miércoles, agosto 17, 2005

El asunto Zappa

En un post anterior relataba una serie de casualidades o conexiones misteriosas entre mi subconsciente y algunas escenas de la mediocre película Y tu mamá también, no mencioné, porque era divergirse del tema del post, otra sorprendente casualidad. El soundtrack de la película está compuesto en su casi totalidad por temas de esa patética modernidad latina que estuvo tan de moda hace un lustro más o menos, es decir, Molotov, Plastilina Mosh, Mala Rodríguez y toda esa ralea (abro un paraguas por Café Tacuba, que sin gustarme me parece una cosa mucho más seria), intercaladas con algunas piezas anglosajonas elegantes de Brian Eno y Natalie Imbruglia . Pero la película culmina con un tema llamado ‘Watermelon in Easter Hay’ y que está totalmente por fuera del paradigma musical de la misma, y que es de una belleza tan fulminante que me imagino a cientos de adolescentes intrigadísimos por esa guitarra conmovedora que parece venir de un sueño y que es, efectivamente, una "dream guitar” según su autor e intérprete, el señor Frank Zappa. Que por una de esas casualidades de la vida es posiblemente el músico que más me tiene interesado en estos últimos meses de correspondencias y vasos comunicantes próximos a la insanía.

Pasé muchos años peleado con Frank Zappa, o para ser más exacto con su música. Los motivos fueron esencialmente tres. El primero de ellos y el más irrelevante fue la forma despreciable en la que boicoteó a Velvet Underground, produciendo que Verve privilegiara abiertamente a los Mothers relegando a los V.U. a la total oscuridad, un problema complejo que explica el odio que le tenían tanto Reed como Cale. Pero eso son puteríos de personas que no conozco y tampoco Reed ni Cale son unos santos varones a la hora de tener consideraciones con terceros. Otro problema, ya mas insoluble, es la predilección de Zappa durante los setenta y los ochenta por los timbres instrumentales más aberrantes de ambas décadas, es decir, del jazz-rock y el heavy-metal más terraja. No son los arreglos lo que me molesta sino el sonido, esos pianos excesivamente eléctricos, esas distorsiones de pedal abierto, esas voces al frente… para ser un hombre que inventó buena parte de la producción de estudio de rock es asombroso lo mainstream que se volvió en esos aspectos en las décadas mencionadas. Tal vez también sufriera de la misma pereza en sus discos de los sesenta, pero el abanico de timbres instrumentales de esa década está mucho más cerca de mi gusto y no voy a discutir al respecto, además los primeros Mothers eran una banda, no un grupo de acompañamiento, y como tales sonaban personales, fuerte y claro. El tercer problema, y el más profundo para mí, eran los chistes.

Al contrario que el ganso de Kevin Johansen, que contestó con un tema llamado “Sí, Frank” (para luego ejemplificar con supuestamente jocosas canciones sobre cumbieras intelectuales y cosas brillantes así), no puedo responder del todo a la pregunta planteada por Zappa desde el título de uno de sus álbumes (Does Humor Belong to Music?), porque, como sostiene Milan Kundera en El libro de la risa y el olvido, las palabras “humor”, “risa” o “chiste” son términos demasiado amplios que engloban conceptos antitéticos entre sí, amontonándolos bajo las mismas denominaciones solo porque elevan las comisuras de los labios o no son “serios”. Yo agradezco el humor en mi vida y lo aprecio como una de las mayores cualidades humanas. El humor me resulta una de las características humanas más atractivas, por lo general me resulta mucho más fácil apreciar a la gente con la que tenemos sentidos del humor similares antes que coincidencias culturales. Mis amigos son unos payasos (en el buen sentido del término) y las mujeres que me hacen reír inevitablemente me enamoran. Me pasa algo similar en muchas de las artes, el que escritores como Burroughs, Vonnegut, Vian, Beckett, Borges o Bolaño (separo momentáneamente a Joyce y a Celine porque los cretinos no se consiguieron un apellido que empiece con “B” o con “V”) me deslumbran tanto en su gracia como en su lirismo, y en cine soy de los que piensa que la actuación de Eddie Murphy en The Nutty Profesor II (y en Bowfinger, ya que estamos) es tan sublime y virtuosa como cualquiera de Marlon Brando. Por otra parte hay algo musical en el fraseo y el delivery de los grandes monologuistas comediantes, algo que siempre me ha hecho ver a gente como Richard Pryor, Bill Cosby, Lewis Black o el mismo Luis Landriscina como si fueran virtuosos jazzmasters, como seres humanos de una casta superior.

Pero como dije antes, hay distintos formas de humor, algunas maravillosas, algunas sin gracia pero brillantes, algunas poéticas, absurdas, groseras, corrosivas... básicamente hay una clase de humor para cada discurso y/o forma poética, y Zappa utilizó muchas de ellas. Pero a partir del disco Overnite Sensation (1973) el absurdo de sus primeras épocas empezó a darle cada vez más espacio a la misoginia, la escatología, la parodia evidente y la simple tontería, quitándole espacio al surrealismo y la ponzoña original. Aún peor que el descenso en la calidad de los textos, este vino acompañado de un cambio de rol en los mismos: como los chistes necesitan ser comprendidos estos textos de menor calidad están paradójicamente más al frente en la mezcla, convirtiendo a veces a las canciones en meras excusas para esos chistes. Lo triste es que este tipo de canciones tenían una popularidad innegable y Zappa las incorporó a su repertorio, intercalándolas con composiciones que demostraban que su talento permanecía intacto.

En fin..., pero es una idiotez el medir a un artista por lo que menos nos gusta de ellos y no por lo mejor, sobre todo cuando se trata de alguien tan prolífico como Zappa. Y mientras escucho ese despliegue de furia sónica y habilidad sobrenatural que el tipo demuestra en su guitarra en los solos de 'Yo Mama', me doy cuenta de que me parece un guitarrista superior a cualquiera de los otros guitar heroes de su época y anoto, en forma totalmente caprichosa, algunas cosas que me interesan del bigotudo.



• Me extraña que el magnífico We’re Only in it for the Money, aún hoy considerado por muchos la obra maestra de Zappa, no haya sido adoptado como disco fetiche por la generación punk (a excepción tal vez del periodista/músico Mark Perry). Ese monumental fuck you a la cultura del flower power, a los Beatles y a todo lo de su tiempo (incluída la Velvet Underground, a la que un breve speech calfica ambiguamente como “grupo de mierda, como los Mothers”), es una de las piezas más vitriólicas de la historia de la música pop. Pero a la vez es también el disco menos técnico de Zappa en el sentido de ejecución musical; si bien el collage sonoro que lo forma es desde el punto de vista conceptual complejísimo, en lo instrumental es un disco bastante sencillo en comparación con el resto de la obra de Zappa, aproximándose al pop subvertido que los punks amarían una década después. Inclusive contiene por primera vez la palabra “punk” en una canción, justamente en una parodia de ‘Hey Joe’ llamada ‘Flower Punk’. Como punto extra de atracción vale la pena señalar que es el disco más amargo y líricamente violento de su discografía y contiene piezas de furia y desolación que calzarían en cualquier disco de Alternative Tentacles. Canciones de humor casi inexistente bajo su cáscara de absurdo, canciones como ’Mom & Dad’.‘The Idiot Bastard Son’, ‘Lonely Little Girl’ o la brutal aspirante a himno ‘Mother People’ en la que Ray Collins escupe el verso “Do you think that I love you . . . / Stupid & blind? / Do you think that I dream through the night / Of holding you near me?” con un desprecio y dolor que prefigura al que demostraría Johnny Rotten diez años después.

• En el inverosímil tema ‘Be-Bop Tango’ de Roxy & Elsewhere, Zappa deja escapar en un diálogo con Napoleon Murphy una frase que me gustaría imprimir en una remera: “JAZZ IS NOT DEAD, IT JUST SMELLS FUNNY

Phil Manzanera confesaba que cuando trataba de sacar el monumental solo de guitarra de ‘Willie the Pimp’ se detenía a la mitad agotado. Esto en verdad habla bien de la modestia de ese guitarrista formidable que es Manzanera, ya que evidentemente reproducir un solo es mucho más cansador que crearlo, puesto que el proceso de creación del mismo ya incluye las pausas y descansos que le son naturales a su autor, además de la tranquilidad de no tener que ajustarse a una partitura ajena. Steve Vai sí era capaz de sacar los solos de Zappa y de tocarlos aún más rápido, lo que deslumbró al viejo depravado, que supongo que no se dio cuenta de lo feos que son los bendings de Vai. Pero en mi opinión Zappa, un guitarrista muy rápido sin duda, cuando más brilla es cuando toca lento o a velocidad media como en ‘Eat that Question’ ‘Zoot Allures’ ‘Stink Foot’ o esa maravilla llamada ‘Black Napkin’. Ahora, ¿soy sólo yo o cuando Zappa baja la velocidad sus fraseos se parecen ligeramente a Carlos Santana?

• Zappa puede ser un buen ejemplo de las virtudes de la tiranía musical: con la notable excepción del Captain Beefheart –un talento indomable que siempre fue más un compañero de ruta que un empleado del bigotudo- y de Adrian Belew, prácticamente ninguno de los notables músicos que pasaron por la banda de Zappa fue capaz de producir música comparable a la que generaba bajo la mano férrea de FZ, en algunos casos, como los de Steve Vai o Terri Bozzio, sus trabajos posteriores a Zappa son, lisa y llanamente, vergonzosos.

• El tema no es gran cosa pero ‘My Guitar Wants to Kill Your Mama’ resume en su título todo lo que importa en el rock’n’roll.

• Son famosas las batallas de Zappa por la libertad de expresión y los ingeniosos discursos que hizo al respecto, pero para mí la más valiente y profunda de sus declaraciones públicas fue cuando en 1983 la American Society of Composers decidió invitarlo a dar una charla, haciéndole un supuesto honor ya que Zappa siempre demostró más interés y respeto por el ámbito de la música culta que por el del rock. Pero Zappa decidió utilizar la ocasión para reprender a toda esta organización de compositores con un discurso vitriólico en el que les echaba en cara el simple hecho de que los directores de orquesta preferían los clásicos antes que composiciones contemporáneas en parte por ser reaccionarios, pero básicamente para no tener que pagar royalties a los compositores aún vivos o cuyos derechos de autor no habían caducado.

I do not belong to this organization. I know nothing about it, I’m not interested in it, yet you asked me to give the keynote speech. Before I go on let me warn you that I talk dirty, and I will say things that you will neither enjoy nor agree with. You shouldn’t feel threatened because I am a mere buffoon and you are all “serious composers”.

Sigue teniendo razón y los directores de orquesta siguen haciendo lo mismo.

• Cuando Zappa dijo que las Shaggs, aquella famosa banda compuesta por tres hermanas que no sabían tocar o al menos que no sabían ejecutar sus instrumentos en la forma en la que generalmente se entiende por tocar, eran una de sus bandas favoritas y que para él eran mejores que los Beatles, no estaba haciendo un chiste ni metiéndoles nuevamente el dedo en el culo a los cuatro de Liverpool. Zappa siempre fue un fan renuente pero fiel del pop de los cincuenta y su ingenuidad romántica y, a pesar de su culto a la complejidad técnica, un fascinado por los compositores extravagantes, aunque no se destacaran por su técnica; las Shaggs –descubiertas en realidad por el baterista de NRBQ- tenían que resultarle irresistibles por su excentricidad sonora y su arrasador encanto naif.



• La idea de la composición ‘Dead Air’, composición que tocaban frecuentemente en los primeros días de los Mothers of Invention, es hasta el día de hoy tan brillante como hace cuarenta años. Los Mothers simplemente la anunciaban y se sentaban en el escenario a mirar al público sin hacer nada, hasta que este empezaba a reaccionar. Cuando la sala ya era una puteada sola o empezaba a vaciarse, los Mothers seguían con el show.

• Los jadeos femeninos de dolor/placer de la genial 'The Torture Never Stops' son la cosa más obscena que se haya grabado. Cuando conseguí el Zoot Allures y era un adolescente que vivía en casa de su madre, siempre tenía que recordar el bajar el volumen al llegar a dicho tema, so pena de parecer un degenerado impresentable o llenar de dudas a mi famila acerca de qué carajo pasaba en ese cuarto, abajo de ese blues.

• ALL YOUR CHILDREN ARE POOR
UNFORTUNATE VICTIMS OF SYSTEMS
BEYOND THEIR CONTROL
A PLAGUE UPON YOUR IGNORANCE
THE GRAY DESPAIR OF YOUR UGLY LIFE

Estoy reconciliado.





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