miércoles, diciembre 28, 2005

¡El maravilloso mundo de la publicidad! (I)

Demasiada seriedad ultimamente, volvamos a la pavada y a las mil emociones que nos ofrece la tanda publicitaria y a algunas de las reacciones que hemos tenido ultimamente al encontrarnos ante la gracia, ingenio y buen gusto de la casta publicitaria rioplatense.

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Hinds (crema para el cuerpo): Debe ser uno de los anuncios más ofensivos hacia las mujeres de treinta años que se pueden concebir, representando a las mayores de esta edad como seres asustados de mostrarse por lo repulsivamente arrugada que está su piel. Como si fuera poco el anuncio habla de mujeres que "pasaron los treinta" pero muestra a mayores de cuarenta, lo cual es estrictamente cierto pero tramposo, además de ser un insulto gratuito (bueno, no gratuito) a miles de treintañeras que están igual o más fuertes que a los 18. Por otra parte y en un absurdo error de casting, la narradora y defensora de la piel lisa que propone el anuncio, Karina Mazzoco, es sin dudas una mujer muy bella y sexy, pero justamente con una piel poco atractiva, especialmente en la zona del cuello. Pero eso no es todo, el comediante Dane Cook dice que hay sonidos tan irritantes que hacen que uno quiera darle una trompada a un bebé, el anuncio de crema Hinds ofrece varios segundos de un sonido tan desagradable que nos hace pensar que Cook haría una matanza en una nursery de escucharlo. Se trata de un canon de voces femeninas que se sobreponen haciendo un repelente scat singing que pretende dar una impresión de crescendo rebelde y sólo consigue que yo y Dane Cook queramos atizar infantes. Índice de Odio Despertado (I.O.D.): 10/10.

Pilsen (birra): Visualmente es casi inexistente, apenas algunas imágenes granulosas tomadas del festival de Pilsen Rock, pero el texto relatado y escrito en las placas es por lo menos sorprendente. Dice algo así como: "Cientos de canciones de rock hablan de amor (pausa) Cientos de canciones de rock hablan de cerveza (pausa) ¿No serán lo mismo? (fin)". No señor, no nos parece lo mismo porque no nos parece lo mismo un amante que un alcohólico. ¿Dónde está la gente que debería controlar textos tan malintencionados como este? ¡Guardias! ¡Guardias...! I.O.D.: 9/10

Master Card (tarjeta de crédito): Hay una versión para la televisión, pero la que nos molesta es la publicidad estática, los afiches que suelen verse por todas partes de Montevideo promocionando el sorteo de pasajes y entradas (para los usuarios de Master Card, obvio) a los partidos del Mundial de Alemania 2006. El afiche es el grado cero de la publicidad: una familia de cuatro (padre, madre, hijo, hija) posa feliz ante una cancha de fútbol, vestidos con remeras deportivas de alguna selección abstracta. ¿Cuál es el problema, el motivo que llena el corazón de Fuck You Tiger de odio y oscuridad? Bueno, la familia en sí, qué la parió, qué gente más desagradable, qué descorazonador que se le den tarjetas de crédito a semejantes personas. Todos están vestidos con una remera de fútbol amarilla -que sin embargo no es la Brasil- a excepción del padre, que vaya a saber uno por qué lleva una similar pero roja. Los dos chicos, niño y niña, están ligeramente pasados de peso. La niña bien podría ser la tercer hija de Diego Maradona y el niño tiene un cierto parecido a un Carlitos Menem Jr. de pequeño, lo cual nos hace suponer que los condenados son argentinos. El chico, vaya uno a saber por qué, levanta un puño en el aire con entusiasmo que nos hace pensar en que tiene el berretín de hacerle un fist fucking a alguien. La madre, que sonríe arrugando la cara a pesar de haber pasado los treinta y de los consejos de cremas Hinds, tiene algo de modelo que abandonó su profesión por haberse dedicado a la familia y porque nunca fue realmente flaca, tiene algo de Silvana Suárez y de Nancy Dupláa, tiene algo de madre futbolera (un buen casting sin dudas) y tiene algo que me da ganas de matar personas inocentes. Por último está el padre, un desgraciado flaco y demasiado feo para su mujer, con un corte de pelo redondo, caro y que no le queda bien. Este infeliz, que como buen pater familae está arriba, en la posición dominante de la foto y rodeando a su familia con sus brazos, sonríe sin mucha alegría. Es bastante lógico teniendo en cuenta que no consiguió una remera igual a la de su familia, que sus hijos no se le parecen y que su cabeza parece un kiwi. Pero repetimos: ¿por qué esta fotografía irrita tanto a Fuck You Tiger? Vaya uno a saber, pongamos que como representación de la familia rioplatense ideal y futbolera nos repulsa y punto. I.O.D.: 8/10, si hace mucho calor 10/10.

Máxima (helados): A diferencia de los anteriores este es un reclame razonablemente logrado; se trata de varias tomas cenitales y con el mismo encuadre de una misma chica acostada (a excepción de una que la encuentra apoyada contra una pared) en distintos lugares y situaciones, saboreando una barra helada con expresión placentera. La pieza continúa la estética publicitaria de Máxima que consiste en relacionar el placer de comer helado con el placer erótico, pero es notoriamente más refinada que anteriores intentos que consistían esencialmente en hacer a una pobre modelo felar un helado poniendo cara de Linda Lovelace. En esta ocasión si bien el componente erótico es obvio, este no es único ni grosero, la modelo es atractiva y simpática y en particular una toma, que la encuentra de espaldas sobre una cebra del pavimento mientras la gente cruza alrededor, es muy buena. Pero, pero, pero... ¿quién habrá sido el genio que en la toma en la que ella está sobre el césped incluyó una zumbante nube de puntos negros digitales sobre ella? Supuestamente serían insectos, tal vez moscas, pero en la práctica son simplemente unos feos puntos negros digitales que zumban, cortan el clima de la pieza y molestan notoriamente (ningún inconciente quiere relacionar chicas lindas y helados con moscas). Un espanto, la verdad, pero que no supera a la re-grabación del 'Je t'aime (moi non plus)' (tema que ya debería estar prohibido el que se lo utilice para ilustrar imágenes sensuales) de Gainsbourg como banda de sonido. Pésima, malísima versión que incluye, absolutamente al pedo, a la palabra "Máxima" al final de una estrofa, bastardeando la legendaria composición. Evidentemente había algún imbécil que tenía que justificar su sueldo en ese equipo creativo. I.O.D: 5/10.

Sprite (refresco): Esta es una continuación más de la ya tradicional estrategia publicitaria de Sprite, orientada cada vez más hacia la "honestidad brutal" del mundo real en lugar del mundo fabuloso de Coca-Cola y el mundo bamboocha de Fanta. En esta ocasión consiste en presentar a tres adolescentes en tres situaciones auto-afirmativas de personalidad (a saber, usar los pantalones demasiado bajos, bailar como loco y hacerse un piercing) mientras un locutor aguafiestas les explica que ninguna de esas conductas tiene nada de especial ni de individual y que lo que tiene que hacer es.... tomar Sprite y usar All Star Converse. Buenísimo. En este caso la irritación no proviene tanto de factores estéticos -la pieza está tan lograda como la mayoría de las de las multinacionales de refrescos- sino de su alevosa inmundicia ideológica apenas disfrazada de realismo cruel. Como tal vez haya algún adolescente leyendo este blog, F.Y.T. les dice: ninguna de las actividades descriptas en esa pieza vuelve especial a nadie, pero eso es innecesario porque todos somos especiales de alguna forma que podemos descubrir u ocultar dependiendo de nuestra curiosidad, nuestro valor e individualidad. No le crean a Sprite, todos somos especiales, todos a excepción de los chupapijas creativos de publicidad de refrescos orientada a adolescentes. I.O.D.: 9/10.

Patricia (birra): Last but not least la joyita de la publicidad local de los últimos meses: la saga de "Paula se vino a vivir conmigo.. ¡qué quilombo!". Se ve que algún cineasta quería expresarse, no le salió la financiación ni siquiera de un corto y decidió utilizar un anuncio de cerveza para tales fines, consiguiendo de paso que poca gente se diera cuenta de que se trataba de un anuncio de cerveza. Como todos los fatigados espectadores de televisión abierta uruguaya saben, la pieza consiste en el monólogo de un muchacho, quejándose de las particularidades de su novia, recién mudada a su casa, mientras la cámara ilustra literalmente las acciones de la chica. Me cuesta decidir que me indigna más, si el texto del narrador o el delivery del mismo, que se hace el moderno remarcando algunos artículos ("debe ser LA persona...") para hacerse el ambientado. Bueno, la verdad me molesta más el texto en sí, que es la cosa más inverosímil y anacrónica del mundo, y sospecho que fue escrito por una mujer o por un gay misógino, no por las tonterías que dice sino por la poca lógica masculina de las observaciones, que le adjudican a un pibe el estar irritado con su recién estrenada concubina porque come el fainá del medio, que lo hacen comparar la música electrónica con el sonido de la lavadora (en pleno 2005, Manuel, en pleno 2005) o le suponen una barra de amigos que le critican su decisión ("mis amigos no entienden que le vi a esta mina") por las mismas nimiedades. A ver, señor/a creador/a, uno entiende que el irse a vivir con una persona del sexo opuesto es complicado y que a veces los pequeños cambios pueden magnificarse bajo la lupa de una sensibilidad asustada, pero en mi puta vida vi a nadie sentir miedo de una incompatibilidad de caracteres porque a uno le guste el churrasco jugoso y al otro seco, y jamás de los jamases vi a una barra de amigos preguntarse qué le vio uno a su novia si a la muy chonga no le gusta el fainá de orilla. Si mi barra de amigos me preguntara algo similar, yo dejaría de tener una barra de amigos, porque evidentemente me junté con una comunidad de subnormales o de obsesivos compulsivos.

Pero lo que hace más insoportable el devaneo dubitativo del bebedor (al fin y al cabo es un reclame de cerveza) narrador es que todas sus preguntas son totalmente baladíes ya que en una de las primeras tomas el director vuelve tanto cuestionamiento inútil al enfocar el espléndido culo de la señorita en cuestión (lo cual refuerza mi teoría de la mujer redactora o el gay). Cuando el anuncio finaliza, con esa declaración narcisista y pseudo-romántica que funciona de solución al intríngulis de por qué el muchacho decidió vivir con la chica ("a ella le gusto yo"), uno solo quiere meter la cabeza en el televisor y gritarle al pelotudo "hace casi un minuto que venís elucubrando a ver qué le viste a esta chica de soberbio orto, y ¡todos nosotros no entendemos qué carajo te vió A VOS! ¡Andá a la peluquería y conseguite un corte de pelo decente, borracho pata sucia!"... Las cosas que uno tiene que ver para que una agencia facture... I.O.D.: 10/10.

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And that's all folks, me siento mejor con un poquito menos de maldad en el cuerpo, que empiecen el año felices, colocados y orondos. ¿Quién iba a decir que íbamos a llegar al 2006?





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