lunes, mayo 01, 2006

El fin de la izquierda

Estaba terminando un post muy bonito (bah...) sobre otro mail nacionalista que me había llegado y que terminaba agarrándosela con la inocua Natalia Oreiro, convirtiéndola en villana a causa de (supongo, el mail se limitaba a mandarla a que le den por el orto) su afiliación a Greenpeace y su poca simpatía a las fábricas de celulosa.

Pero cuando estaba por mandarlo el Canal 10 soltó la noticia de que Tabaré Vázquez le había confiado al corresponsal del canal en la gira presidencial por EE.UU. que Uruguay se aprontaba a denunciar el Acuerdo de Asunción y abandonar el Mercosur para buscar rumbos económicos más independientes. Un notición que casi de inmediato -para ser exacto en los noticieros de una hora más tarde- fue relativizada, negada, convertida en una finta y metida en la máquina de ambiguedad discursiva que caracteriza al presidente y su costumbre de no haber dicho lo que dijo.

Bueno, motivos prácticos no le faltan al buen doctor para querer abandonar el bloque: el ninguneo de Kirchner -justo o no- y de Lula a sus rabietas en defensa de Botnia & cía lo pusieron ante la necesidad pragmática de decidir qué le conviene realmente a los uruguayos, o mejor dicho, lo que se cree que les conviene.

El gobierno de Vázquez no ha hecho nada para seguir sus puntos programáticos de "profundización del Mercosur", muy por el contrario, todas sus acciones al respecto han sido de desafío y protesta, sin nunca proponer absolutamente nada ni mover un dedo para generar un desarrollo político del bloque. Las potencias grandes, con menos cintura que Daniel Lucas, no supieron (o no quisieron) atender las protestas del país enano, que se limitaban en realidad a querer meter las fábricas de celulosa a cualquier costo en un recurso compartido, y la cosa fue degenerando hasta dónde está.

¿Y dónde está? En donde está el primer gobierno de izquierda uruguayo, enemistado con los argentinos, los brasileños, los ecologistas, los activistas, las ONG y las cantantes populares. Aliado y elogiado por los nacionalistas, el FMI, los estadounidenses, los magnates industriales y Jorge Batlle. Un gobierno de izquierda que veta hasta la discusión sobre la legalización al menos parcial del aborto y que se niega a ir a la asunción del primer presidente indio de América Latina. Un gobierno de izquierda que coloca una estatua de Karol Wojtyla en un lugar privilegiado de Montevideo y que convierte a la palabra "piquetero" en el peor de los insultos. Un gobierno de izquierda que suplica el que repriman a fuerzas populares movilizadas por lo que puede ser un peligro para su salud y que al mismo tiempo pone en marcha las peores medidas represivas contra quienes voluntariamente deciden jugar con la misma, los fumadores. Ustedes ya saben todo eso y yo también.

Pero el punto que me hizo borrar el otro post es el sentido de la ocasión de las declaraciones de Vázquez y el lugar dónde las hizo: en pleno vientre de la bestia, a punto de reunirse con el peor y más salvaje presidente de la historia de EE.UU., y dando el más claro de los mensajes: "tenemos el visto bueno de papá, tenemos amigos más grandes y más fuertes".

Una vieja historieta de Boogie el Aceitoso presentaba a un personaje conversando con Boogie y preguntándole si sabía lo que era un "macho probado". Boogie decía que no y el personaje le decía que un "macho probado" era aquel que era tan macho que probaba la homosexualidad sólo para convencerse de que no le gustaba. Acto seguido le decía que él era un macho probado, pero como la prueba de la homosexualidad no lo había convencido del todo acerca del desagrado que tenía que provocarle, la había vuelto a probar, una y otra vez, hasta probar el acto homosexual tres veces por día y, luego de varios años, llegar a la conclusión de que no, que no le gustaba. Boogie le decía que tuviera cuidado, que así se empieza. El gobierno de izquierda del FA no ha hecho otra cosa que "probarse" con acciones de pura y dura derecha.

Tal vez esa sea una de las paradojas del Mercosur; una idea de izquierda que fue instrumentada por gobiernos de derecha y que parece estar a punto de ser destruida por gobiernos nominalmente de izquierda. Gobiernos totalmente incapaces de ver más allá de los próximos meses, de las próximas elecciones, del poder inmediato y que, como propone Vázquez ahora, prefiere ser cola de dragón antes que cabeza de ratón. Es gente despreciable, pero sobre todo es gente que no tiene absolutamente nada de izquierda.



















La anterior es una foto de la planta de celulosa de Botnia en Kemi, Finlandia. No fue tomada de un site ecológico ni nada por el estilo sino de un sitio de imágenes capturadas por el fotógrafo finés Juha-Pekka Järvenpää, seducido por los colores de la barbarie ambiental. Sería coherente que los gerontes del FA abandonen la bandera tricolor de Otorgués y usen una copia de esta imagen como bandera. Para poner al lado del eslogan "Uruguay Natural", ilustrado con una foto de los mutantes que están naciendo en Artigas a causa del uso no controlado de agrotóxicos. Y que se mueran cagando en un infierno medioeval.

Y no, no me importa que no te haya gustado este post.





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