viernes, agosto 12, 2005

Post orientado a los amigos futboleros de la vecina orilla

Recientemente, en medio de la aún no finalizada guerra entre el Club Atlético Peñarol y el empresario futbolístico Paco Casal por los jugadores Christian Rodríguez y Carlos Bueno, jugadores que posiblemente pasen al Paris Saint Germain sin que Peñarol vaya a ver un mango, un dirigente del club mirasol, interrogado acerca de las maniobras de Casal, dijo algo así como que bueno, que Casal no era todo y que había otros metiendo mano, incluído alguno que "tiene fama de santo pero que de santo tiene sólo la fama". Sin dar nombres el dirigente dejó bastante claro acerca de a quién se refería al señalar que había que recordar quién había pasado largo tiempo en el fútbol francés. Evidentemente se refería al más conocido de los socios de Paco Casal: Enzo Francescoli.

Hoy, en el suplemento Talud de Brecha, Gonzalo Delgado publica una nota intersantísima sobre algunos entretelones de la llegada de Paolo Montero a San Lorenzo. Al parecer Montero iba encaminado no hacia el cuadro del Gasómetro sino hacia el del Monumental de Nuñez cuando inesperadamente intervino una figura ominosa y uruguaya adviritiéndole al técnico Astrada que Montero era "un jugador confictivo, un muchacho díscolo", lo cual terminó abortando el pase del defensa uruguayo a River. La llamada que recibió Astrada provenía de cierto ex jugador con fama de ético y ejemplo: Enzo Francescoli.

Paolo Montero es una bestia, un tipo con un temperamento que hace sospechar que tiene tres o cuatro litros más de sangre en su cuerpo que los demás humanos. Este brío lo lleva también a derramar, en ocasiones, la sangre de sus adversarios sobre el campo de fútbol. Pero no es este ímpetu en ocasiones excesivo y su propensión a dejar a su cuadro con 10 jugadores lo que lo convierte en un "jugador conflictivo", sino su permanente voluntad de pelear todos los premios, encabezar todos los reclamos salariales, unir a los jugadores de los equipos que inevitablemente capitanéa y, especialmente, recordarles a sus compañeros que si ellos llegan a alguna parte en el mundo del fútbol es gracias a su talento y esfuerzo y no gracias al dedo mágico del ominpotente Paco Casal. Delgado reproduce como ejemplo un diálogo de Montero y Cedrés con el "Tano" Gutiérrez, la tercera pata de Tenfield, la empresa de Casal dueña del fútbol uruguayo, en el cual Montero le habría dicho a Gutiérrez: "antes vos peleabas los premios con nosotros y te peleabas con los dirigentes, y ahora que estás del otro lado hacés lo mismo que ellos". A partir de esto Montero se ha vuelto una figurita indeseable a la que han querido apartar de la selección uruguaya, cosa que se ha vuelto imposible por las excelentes performances del defensa en los partidos de las Eliminatorias (si los atacantes hubieran jugado la mitad de lo que jugó Montero en las mismas, Uruguay ya estaría clasficado tranquilo y no dependiendo de una cada vez más improbable chance matemática).

Acá en FYT no nos importa mucho el fútbol pero nos importan sí los gestos de independencia y de combatividad gremial, así que felicitamos a San Lorenzo por haberse hecho de semejante jugador (¿si va a funcionar...? ¿cómo...?) y recordamos a los hinchas millonarios que las apariencias engañan y que por cada príncipe de Tolkien hay tres o cuatro de Maquiavelo.





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