martes, octubre 11, 2005
Sangre fría y coagulada (una rata)
Truman Capote fue uno de mis escritores favoritos durante mi adolescencia, fundamentalmente por Música para camaleones, un libro magnífico al que descubrí de pedo en una librería de usado (como todo lo que leía en aquella época) y que -además de darle nombre a un ignoto (pero algún día legendario) disco de Reverb- contenía una serie de retratos espléndidamente escritos, incluyendo uno grosero y descarnado de Marylin Monroe y otro del satánico Bobby Beausoleil. También contenía, en un auto-reportaje, su famosa afirmación: "soy homosexual, soy alcohólico, soy drogadicto, soy un genio". Enumeración a la que podría haber agregado "soy una rata".
Leí todo o casi todo Capote durante aquellos años, sorprendiéndome simultáneamente por su calidad narrativa y por su casi congénita falta de originalidad (algo compartido con su némesis Norman Mailer). Entonces me llamó la atención el escándalo que desató Capote con su inconcluso Plegarias Respondidas, libro que motivó su expulsión de varios círculos sociales al haber revelado la intimidad de amigos y allegados de la alta sociedad neoyorquina. Pero bueno, a uno le gusta Capote y todos sabemos que esos millonarios son unos culorrotos, así que uno se ponía del lado del intrépido escritor en su tarea de exponerlos. También se podía decir que el retrato de Marylin era un poco demasiado íntimo para venir de alguien que había presumido ser su amigo, pero el arte es el arte y Marylin estaba muerta.
Pero ya más difícil -y caso clásico de discusión en las clases de Ciencias de la Comunicación- era el caso de 'El duque en sus dominios', el retrato que Capote hizo del caprichoso, soberbio e íntegro Marlon Brando. La anécdota es conocida: Capote se hizo amigote (drinking buddy) de Brando -quién ya cultivaba un celoso cerco sobre su intimidad-, se emborracharon juntos y después de que Brando en pedo le hiciera una serie de confesiones sobre su vida privada, Capote lo convirtió en un relato que lógicamente enfureció a Brando y que hizo a muchas personas preguntarse si el delicado autor de Desayuno en Tiffany's no sería una rata.
Bueno, el misterio parece resolverse (para quienes tenían dudas, para mí el affair Brando calificaba a Capote como una rata indudable, tal vez talentosa pero rata al fin), esta nota cuenta que en la película Capote, de próximo estreno y protagonizada por el brillante Philip Seymour Hoffman (que a juzgar por las fotos y habiéndolo visto en otras películas parece haber nacido para el papel) , se revela un secreto de Capote que yo desconocía pero que encuentro totalmente verosímil: Capote habría negociado los tiempos de las ejecuciones de Smith y Hickock, los reos cuya historia el escritor narró en su mejor y más importante obra A sangre fría, para poder cerrar en forma dramática y a tiempo su novela.
Y uno que se queja de Rial y de los camarógrafos que no sueltan la cámara para ir a ayudar cuando filman un accidente....
Leí todo o casi todo Capote durante aquellos años, sorprendiéndome simultáneamente por su calidad narrativa y por su casi congénita falta de originalidad (algo compartido con su némesis Norman Mailer). Entonces me llamó la atención el escándalo que desató Capote con su inconcluso Plegarias Respondidas, libro que motivó su expulsión de varios círculos sociales al haber revelado la intimidad de amigos y allegados de la alta sociedad neoyorquina. Pero bueno, a uno le gusta Capote y todos sabemos que esos millonarios son unos culorrotos, así que uno se ponía del lado del intrépido escritor en su tarea de exponerlos. También se podía decir que el retrato de Marylin era un poco demasiado íntimo para venir de alguien que había presumido ser su amigo, pero el arte es el arte y Marylin estaba muerta.
Pero ya más difícil -y caso clásico de discusión en las clases de Ciencias de la Comunicación- era el caso de 'El duque en sus dominios', el retrato que Capote hizo del caprichoso, soberbio e íntegro Marlon Brando. La anécdota es conocida: Capote se hizo amigote (drinking buddy) de Brando -quién ya cultivaba un celoso cerco sobre su intimidad-, se emborracharon juntos y después de que Brando en pedo le hiciera una serie de confesiones sobre su vida privada, Capote lo convirtió en un relato que lógicamente enfureció a Brando y que hizo a muchas personas preguntarse si el delicado autor de Desayuno en Tiffany's no sería una rata.
Bueno, el misterio parece resolverse (para quienes tenían dudas, para mí el affair Brando calificaba a Capote como una rata indudable, tal vez talentosa pero rata al fin), esta nota cuenta que en la película Capote, de próximo estreno y protagonizada por el brillante Philip Seymour Hoffman (que a juzgar por las fotos y habiéndolo visto en otras películas parece haber nacido para el papel) , se revela un secreto de Capote que yo desconocía pero que encuentro totalmente verosímil: Capote habría negociado los tiempos de las ejecuciones de Smith y Hickock, los reos cuya historia el escritor narró en su mejor y más importante obra A sangre fría, para poder cerrar en forma dramática y a tiempo su novela.
Y uno que se queja de Rial y de los camarógrafos que no sueltan la cámara para ir a ayudar cuando filman un accidente....
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