sábado, marzo 18, 2006

Mundo pistola

Como habrán notado los lectores del blog, tengo la costumbre de trillar arriba y abajo los diarios online en busca de diversas opiniones y acercamientos a los temas del momento, costumbre que supongo que comparto con todos los lectores curiosos. Así uno coteja informaciones y enfoques y se encuentra con el espectáculo salvaje de la manipulación y la muerte de la libertad de prensa en los grandes medios como CNN, que en momentos en que EE.UU. lanzaba su ofensiva más salvaje en Irak desde el principio de la guerra, decidió hacer una cobertura global sobre la misma, yendo a sus orígenes e ilustrándola con una foto de la apertura de una tumba colectiva de víctimas de Saddam Hussein... en el año 2003. Impresionante, tenés a la aviación norteamericana lanzando los mayores ataques desde el día de la invasión e ilustrás con una foto de unas víctimas de Saddam. Si CNN hubiera cubierto la Segunda Guerra Mundial seguramente habría ilustrado la invasión de Rusia por parte de Hitler con una foto de Horst Wessel, aquel muchacho de la Hitlerjugend que los comunistas mataron antes de la guerra.

Pero ese es el absurdo de la manipulación, hay también otro absurdo, el de las noticias directamente ridículas. Noticias en ocasiones trágicas pero que por las propias características la gracia se sobrepone a la tragedia. Como una amiga que me contó la terrible historia de un peluquero de una ciudad del interior, el clásico homosexual notorio y admitido por la comunidad, que murió atragantado por un pancho. No felando a un tal Pancho sino comiendo una salchicha, un frankfurter, que se le atoró en la garganta por irla comiendo mientras manejaba su moto. El hombre era muy querido, pero esa no es forma de morirse si uno quiere que dicha muerte sea tomada en serio.

Y la semana pasada fue pródiga en esta clase de noticias. Los premios se los llevaron para mí una preocupante nota proveniente del norte de Argentina, que consignaba que un hombre que se hallaba cruzando un campo vecino fue corrido por un feroz dogo que le salió al paso. El hombre corrió y corrió y decidió treparse a un árbol para escaparse del can. Cuando se subió se encontró con una pantera negra encaramada a la copa del árbol. Me hizo tanta gracia que no terminé de leer la noticia y nunca supe cómo zafó el tipo de su día sin suerte.

Otra, que ha sido bastante reproducida por varios medios fue que a Miss Sorda EE.UU. la atropelló un tren. A la chica, una atractiva rubia de facciones hiperyanquis, se la llevó puesta un tren a pesar de los gritos de advertencia de los transeúntes y el sílbido de la locomotora, que no escuchó por motivos obvios. Sí, es triste, pero el titular "Miss Sorda muere atropellada por un tren" me alegró la mañana.

Pero en realidad todos los premios del absurdo se los llevó una noticia sobre la que tengo prohibido reírme, al igual que todos los uruguayos, y es la muerte de siete uruguayos (y la mutilación de un par mas) atropellados como la sorda por un tren en la localidad rionegrense de Young. Solo que a diferencia del tren que ultimó a la sorda este tren no estaba en funcionamiento ni fue encendido, sino que estaba usando como motor a otras decenas de uruguayos que estaban cinchando del mismo para una prueba de solidaridad televisiva.

No voy a opinar sobre la prueba en sí y lo que implica porque sigmur se ha encargado de decir todo lo que pienso al respecto en un post espléndidamente claro, pero si uno consigue -a mí que soy un hijo de puta esteticista no me cuesta demasiado, pero para algunas personas buenas tal vez sea difícil- abstraerse de lo espantoso del caso el asunto es como mínimo delirante: setenta tipos empujan un tren y el tren atropella a una decena. A mí que me perdonen pero es como el remate de un chiste de gallegos que nadie sabe cómo contar.





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