domingo, diciembre 10, 2006

Brevísimo intermezzo

En la de vez en cuando magnífica Zombie Holocaust (también conocida como Dr. Butcher M.D., Carnages y Le Terreur des Zombies) de Marino Giolami hay una escena fantástica: el macabro doctor que se ha dedicado a fabricar una especie de zombies lobotomizados en la isla donde habita está trepanando el cráneo de una periodista particularmente chillona, y como es un villano lo está haciendo sin anestesia por lo que la periodista no para de gritar y suplicar. Entonces el doctor toma una tijeras quirúrgicas se las mete en la boca (de ella) y le dice: "gritas demasiado por ello te acabo de cortar las cuerdas vocales para que no me molestes mas".

Bueno, yo lo entiendo porque acabo de hacer lo mismo. Qué le vamos a hacer, me aburrí de tonterías, peleas y anónimos con menos ingenio que Orlando Pettinati frente a una cámara, dedicados a trollear no solo a este blog y a mi personaje blogero sino que a cualquier cosa (y personas) que sus pequeñas cabecitas de lambeguasca asustado asocien conmigo. Gracias, pero no en mi casa.

La posibilidad de intercambio es interesante solo si en dicho intercambio se dicen cosas de interés. En algún momento fue así, ahora no.

Admito la culpa de haberme demorado mucho con el último post, realmente no tuve tiempo hasta ahora y no veo una puta razón para apurarme más que la que acabo de suprimir.

De cualquier forma no hay cambios enormes, las personas que quieran contactarse conmigo por motivos de real interés tienen el contacto ahí arriba a la derecha (me doy cuenta ahora de que la barra de links y contactos se movió por mi torpeza la borrar la entrada de haloscan y ahora está debajo de los posts), y los que quieran bardearme y cagarme a puteadas pueden hacerlo en persona, opción de la que ningún anónimo extrañamente hizo uso hasta ahora, porque soy facilísimo de ubicar.

Y nada, paz y amor, como siempre.





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