miércoles, junio 15, 2005

Lucy, colocada en el cielo entre diamantes

Una noticia del día de hoy da cuenta de la resolución de una vieja polémica de la lírica del rock: al parece murió una tal Lucy Richardson, quien habría sido la inspiración de la canción de John Lennon 'Lucy in the Sky with Diamonds', confirmando así la versión de Lennon acerca del orígen de dicho tema. El beatle sostenía que la letra se basaba en un dibujo que había hecho su hijo Julian en el que se veia a una compañera de escuela de este, la tal Lucy Richardson, rodeada de estrellas, y que no tenía nada que ver con lo que muchos mal pensados habían dicho viendo las siglas que formaba el nombre de la canción, es decir, que era un himno al LSD. El mundo respira tranquilo entonces, la bonita canción no era sobre esa droga podrida sino sobre una encantadora niña vista a través de los ojos de Lennon Jr.

Claro que el único problema es que Lennon, a pesar de tener interesantes raptos de sinceridad, mentía como un cochino, especialmente en relación a las drogas. Inclusive llegó a relativizar el sí la canción 'Cold Turkey', su tétrica descripción del mono producido por la abstinencia de heroína, estaba relacionada con las drogas, al mismo tiempo que siempre negó su adicción a principios de los setenta a dicho opiáceo. Lennon, además de mentiroso, fue un tipo irascible, cruel, pésimo padre (con Julian), necio y pollerudo, o al menos hay muchos testimonios de que así lo era. Imposible saber la verdad, pero hay buenos motivos para suponer que su figura estaba más cercana de la supuestamente ficcional y más humana retratada en Backbeat antes que la hagiografía que presenta el supuestamente documental Imagine.

En un mundo mejor aprenderemos a admirar a las personas en sus contradicciones y claroscuros, pero en este a los enamorados de los posters no les gustan los matices sobre sus ídolos. Hace poco recordaba las reacciones de la gente cuando en 1988 salió la polémica biografía The Lives of John Lennon, escrita por Albert Goldman. En ella se describían las adicciones, infidelidades, encuentros homosexuales, prejuicios y locuras del beatle, con lo que Goldman se ganó el odio de miles de beatlemaníacos que exigían colgarlo de las pelotas en una forma muy poco pacifista. Yoko Ono, la auténtica villana del libro, lloró, pataleó y dijo que había llegado a intentar suicidarse a causa de lo que allí estaba escrito. Sin embargo no hizo ninguna demanda por calumnias, lo cual es más bien extraño de parte de una mujer capaz de hacerte juicio por decir que tiene los ojos rasgados. Casi dos décadas después ya son aceptadas como hechos la mayoría de las revelaciones más escandalosas de dicho libro.



Siendo sinceros, Lennon nunca ocultó sus experiencias con el LSD -al fin y al cabo una droga espiritual- de la forma en que trató de tapar su hábito a la heroína. Pero sí se clavó en que 'Lucy in the Sky with Diamonds' estaba basada en el dibujo de su hijo. Y yo le creo, creo que es verdad, pero también creo que también es una canción sobre el LSD. ¿Es tan difícil imaginar una escena como la siguente?:

(1966-67)

Julian: ¿Papi...?

John: (saliendo de una espesa niebla psíquica) ¿Uh...?

Julian: ¡Mirá lo que dibujé en la escuela, papi...!

John: Ehhh.... ahhh.... qué loco... ¿qué es?

Julian: ¡Es mi amiga Lucy...! ¡En el cielo... con diamantes!

John: "Lucy... in the Sky... with Diamonds...." (empieza a reírse como Beavis) Ju.. Ju... Ju...

Julian: ¿Te estás riéndo de mí, papi...? ¡buahhh...!

John: No.. no... Jude...,fuck.., Julian... no... es que... Lucy... Ju... Ju... Ju... ¿dónde dejé mi lapicera...?

Lo que quiero decir es que la fuente de inspiración -que evidentemente también tiene mucho de Lewis Carrol- no elimina las connotaciones involuntarias, pero que además en este caso son evidentemente voluntarias. Cualquiera que escuche dos compases de la canción, aunque no entienda inglés, sabe que en ella hay tanto ácido que dan ganas de pasar la lengua por el disco. Y si se examina, aún superficialmente, la letra, hay que dar la conversación por concluída. Tiene más guiñadas al LSD que el disco Turn on, Tune in, Drop out de Timothy Leary, déjense de joder.

(recuerdo al profesor Medina Vidal, dedicando al menos una frase semanal a recalcar que los autores no son fuentes privilegiadas, y que además son todos una manga de mentirosos y que por eso se dedican a la creación ficcional)

Pero bueno, Lucy existía y ahora pueden volver a escuchar la canción tranquilamente pensando que es una inocua evocación de un dibujo infantil. Y lo es, y siempre lo fue, lo mismo que siempre fue otras cosas y lo sigue siendo. Algo díficil de explicar ante la lógica de la única interpretación y el pensamiento único.
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