. Desde un principio mi interés en el mismo fue exclusivamente el de opinar y conversar sobre cosas de las que no se estuviera opinando o conversando, difundir lo poco difundido y criticar lo poco criticado. Pero siempre a un nivel discreto, nunca se le hizo al blog la menor publicidad, nunca se le pidió a nadie que se le pusiera entre sus links, nunca se avisó de su existencia en los comments de otros blogs o de flogs e inclusive he preferido obviar el nombre y la URL del mismo en alguna consulta que me han hecho en medios grandes por mi carácter de blogger. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que para mí un blog, o al menos este blog, no compite. Quiero decir, no me interesa ampliar sus posibilidades, ni ser el Llanero Justiciero, ni convertirlo en una revista online, ni nada. Para mí siempre fue una reunión de amigos y de gente con intereses en común -lo cual no quiere decir necesariamente, por suerte, opiniones en común-, es decir, algo a lo que uno se acerca voluntariamente, no es llamado. Pero siempre me interesó el feedback y el intercambio, motivo por el cual están habilitados los comments.
Pero, y este es el punto, el servicio de Haloscan permite no sólo borrar los comments que no deseen en el blog, sino que además se les puede editar y modificar (haciendo que un brutal insulto se convierta en un simpático elogio) y se puede bannear (prohibir) la entrada de determinadas IPs, es decir de los mensajes provenientes de determinadas máquinas. Mi intención básica para Fuck You Tiger siempre ha sido la de dejar todos los mensajes, dijeran lo que dijeran, sin embargo he banneado alguna IP y borrado algunos mensajes (hasta ahora no edité maliciosamente ninguno pero todo puede ser), y pienso seguir haciéndolo.
¿Cómo se concilia eso con mis protestas vehementes acerca de la libertad de expresión, como la que escribí recientemente acerca de la censura a Jorge Lanata? Para mí no hay ninguna contradicción y la percepción del bannear a alguien o borrarle sus comments como censura es justamente una herencia de la relación que se tiene con los medios de expresión masivos. Un medio masivo ocupa un gran espacio público que no ofrece alternativas, eso es lo que define la censura: la supresión total o parcial de un discurso. Lanata no puede ir a hacer su informe sobre Julio Luis Sanguinetti en el canal 14 porque el canal 14 no existe. Podés tener la mayor cantidad de canales de cable del mundo e igual no vas a encontrar ese discurso suprimido, con todo lo que implica en relación a lo que es posible decir y lo que no, y los motivos de dicha supresión. Sin embargo yo me niego a considerar censura la negativa a dejar que Milka Barbato haga su descargo grabado, o derecho a réplica, en el mismo medio, y no es una cuestión de simpatías, tampoco consideraría censura el que si yo les mandara lo que escribí sobre canal 12 y el affair Lanata, Aldo Silva no lo leyera al final de noticiero, vamos... un poco de sentido común, manga de ácratas.
En realidad ahí detrás hay otro asunto que es del el periodista como mediador de información con la independencia suficiente para ser creíble, y no me quiero meter en eso tampoco porque esto no va a terminar más. En el caso puntual de un blog en realidad el censurar y discriminar no suprime un diálogo sino que lo posibilita, porque elimina el ruido. Me explico, antes de que los blogs se hicieran populares la gente solía discutir en los foros, algo totalmente novedoso que permitía discusiones, coincidencias y enemistades entre voces sin rostro, voces abstractas. Siendo un medio que permite el casi total anonimato y un medio particularmente atractivo para los desequilibrados, casi cualquier foro -aunque estuviera mediado- terminaba colapsando en un mar de insultos, obscenidades y figuras verbales que al parecer excitan a algunos. Lo que podía ser un nuevo diálogo se convertía en un montón de ruido por la sencilla razón de que las conversaciones públicas en internet dan las mismas posibilidades tanto a quienes quieren conversar como a quienes no quieren que se converse. A veces esto pasa de forma inocente, como el Jaimito que escribe "teta, culo y caca" en el pizarrón de la escuela cuando nadie está mirando, a veces no; una buena prueba son los foros de Indymedia, quienes fieles a su lógica anti-represiva se han negado a censurarlos (al menos en la época en la que yo entraba) y como consecuencia cualquier espacio de reflexión propuesto por el site quedó tapado por, justamente, sus enemigos o inclusive por los servicios de inteligencia.
Hace un tiempo vi en un blog al que no había entrado nunca, un link escandalizado a otro blog sobre el que alertaba y que al parecer era mantenido por un nazi argentino. Curioso y morboso como de costumbre me fui como chancho para el sembrado hacia el blog del nazi, que firmaba imaginativamente como Luftwaffe, para encontrar lo que me suponía: un pendejo ignorante repitiendo supuestos hechos históricos llenos de anti-semitismo y loas a Adolfo y su baracutanga. Nada digno de siquiera curiosidad, pero lo que me llamó la atención eran las larguísimas listas de comments a cada uno de sus posts. Al leerlos descubrí que eran algo así como diálogos entre Luftwaffe y unos cinco o siete commentators, siempre los mismos y ninguno escribiendo desde ningún site o dirección de mail, diálogos que generalmente se abrían con algo así como "Chupame la pija, nazi puto", a lo que Luftwaffe a veces contestaba con otro insulto -que invariablemente incluía las palabras "judío" o "negro"- y a veces argumentaba algo dudoso sobre el sionismo o el nuevo orden mundial, a lo que la respuesta era invariablemente "sos un pelotudo de mierda, ojalá revientes", "te estamos rastreando y te la vamos a dar, nazi apestoso" y símiles. Esto se repetía en los comments de todos los posts que el viento de Haloscan aún no había borrado. Lo que me llamó la atención ante todo era el esfuerzo y la persistencia de los que, cada vez que el pequeño nazi metía un post, iban corriendo a escribir y putearlo interminablemente. Quiero decir, como intento de bloqueo era más bien estúpido, porque a Luftwaffe le alcanzaba con cerrar el blog y abrir otro bajo el nombre de "Leibstandarte", o algo así, y seguir con sus diatribas, y como intento de retruque era más bien contraproducente, porque si algo podían hacer era re-afirmarlo en las pelotudeces que predicaba. Pero hay gente muy esforzada en la web. Y gente que no entiende que la opción a un discurso -en la web- no es intentar invadirlo, callarlo o cooptarlo, sino plantear otro opuesto o alternativo en otro site y hacerlo más atractivo.
(Hace unos días vi un documental sobre la re-apertura democrática uruguaya de los años ochenta, y en un momento aparece el infame Goyo Álvarez leyendo un discurso de respuesta al del acto del Obelisco. Allí trataba a la tribuna de políticos de "cambalache" al estar mezclados, en un acto por la democracia, partidos "demócratas" con partidos "no-demócratas" cuya expresión y existencia un régimen democrático debía impedir. Una especie de oxímoron político digno de un personaje despreciable como el Goyo, pero que uno sigue escuchando repetirse a cada rato en este mundo en que las opciones parecen ser el discurso teológico-democrático y la cárcel verbal de la corrección política)
El asunto es que el equilibrio expresivo en cualquier parte de la web más o menos visitada es muy delicado y fácil de sabotear. Y a cada rato pueden plantearse peleas imposibles de ganar, no desde un lugar de enunciación fijo en contra de voces que pueden multiplicarse, desdoblarse, y cambiar de lugar. Discutir así es como tratar de sopapearse con alguien estando atado a una silla, como un tanque norteamericano en Vietnam. Y, por supuesto, no vale la pena.
Fuck You Tiger, mientras exista, se reserva el derecho de permanencia y admisión, para que siga siendo un sitio en el cual se pueda conversar. No hay nada que me deprima más en relación a esto que esos diálogos que parecen salidos de un chat entre pendejos hiper-hormonados. No sé cuánto más va a durar este blog, ya que siendo una cosa esencialmente hedonista no tiene sentido de existencia si no me divierte. Pero mientras esté las reglas son claras.
Supongo que hay gente que, con todo el derecho del mundo (el amigo Jorge D., por ejemplo) puede sentir que este es apenas un espacio de luz negra y mala leche. Puede ser que lo haya sido en ocasiones, no reclamo ninguna patente de bondad y filantropía, pero la alternativa es sencilla: se sale del blog y no se entra más en él. He dejado rigurosamente en los comments agrios mensajes de despedida de gente que se ha sentido así, me parece bárbaro. Pero yo no creo en el delito de opinión y aquí nunca ha habido otra cosa que opiniones; de hecho toda la información que alguien podría juzgar como polémica que manejo es información totalmente pública y muchas veces me he guardado, por malformación profesional o tímidez, datos de primera mano pero no chequeados que tenía. Este no es un espacio de investigación. Este es un espacio de conversación, a mí me gusta conversar, pero no me siento obligado a seguir conversando con alguien que escupe en lugar de articular, ya lo dije antes, no vale la pena. De hecho el tener un blog más o menos popular en el cual se discute la versión mayoritaria de lo que debe ser la cultura rioplatense no es algo muy inteligente, al menos no en esta ciudad donde todos nos conocemos y nada se perdona, y donde se inventó ese corolario de la Ley de Murphy que dice: "los amigos pasan, los enemigos se acumulan".
Bueno, es eso, no voy a tratar el tema otra vez.
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