lunes, noviembre 07, 2005

Gurú, gurú


Parece que el insigne Francis Fukuyama se apresta a visitar Buenos Aires, tal vez con el objetivo de hacer una contra-contra-cumbre, o algo así. El hombre que hace más de diez años llegó a la conclusión de que no había sistema más perfecto, noble y con onda que el capitalismo salvaje y que gallardamente proclamó el fin de la Historia, aseveraciones ambas que sostuvo con notable poder de convicción -especialmente entre los entusiastas latinoamericanos- sin considerar variables molestas como la realidad o la naturaleza humana, viene a presentar su nuevo libro. O a ver minitas, o quién sabe. En todo caso consiguió ser tapa del suplemento Ñ de Clarín, en el cual da la buena nueva que es la idea central de su nueva obra: el Estado no es malo, malo, malo y de hecho hay que reflotar su concepto y su poder.

¿Qué pasó? ¿se nos volvió keynesiano, o peor, socialista el bueno de Francis? No, no hay que desesperar. Como bien aclara el pensador en la nota de Clarín, no es el sistema económico lo que necesita de Estado y este no tiene que meterse a regular el proceder de ningún comerciante honrado ni a re-distribuir un carajo, sino que tiene que hacer de policía fuerte y malo ante los peligros que acechan a este sistema inmejorable. Es decir; según Fukuyama el Estado debe desaparecer, pero no tanto como para llegar a un relajo tal que permita el desarrollo de los enemigos históricos del capitalismo. ¿Quiénes son? Bueno, hombre, quiénes van a ser, todos los nombres del aquelarre: el terrorismo, las drogas, el SIDA y la pobreza.

A uno le surgen un montón de preguntas que se podrían hacer, como el por qué las drogas no entran en el canon del comercio capitalista, o por qué los laboratorios multinacionales que son tan buenos no podrían solucionar el problema del SIDA, o por qué la pobreza es el mal endémico del capitalismo moderno y en qué la combatiría el tener más policías (se me ocurren respuestas siniestras), pero no da para complicar al tipo, que es un intelectual prestigioso y uno es un pobre gil con un blog podrido. Con todo se le podría avisar que no es lindo poner como ejemplo de gobierno equilibrado al ciclo de Pinochet, que hay gente que no lo quiere mucho y que no piensa que Chile sea el paraíso de la clase obrera.

Una prueba de lo importantes que son las opìniones de este hombre, sobre todo para una derecha que tiene que aggiornarse con frases que no hayan sido quemadas en los noventas, es el calibre de quién va a disertar junto a él en la vecina orilla. Nada más y nada menos que el ex presidente de la R.O.U., Julio María Sanguinetti. Lo cual es totalmente lógico, si se tiene en cuenta de que yo por ejemplo descubrí la nota de Clarín gracias al fervoroso elogio radial de otro gran intelectual oriental, el señor Rodolfo Fattorusso.





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